(Minghui.org) Mi rutina matutina es terminar los cinco ejercicios y enviar pensamientos rectos. Alrededor de las 6:30 a. m., salgo del dormitorio. Mi esposo prepara crema de avena y un plato de verduras salteadas, y me está esperando para que podamos desayunar juntos. Estoy agradecida por su amabilidad.

Pero él no ha sido siempre así. Recordando cómo era hace unos años y dándome cuenta de lo mucho que ha cambiado, es difícil de comprender este giro increíble.

Dafa me ayuda a superar la tribulación

El partido comunista chino (PCCh) comenzó a perseguir a Falun Dafa en julio de 1999 y desató una ola de propaganda difamatoria, denigrando a los practicantes de Dafa como enfermos mentales. Mi marido se volvió temeroso y se encerró en una habitación. Pensé que simplemente no quería ser molestado, pero más tarde me dijo que temía que yo lo matara en medio de la noche.

Me quedé estupefacta. Él era un hombre fuerte, tan fuerte que incluso los hombres sentían dolor cuando los agarraba del brazo. Su reacción mostraba el daño que había causado la campaña de difamación del PCCh.

En 2000, fui a Beijing a pedir justicia por Falun Dafa. Cuando regresé a casa, la oficina 610 presionó a mi unidad de trabajo para detenerme. Mi esposo hizo su parte para obligarme a "transformarme" y a renunciar a mis creencias espirituales. Me pegó la cabeza contra la mesa tan fuerte que sangré, y tampoco me dejaba dormir.

Después de volver al trabajo, mi unidad le dijo a mi esposo que no me dejara salir o interactuar con otros practicantes de Dafa. Pero yo creía profundamente en Dafa y no iba a renunciar a mi fe. Estudié el Fa a sus espaldas. A veces, cuando lo oía abriendo la puerta, escondía el libro porque temía que lo destruyera o que dañara la foto de Shifu. Ulteriormente, trató de quitármelos y luché, sin éxito, para recuperar el libro y la foto. Poco a poco, me quedé resentida.

Eventualmente, logré entrar en contacto con otros practicantes. Leí Minghui Semanal y comencé a hacer las tres cosas que se requieren de los practicantes de Dafa. Mi marido buscaba pelearse, me perseguía con un cuchillo y me amenazaba con matarme. A veces me tiraba un tazón caliente de arroz o sopa. Aunque me golpeaba, siempre estaba a salvo gracias a la protección de Shifu.

Una vez se enojó sin razón en medio de la comida y tiró todas las tazas, cuencos y palillos por todas partes. Luego se levantó y se fue. No me atreví a decir nada y limpié tranquilamente el desastre. Era común que tirara y rompiera cosas por la casa.

A través del estudio constante del Fa, me di cuenta de que estaba apegada al miedo. Cuanto más temía que mi marido tirara cosas, más lo hacía. Me pregunté: siendo practicante de Dafa, ¿a qué temo? ¿Temo perder a mi familia? ¿Temerían a esto los practicantes de Dafa? No. Tampoco quería perder la cara, o que los vecinos se rieran de mí. ¿No era una manifestación de búsqueda de la fama?

Al iluminarme a esto, pude encontrar maneras de lidiar con mi situación. Cuando el mal hizo que mi esposo se enojara, abrí las ventanas y puertas para que mis vecinos escucharan. ¿Qué temía? ¡Nada! Fue el mal el que tenía miedo. No quería que sus crímenes fueran expuestos. Esta fue una manera efectiva de impedir que él fuera tan arrogante.

A veces, mi marido me pegaba muy fuerte, y tenía moretones por todo el cuerpo. Cuando me golpeaba por la noche, todavía iba a trabajar al día siguiente, pero no dejaba que los demás lo notaran. Trataba de ocultarlo, para que la gente no se riera de mí. Fingía que era alegre y que vivía una vida feliz.

Una vez, cuando me golpeó, no pude soportarlo más y decidí irme de la casa. Me quedé con otra practicante. Mi esposo y sus familiares me buscaron pero no lograron encontrarme. Esto lo asustó. Unos días después, me fui a la casa y le pedí el divorcio. No lo quiso hacer, diciendo que no quería que su madre se enojara. A partir de entonces, me golpeó menos, pero todavía peleábamos por cosas pequeñas.

Seguí estudiando el Fa. Con la ayuda de otros practicantes, me di cuenta de que los practicantes de Dafa no deberían tolerar ser golpeados.

