(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa, también llamado Falun Gong, en 1996, y ahora tengo 76 años.
Crecer en un ambiente hostil
Nací en un pequeño pueblo en la provincia de Hebei en la década de los cuarenta. Nuestra familia era rica y eran personas rectas y amables. Mi abuelo contrató a muchas personas para trabajar para nuestra familia. Él trataba a todos con respeto y amabilidad.
Cuando el partido comunista chino (PCCh) tomó el poder en 1949, las propiedades y los bienes de nuestra familia fueron confiscados. Fuimos discriminados y aislados.
Incluso cuando nos mudamos al noreste de China, nuestra situación no cambió. La revolución cultural estalló cuando comencé a trabajar, y no importaba lo bien que hiciera mi trabajo, no era ascendida debido a mi trasfondo político. Me sentía avergonzada y tenía baja autoestima.
Mi salud comenzó a deteriorarse a una edad temprana. Me desmayé un día a los 22 años de edad. Me tomó una hora recuperar el conocimiento. Más tarde, contraje más enfermedades, como cálculos renales, cálculos en la vesícula biliar, dolor de cuello, enfermedades cardíacas e hipertensión. Me hospitalizaba todos los años y tomaba toneladas de medicamentos. Fui al hospital más famoso de Beijing, pero nada pudo aliviarme.
Me jubilé a los 40 años debido a mi mala salud. Cada noche que me acostaba, no sabía si me despertaría al día siguiente.
Comenzar a practicar Falun Dafa
Mi hermana me presentó a Falun Dafa en 1996, a mis 53 años de edad. Ella me enseñó los movimientos de los ejercicios. Eran suaves, lentos y elegantes.
Más tarde, mi hermana me envió el libro Zhuan Falun. Comencé a leer el Fa y a hacer los ejercicios a diario. Vi el Fashen (cuerpo del Fa) del Maestro Li cada vez que hacía los ejercicios. Sabía que Falun Dafa era una vía verdadera de cultivación de la Escuela Buda.
Después de un período de práctica los cambios en mí fueron increíbles. Estaba llena de energía y podía transportar cargas pesadas sin ningún problema.
Tenía una casa grande que me permitía comenzar un estudio grupal del Fa. Venían más de 50 personas diariamente. Mi esposo siempre calentaba la habitación en el invierno antes de que todos llegaran. Otros querían ayudarnos a pagar el carbón, pero les dije que Shifu me había concedido la oportunidad de ayudar a otros, así que no les aceptaría ni un centavo.
Algunas personas que acababan de comenzar la práctica a veces causaban un desastre en mi casa. Inicialmente, me sentí molesta por eso. Pero mi hermana me recordó que necesito ampliar mi corazón y eliminar mi apego a la suciedad. Pude enfrentar la situación con una mente más tranquila.
Visité a mi hija después del Año Nuevo de 1997. Su apartamento estaba en el tercer piso, pero las escaleras estaban al aire libre. Cuando bajé las escaleras, me resbalé en las escaleras heladas y caí desde el segundo piso hasta el suelo. Me desmayé y me llevaron a un hospital. El examen no mostró ninguna fractura, pero no podía moverme, y el dolor era insoportable.
Recordé la enseñanza de Maestro:
"La deuda debe ser pagada, por eso algunas cosas peligrosas pueden ocurrir en el camino del xiulian. Sin embargo, cuando aparezcan situaciones de este tipo, no sentirás miedo y tampoco se dejará que te aparezca un peligro real" (Tercera Lección, Zhuan Falun ).
Sabía que estaría bien ya que soy una cultivadora. Me recuperé después de 10 días de hacer los ejercicios y estudiar el Fa.
Regresé a mi casa en el verano de 1997. Como tenía una casa grande, almacené libros de Falun Dafa que podían abastecer a toda la ciudad y los dos condados cercanos. Un día, recibí tres contenedores de libros, y cada uno pesaba una tonelada. Los llevé al lugar donde los almacenaría sin ayuda alguna. ¡Mi hermana se sorprendió! Todos los libros estaban apilados en lo alto de la habitación. ¿Como lo hice? Sabía que Shifu me había ayudado.
Validando Falun Dafa en Beijing
En mayo de 1999, los funcionarios del régimen comunista comenzaron a investigar a todos los practicantes en nuestro sitio de ejercicios.
A partir del 20 de julio de 1999, muchos practicantes fueron arrestados. Decidimos ir a Beijing para apelar por el derecho a practicar Falun Dafa. Mi hermana y yo y varios practicantes fuimos a un condado cercano para tomar el autobús a Tianjin y tomamos otro autobús a Beijing.
