(Minghui.org) Soy un cocinero de profesión y comencé a practicar Falun Dafa en 1995 cuando tenía 24 años. Inmediatamente después me sentí renacer. Cambié de comportarme tontamente a comportarme de manera digna, comencé a considerar a otros primero, y me convertí en alguien que realmente beneficia a la sociedad.

Detenidos conocen la bondad de los discípulos de Dafa

En el 2000, fui ilegalmente retenido en un centro de detención en la misma celda con presos criminales. Nos proveían dos comidas al día, pero a veces no nos entregaban la segunda comida. Cada persona recibía medio plato de choclos con mohos. Dos personas también compartían un pequeño tazón de agua con sal.

El menú del centro de detenciones en realidad incluía sopa de repollo, sopa de apio o rábano; pero nunca vi ninguno de esos vegetales. Los presos que estaban desde hacía largo tiempo dijeron que era sopa; pero que removían los vegetales luego de ser cocidos para alimentar a los cerdos y nos daban a nosotros lo que sobraba.

En ese ambiente, cada grano de maíz era preciado. Había un ladrón, un hombre grande de al menos un metro ochenta de altura, que estaba siempre con hambre. Le daba la mitad de mi almuerzo de maíz todos los días y bebía solo la mitad de mi porción de agua salada y le daba el resto a él.

Un día, mientras bebía el agua salada, encontré un pedazo de carne. Inmediatamente lo saqué y lo puse en su plato. Me miró sorprendido por un instante y lo comió rápidamente. Luego del almuerzo, lo vi escondiendo su cara por un largo tiempo. El vino a mí sonrojado y dijo: “tú siempre me das tu comida y me cuidas. Hoy, me diste el único pedazo de carne que tenías. Soy muy egoísta, no soy ni siquiera un humano. Si no habría nadie más aquí, me arrodillaría frente a ti. Tú eres bueno conmigo, me acordaré de ti por siempre”. Sonreí y le dije: “de hecho, cualquier discípulo de Dafa haría lo mismo. Falun Dafa requiere que seamos buenos con los demás”.

La celda no tenía más de 30 metros cuadrados y albergaba a unas 20 o más personas. Todos podían ver y oír lo que hacía todos los días. Les hablé de cuando Falun Dafa fue introducido al público, cómo se les requiere ser buenas personas a los practicantes, y cómo el partido comunista chino (PCCh) incriminó a Falun Dafa. Les dije que: “Jiang Zemin fabricó incidentes como la autoinmolación en la plaza Tiananmen y otras mentiras”. Al enterarse de que Dafa fue injustamente perjudicado, los reclusos se conmovieron: “Tu no perteneces a ese lugar. ¡Date de prisa y márchate!”.

Poco después de eso, fui transferido a otro centro de detención. El ambiente allí era relativamente relajado. La mitad de los detenidos eran discípulos de Dafa. Leíamos cuatro lecciones de Zhuan Falun todos los días, y el resto del tiempo hablábamos a otros prisioneros sobre Falun Dafa y la persecución.

Todos los presos entendieron los hechos. Tuvieron suficiente tiempo para entender qué era Dafa, por qué los discípulos de Dafa estaban siendo perseguidos, y qué tipo de personas eran los discípulos de Dafa. Coordinamos el esclarecimiento de la verdad bien, y siempre consideramos a otros primero. Pronto, todos los presos y oficiales de la policía trataron con respeto a los discípulos de Dafa.

Cuando un gerente de una compañía fue liberado, volvió a la celda antes que la puerta de hierro se cerrara e inclinó su cabeza hacia nosotros tres veces. El dijo con lágrimas en sus ojos: “No vine al centro de detención en vano. Conocí a los discípulos de Dafa que fueron perjudicados. Ustedes son a los que más admiro. En el futuro, si escucho a alguien diciendo que Falun Dafa no es bueno, voy a dar un paso al frente y decir algo justo sobre Dafa”.

