(Minghui.org) Muchos guardias de prisiones están en manos de la oficina 610 y del comité de asuntos políticos y jurídicos (PLAC) a diferentes niveles para llevar a cabo la persecución ordenada por el ex líder del partido Jiang Zemin.

Pero un guardia de prisión que conocí entendió la verdad de Falun Dafa y fue muy comprensivo con nosotros. Usó su poder para protegernos.

Estuve detenido en una prisión que exigía que los reclusos memorizaran las reglas de la prisión entre marzo y abril de 2014. Pero, como practicante de Falun Dafa, era inocente y no debía ser recluido en una cárcel.

Así que me negué a memorizar las reglas de la prisión. El líder de los convictos instigó a colaboradores a usar esto como excusa para perseguirme.

Un colaborador trató de engañarme y me dijo: "Sólo necesitas memorizar una o dos reglas". Me negué y dije: "No soy un prisionero. No soy culpable."

Me amenazó y dijo que el líder de los convictos le dijo que me golpeara si no obedecía. Lo ignoré.

El guardia de la prisión que se apellidaba Wang vino en ese momento. Le informé.

Nos llevó a su oficina y me dijo que me sentara, rodeado por prisioneros formando un semi círculo. Wang me preguntó qué pasó.

Le dije: "No soy culpable, y no soy un prisionero. Además, soy demasiado viejo para memorizar las reglas de la prisión".

Wang continuó preguntando: "¿Puedes recitar los artículos de tu Maestro?" Dije que sí.

A Wang le hizo gracia y dijo con una sonrisa: "No puedes memorizar las reglas de la prisión, pero puedes recitar los artículos de tu Maestro. Sigue adelante con tu práctica."

Mis problemas desaparecieron así. La actitud del colaborador también cambió.

Me dijo: "No te pegué, ¿verdad?" Utilicé la oportunidad para decirle la verdad sobre Falun Dafa, y le ayudé a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones juveniles.

Un practicante de Falun Dafa fue trasladado a nuestra prisión en 2015. Los guardias de la prisión y los reclusos utilizaron varios métodos para tratar de ponerle el uniforme de preso, aunque no lo consiguieron.

Un día, Wang llamó al practicante para hablar con él. El practicante dijo: "Nosotros los practicantes de Falun Dafa no cometimos ningún crimen. No tiene sentido que llevemos un uniforme de preso".

Continuó diciendo: "Además, si no uso uniforme, no te hará daño. En cambio, serás bendecido."

Habló con Wang sobre Falun Dafa durante dos o tres horas. Wang no castigó a ese practicante por esto.

Una vez, cuatro reclusos llevaron al practicante solo a una habitación. Le quitaron la ropa a la fuerza e hicieron agujeros por todas partes tanto en la ropa interior como en la exterior como castigo por no usar el uniforme de preso.

El practicante y yo decidimos hablar con Wang y negar esta persecución. Al encontrar a Wang le dijimos lo que pasó.

Había muchos reclusos alrededor cuando Wang, que estaba bastante avergonzado, me preguntó qué pensaba de esto. Le dije: "Los practicantes de Falun Dafa no cometimos ningún crimen. Estoy totalmente en contra de abusos como este".

Wang se dio la vuelta y le dijo al practicante: "No le pedí a nadie que te hiciera esto". En ese momento, un líder de los convictos se acercó y admitió voluntariamente que ordenó a varios prisioneros que hicieran esto.

Wang continuó diciendo: "Se me ha pedido que te asigne trabajo, y se me ocurrió esta idea: Vosotros (los practicantes) hacéis trabajo ligero para que pueda terminar mi deber. Respeto a vuestro Maestro y a Dafa, y cuido de sus practicantes. Yo también hice eso".

Las personas presentes guardaron silencio al oír esto.

Wang comprendió los hechos sobre Falun Dafa, y trató bien a los practicantes en ese ambiente tan cruel.