(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1994. Asistí a las conferencias de nueve días de Shifu dos veces y fui coordinadora de un sitio de práctica local antes de que comenzara la persecución en julio de 1999. Fui arrestada, encarcelada y torturada muchas veces por mi fe, pero siempre pude salir de los centros de lavado de cerebro, centros de detención y campos de trabajo forzado con pensamientos rectos. Incluso estuve sin hogar viviendo como indigente por algún tiempo debido a la persecución.

Sin embargo, cuando mi situación mejoró, cedí a la tentación de navegar por la Internet en mi teléfono celular y dejé de cultivarme. Comparto mis lecciones al respecto para que podamos mejorar juntos.

Me mudé hace seis años para apoyar la educación de mi niño, cuando mi empleador se mudó a los suburbios. El inconveniente de los desplazamientos hizo que fuera difícil seguir en contacto con los compañeros practicantes. Sin un ambiente de cultivación con otros practicantes y ocupada en el trabajo, gradualmente me volví negligente y adicta a mirar videos y leer artículos de WeChat en mi teléfono celular. Cuanto más tiempo pasaba en Internet, menos estudiaba el Fa. Finalmente dejé de hacer los ejercicios de Dafa y dedicaba muy poco tiempo a las actividades de aclaración de la verdad.

Regresando a la cultivación en Dafa

Finalmente "desperté" cuando comenzó el movimiento para demandar a Jiang Zemin. Tenía un trabajo estable, una familia feliz y una vida cómoda. Aunque no tenía el coraje y los pensamientos rectos para enfrentar directamente al mal, en el fondo sabía que no importaba cuán malo fuera mi estado de cultivación, podía dar mi vida cuando Dafa lo necesitara.

Sabía que tenía que estudiar bien el Fa y enviar pensamientos rectos con toda seriedad. Después de más de un mes de estudio intensivo del Fa, volví a tener fuertes pensamientos rectos. Luego escribí una demanda en contra de Jiang y la envié a la fiscalía suprema usando mi nombre real.

Después de eso, mi cultivación mejoró un poco, pero aún no podía eliminar el apego a navegar por Internet. Con frecuencia perdía mucho tiempo por la noche en mi teléfono celular. Me decía que tenía que dejar este mal hábito, pero fallaba una y otra vez.

Para estudiar más el Fa, me saltaba el desayuno y dedicaba 30 minutos al estudio del Fa por la mañana. También estudiaba el Fa durante el tiempo del almuerzo. Sin embargo, no podía estudiar efectivamente el Fa o hacer los ejercicios en la noche. No pude romper este ciclo durante todo un año.

El Maestro dijo:

"Cuando practicas los ejercicios, si realmente puedes escuchar algunas voces, o si existen mensajes en tu mente o algunos pensamientos interfieren contigo, debes eliminarlos. Si son fuertes puedes tratarlos como si fueran ajenos o pensamientos de otros que no tienen nada que ver contigo” (Exponiendo el Fa en el primer Fahui de Norteamérica, 1998).

No podía averiguar cuál era la raíz del apego o cómo superarlo. Estaba preocupada y me sentía impotente.

Cuando escuché por primera vez el aviso de Minghui de que los practicantes deberían desinstalar WeChat y Tencent QQ, respondí: "No debemos irnos a los extremos. Siempre y cuando no nos pongamos en contacto con practicantes que usen esas aplicaciones y eliminemos sus ID, aún podemos usarlas. Todavía las necesitamos para trabajar".

Mi compañía generalmente enviaba archivos usando QQ messenger y mi jefe a menudo organizaba trabajos y compartía artículos en WeChat. Mi trabajo se vería afectado si desinstalaba ese software.

Poco después de eso, fui despedida. Me di cuenta de que debería usar el tiempo para concentrarme en estudiar el Fa y enviar fuertes pensamientos rectos, debía volver al estado de cultivación diligente lo antes posible.

Más tarde, leí el aviso del Editor de Minghui que decía: "Independientemente de si viven en China continental o en otros países o regiones del mundo, instamos a los practicantes a que dejen de difundir, seguir y persistir en su uso con varias excusas". No tenía ninguna excusa para seguir utilizando WeChat o QQ.

Comprendí que era un requisito del Maestro, así que inmediatamente borré las aplicaciones de mi teléfono celular y de mi computadora. Luego pasé dos días aprendiendo cómo limpiar mi teléfono y finalmente desinstalé el navegador de Internet. Animada por otro practicante, también eliminé las aplicaciones Taobao, Alipay y otras para compartir bicicletas.

Cuando limpié mi teléfono siguiendo las indicaciones del aviso, encontré que mi mente era más clara y que ya no estaba apegada a navegar por Internet. Gradualmente fui capaz de cultivarme con el corazón que antes tuve.

Cuando volví a buscar trabajo, solo elegí compañías que no requerían el uso de WeChat y Tencent QQ. Utilicé esa calificación para distinguir si era el arreglo del Maestro o de las viejas fuerzas. Pronto encontré un nuevo trabajo que no requería que usara WeChat o QQ.

Mirando hacia atrás, me di cuenta de que lo que me impedía cultivarme con diligencia era el apego a Internet. Gracias a la notificación oportuna de la Junta Editorial de Minghui, estoy de regreso en el camino recto de la cultivación. Debo ponerme al día rápidamente y hacer las tres cosas bien.

El Maestro dijo:

“La tecnología y las tradiciones humanas son dos caminos, y existen en la sociedad humana al mismo tiempo. ¿Qué camino quieres elegir?, ¿qué camino quieres transitar?, justamente es una elección para los humanos. Yo acabo de decir que la benevolencia y la perversidad son una elección personal; estos dos caminos son para que elijan los humanos futuros” (Qué es un Dafa dizi).

“Todos han visto que ahora este elemento positivo está levantando la cabeza, además es muy poderoso, reviviendo las tradiciones; todo el mundo está prestando importancia a la cultura tradicional, los seres humanos están cada vez más claros y más despiertos" (Fahui de New Tang Dynasty TV y Dajiyuan 2018).

Mi entendimiento es que los Dafa dizi deben liderar el camino para restaurar la tradición y no estar atados a la tecnología ni a Internet. Deberíamos liderar el camino al elegir la tradición y la bondad y guiar a las personas que conocemos al estado normal de la sociedad humana sin Internet.