Shifu dijo:

“Cada vez que llega una tribulación, ustedes no lo reconocen con la parte de su naturaleza original, sino que la entienden completamente con su parte humana. Entonces, los demonios perversos se aprovechan de esto para causar interferencias y daño incesantemente, haciendo que los practicantes se encuentren en tribulaciones por largo tiempo. En realidad, esto es el resultado de un entendimiento inadecuado del Fa por su parte humana. Así la parte divina, es decir, la parte que ustedes han cultivado exitosamente es reprimida artificialmente y su rectificación del Fa es obstruida. ¿Cómo puede la parte que ustedes no han cultivado exitosamente reprimir los pensamientos primarios o la parte que ya ha obtenido el Fa? Es porque los demonios perversos que han sido engendrados artificialmente se han aprovechado del Fa. Cuando llegue una tribulación, si tú, como discípulo, puedes mantener realmente una calma inalterable o poner tu corazón en cumplir con los diferentes requisitos de cada nivel, esto debería ser suficiente para que puedas pasarla exitosamente. Si te encuentras aún en molestias interminables y si no existen otros problemas en tu xinxing o conducta, tendrá que ser que los demonios perversos se han aprovechado de las escapatorias causadas por tu carencia de autodominio. Después de todo, un cultivador no es una persona común. Entonces, ¿por qué no rectifica el Fa la parte que es tu naturaleza original?” (Dao y Fa, Escrituras esenciales para mayor avance).

Entendí que ni siquiera una persona común y corriente golpearía a su esposa. Por mi entendimiento equivocado, le había dado energía al mal.

Un día, después de golpearme, él fingió que no había pasado nada e invitó a sus amigos a nuestra casa. Quería que cocinara para ellos. Mientras cenamos juntos, ellos difamaron a Falun Dafa, y mi esposo habló de lo bien que me trataba. Esta vez me di cuenta de que el mal nos perseguía a los dos, porque había creado brechas que podía aprovechar. Así que me subí las mangas y les dejé ver los moretones. Hablé de su comportamiento violento. Mi esposo no pudo decir nada. Sabía que no debería haberme pegado. "No volveré a pegarte. No te voy a pegar de nuevo”. En efecto, a partir de ese día ya no lo hizo.

Para entonces, vi muy claramente que el mal en otras dimensiones lo estaba controlando. Necesitaba enviar pensamientos rectos para eliminarlo, y tenía que eliminar mi odio. Los practicantes a menudo me decían que no lo odiara porque ese no era el verdadero él, pero no podía iluminarme a esto. A veces, hasta soñaba que peleaba con él, y las lágrimas me ahogaban. Entonces, no podía volver a dormir por mucho tiempo. Sabía que en mi corazón tenía un gran resentimiento hacia él. Me iluminé a que el problema se originaba en mí, ya que podía sentir la sustancia del odio en mí. Debí haber sabido que los discípulos de Dafa tenían energía.

Esta enseñanza vino a mi mente:

“Normalmente, cuando una persona común piensa en una cuestión, emite algo con forma de cerebro; dado que esto no posee energía, se dispersa poco tiempo después de ser emitido, en cambio, la energía de alguien que refina gong se conserva por mucho más tiempo” (Quinta Lección, Zhuan Falun).

Nunca me había dado cuenta de que el resentimiento que le guardaba tenía un impacto en él. Cuando reconsideré la situación, me sentí arrepentida. Por lo tanto, estaba decidida a eliminar este apego desde la raíz.

Sin embargo, no fue fácil. Como dice el dicho, tres pies de hielo no se forman en un día frío. Ese pedazo de hielo en mi corazón era tan duro como una roca y era difícil de derretir. Estudié el Fa una y otra vez. Traté de aplicar los principios del Fa en mi vida diaria, gradualmente. Examiné cada pensamiento y acción y eliminé el resentimiento cada vez que aparecía, pensando: "No te reconozco. Ese no soy yo”. Poco a poco, sentí que el resentimiento disminuyó.

Shifu vio que me había esforzado e iluminado, así que me quitó muchas sustancias malas. Cuando realmente entendí mi problema y eliminé el apego al resentimiento, le agradecí desde el fondo de mi corazón.

Debido a mí, mi esposo tuvo que soportar, todos estos años, la presión de su unidad de trabajo, familia y amigos. Debido a que no me había cultivado genuinamente, había cometido muchos errores sin saberlo. No le había aclarado la verdad sobre Dafa y le había hecho perder oportunidades una y otra vez. Los pecados que él cometió fueron por mi ignorancia. Por lo tanto, quería hacer todo lo posible para compensar mis errores. Las tribulaciones familiares finalmente se estuvieron resolviendo.