Llevando la belleza de Dafa al trabajo

Al ser liberado del centro de detenciones, conseguí un trabajo en una cafetería. Estaba lejos de mi casa, así que dormía en una habitación en el trabajo. Esta cafetería proveía a los empleados con desayuno, que consistía de avena hervida, bollos al vapor y pickles.

Todos mis colegas, que preparaban el desayuno, vivían lejos y tenían que despertarse temprano, lo cual era duro para ellos. Yo era responsable de cocinar los almuerzos, así que tomé la iniciativa y dije: “yo vivo cerca y me levanto temprano para hacer los ejercicios, y tengo tiempo libre por las mañanas. No tienen que venir temprano. Yo haré el desayuno por ustedes así no tienen que venir de prisa”.

Así que comencé a preparar los desayunos también. Trataron de compartir la paga extra que recibían por preparar los desayunos todos los meses, pero nunca lo aceptaba. En este trabajo, yo era el único joven y fuerte, así que naturalmente, hice todo el trabajo sucio y de levantar cosas pesadas.

Trabajé allí durante ocho meses. En varias ocasiones, me pedían que cocinara almuerzos para un oficial respetado. Este comensal estaba satisfecho con las comidas que cocinaba y me transfirieron a una cafetería que preparaba comidas para oficiales de alto rango. Trabajé allí por un total de seis años.

Llevé la belleza de Dafa a todas las personas con las que tuve contacto. En varias ocasiones, el gobierno de la ciudad pedía a las empresas que despidieran a todos los practicantes de Falun Dafa. El gerente en mi trabajo, de todas formas, no siguió las órdenes porque sabía que yo era una persona trabajadora, responsable, y hacía las mejores comidas. Dijeron que el cocinero que practica Falun Dafa era la persona más confiable del lugar.

Un amigo mío que dirigía un hotel necesitaba mi ayuda así que me contrató como jefe de cocina. Ser jefe de cocina en un restaurante de hotel significaba que podía ser tentado con sobornos de los proveedores. Incluso me pidieron los datos de mi cuenta de banco para poder enviarme comisiones. Nunca acepté un centavo de ninguno de ellos. Les dije: “practico Falun Dafa y no voy a aceptar nada de ustedes. Siempre y cuando ustedes provean buena calidad de productos, no seré exigente con su negocio”.

Un proveedor dijo: “He estado entregando productos a este hotel por décadas y nunca conocí a un cocinero como usted. No lo creería si no fuera mi propia experiencia. ¡Tu fe es increíble! Admiro tu creencia”.

Yo le respondí: “Lo que hago es muy común para los discípulos de Dafa. Cualquiera que practica Falun Dafa sería así. El PCCh ha estado persiguiéndonos cruelmente por años, de todas formas decidimos seguir practicándolo. Piénsalo. Si Verdad-Benevolencia-Tolerancia es una farsa, nadie lo practicaría”.

Él dijo: “eso es verdad. Falun Dafa es la verdadera fe”.

Casi todos los empleados que trabajaban en el hotel escucharon los hechos acerca de Dafa y entendieron por qué estaba siendo perseguido. También renunciaron al PCCh y escogieron un bello futuro para ellos.

Soy una vida creada por Dafa, así que tengo suficiente confianza para considerar a otros primero y no pensar en beneficios propios. Tengo la mentalidad de cooperar con otros.

Donde sea que trabajaba, le decía a la gente que practicaba Falun Dafa. Usé mis acciones para hacerle sentir a la gente la belleza de Dafa. Es evidente que estos 20 años de injusta persecución fueron en vano; no hay manera de cambiar las creencias rectas de la gente.

Todos mis colegas y amigos entienden la verdad y ahora respetan a Dafa. Ellos también han optado por un futuro más brillante.

Soy solo una partícula del Fa. La gente es salvada por la inmensa compasión del Maestro Li (el fundador) y Dafa. Donde sea que vaya, quiero ser una persona excelente y vivir con los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.