Poco después de que nos fuéramos, mi madre de 75 años me llamó, nos dijo que nuestra casa había sido saqueada y que la policía me estaba buscando. Decidí quedarme en Beijing.
Todos teníamos un fuerte deseo de detener la persecución pronto. Sucedió que el secretario de las Naciones Unidas estaba visitando Beijing. Preparamos algunos materiales sobre Falun Dafa y planeamos entregarlos al secretario de la ONU. Pero no tuvimos éxito.
Dos practicantes y yo fuimos a la oficina nacional de apelaciones en enero de 2000. Tan pronto como el personal descubrió que éramos practicantes de Falun Dafa, nos pidieron que llenáramos un formulario. Después de que terminamos, nos llevaron a la comisaría y luego nos trasladaron al centro de detención. Uno de los practicantes que conocimos en la estación de policía fue perseguido hasta la muerte.
El centro de detención estaba extremadamente lleno. El baño era solo un agujero en el suelo en la esquina de la habitación. Estaba terriblemente sucio. Si no practicara Falun Gong, no creo que hubiese podido soportarlo.
Entre las 17 personas en la celda, 14 éramos practicantes de Falun Dafa. Cuando los guardias descubrieron que hacíamos los ejercicios de Dafa, nos llevaron a otro lugar del centro y nos esposaron durante dos días. Un practicante nos dio de comer y nos ayudó a ir al baño, a todos.
Llevé una copia de Hong Yin cuando me llevaron al centro de detención. Mientras que todos fuimos registrados cuando llegamos, un guardia me dejó ir cuando era mi turno. Pude conservar el libro. Estudié y memoricé el Fa con los compañeros practicantes. El Fa fortaleció mis pensamientos rectos y un mes después fui liberada.
Abandonar el miedo para distribuir materiales informativos de Dafa
Compré una casa en la ciudad cerca de mi hija en 2003. Contratamos a trabajadores de la construcción para remodelar la casa, que tardó tres meses en completarse. Sabía que era un trabajo muy agotador, así que cociné carne para ellos. Se conmovieron y me dijeron que a nadie le importaba su bienestar como a mí. Les conté sobre Falun Dafa y la persecución. También les insté a renunciar al PCCh y a sus organizaciones juveniles. ¡Todos estuvieron de acuerdo! Me gané su confianza siendo amable y sincera.
Una vez, un compañero practicante me dio siete copias de materiales informativos de Dafa para distribuir. Caminé más de dos horas y no fui capaz de entregar nada. Sentí que alguien me estaba observando sin importar dónde estuviera. Tenía la boca seca y me temblaban las piernas.
Estudié el Fa todo el día al día siguiente y salí la segunda noche. Pasé otras tres horas y aun volví a casa con los materiales. Cuando salí por tercera vez, vi un coche de policía en mi puerta. Estaba tan asustada y me di la vuelta de inmediato. Me di cuenta de que si no estudiaba bien el Fa, tendría problemas de xinxing.
Cuando estaba leyendo Escrituras Esenciales para mayor avance cada palabra emitía una luz dorada. Sabía que Shifu me estaba alentando. Necesitaba alcanzar el ritmo de la rectificación del Fa y superar mi miedo.
Inicialmente, todavía no estaba muy estable en mi mente, así que le pedí a Shifu que reforzara mis pensamientos rectos. Poco a poco, pude salir sin sentir miedo. Seguí recordándome que tenía pensamientos rectos, y las cosas se volvieron más fluidas con menos interferencia. Sentí que el Maestro estaba conmigo en cada paso del camino cuando estaba fuera de casa.
Increíbles historias de cultivación
En aquel entonces, usaba un sobre para guardar los materiales. Un día, cuando estaba distribuyendo los materiales el cielo estaba cubierto de nubes oscuras y una tormenta se acercaba. Le pedí a Shifu que me ayudara a proteger los materiales. ¡Resultó que en todas partes había un aguacero excepto el área donde distribuí los materiales! ¡Gracias Maestro!
Una vez me perdí después de terminar alrededor de las 11 de la noche y no llevaba dinero en efectivo. Le pedí al Maestro orientación para encontrar mi hogar. Seguí caminando y cuando levanté la cabeza, ¡estaba en mi casa!
En otra ocasión, me siguió un agente alto y fuerte vestido de civil. Pensé: "No puedes alcanzarme". De hecho, ¡nunca fue capaz de alcanzarme!
(Continuará)
(Presentada durante el 16.˚ Fahui de China en Minghui.org)
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