Shifu me ayuda a eliminar las tribulaciones

Hubo un incidente que me tomó varios años averiguar qué hacía mal. Mi esposo y yo trabajamos en la misma unidad. Le gustaba la cerveza y sus amigos lo invitaban a salir a menudo. Así que me pedía que lo cubriera cada vez que alguien lo buscaba en el trabajo, mientras él estaba fuera bebiendo.

Como resultado, rara vez tenía tiempo de hacer las tres cosas que los practicantes debían hacer, ya que tenía que hacer mi propio trabajo, su trabajo y las tareas del hogar. Como el tiempo de los practicantes de Dafa es valioso, sentía que no debía acogerlo todo el tiempo. Después de todo, él estaba pasando su tiempo emborrachándose; si lo seguía aguantando, ¿no estaba consintiendo sus acciones?

Más tarde, me pidió que cubriera sus turnos de fin de semana mientras se iba a tomar un descanso para entretenerse. Sabía que no estaba bien, pero no sabía cómo manejarlo. Por lo tanto, cada vez que esto sucedía, discutíamos.

Miré hacia adentro y me quedé perpleja. ¿Qué errores había cometido? Sabía que lo correcto era no reemplazarlo, pero ¿por qué la gente decía que estaba equivocada? Me di cuenta de que era porque no quería perder la cara. Tenía demasiado miedo de ser etiquetada como "no buena", y no quería que la gente dijera que él tampoco era bueno. Todo esto se basaba en la mentalidad humana.

Por lo tanto, le dije a la gente en la oficina que él se había ido a beber con sus amigos mientras esperaba que yo lo reemplazara. Les dije que esto no estaba bien. Cuando la gente entendió la situación, nadie volvió a decir nada. Algunos incluso le dijeron que no bebiera tanto. Cuando volvió a tener turnos de fin de semana, ya no me pidió que lo reemplazara, pero aún me guardaba rencor.

En la superficie, este incidente parecía haber pasado. Sin embargo, no me di cuenta de que las viejas fuerzas lo estaban usando para separar a mi familia. Le hicieron pensar que cooperaba menos desde que practicaba Falun Dafa.

Hace poco, le tocó volver a trabajar los fines de semana, pero quería hacer algo con sus amigos. Dijo: "No te preocupes. No necesito que me cubras. Pagaré a alguien mil yuanes para que haga mi trabajo, si fuera necesario”. Luego se fue a su habitación y cerró la puerta de un golpe.

Me calmé y traté de pensar. De repente, un pensamiento me vino a la mente: las viejas fuerzas están tratando de separar a mi familia. Tengo que enviar pensamientos rectos para eliminarlas. Pensé: "Nada debería interferir con mi marido, ni controlarlo. No permitiré que ningún factor maligno destruya a mi familia de ninguna manera". Sentí una energía muy fuerte.

Al día siguiente, todo volvió a la normalidad como si nada hubiera pasado. No mencionó nada sobre cubrirlo e hizo el turno él mismo. Después de trabajar, se fue con sus amigos. No hubo ningún retraso.

Finalmente, comprendí que las viejas fuerzas querían quitarme tiempo y arrastrarme hacia abajo. También querían dañar a mi esposo y separar a mi familia.

Me di cuenta de que no atesoraba el tiempo que Shifu extendió para nosotros, lo que les dio a las viejas fuerzas excusas para perseguirme. Como discípulos de Dafa durante la rectificación del Fa, debemos atesorar este tiempo y hacer bien las tres cosas. No debemos aflojar. Al entender ese principio, Shifu me dio oportunidades para hacerlo mejor.

Shifu dijo:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos, el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo” (Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II)).

La clave es que debemos mirar hacia adentro, ser rectos y ver los asuntos desde la perspectiva del Fa. Es de suma importancia cómo enviamos pensamientos rectos. Como practicantes de Dafa, sabemos que somos los protagonistas y no podemos ser controlados por factores externos.

Nuestros pensamientos son divinos, cuando seguimos los principios universales, todo se logra. Todo está arreglado por Shifu. Por lo tanto, es crucial que nuestros pensamientos se alineen con el Fa. Mejoraremos cuando nuestros pensamientos sean correctos.

Mi marido solía ser gruñón, pero ahora siempre está sonriendo. Ha cambiado mucho, y yo me estoy volviendo más pura en la cultivación.