Mi nombre es Ye Shuzhen y soy profesora de la Universidad Nacional de Taiwán. Como académica, mi aceptación y mi creencia firme en Falun Dafa se basan en la razón. Durante los últimos años de práctica, mi cuerpo y mi mente han pasado por mejoras significativas, gracias al poder de Dafa.

Mejoría del corazón y la mente

Desde que empecé a practicar Falun Dafa, mi actitud hacia el trabajo ha cambiado. En el pasado, siempre temía las tareas que pudieran suscitar conflictos interpersonales. Si el departamento me pedía que asumiera responsabilidades en un trabajo de ese tipo, siempre trataba de evitarlo tanto como pudiera. Después de que empecé a practicar Dafa, gradualmente aprendí a dejar que las cosas siguieran su curso, mientras trataba de manejar todo con un corazón compasivo. Este tipo de cambio de actitud se basó en mi comprensión del requerimiento de Dafa de que un practicante debe, ante todo, hacer un buen trabajo en la sociedad común. Tras practicar Dafa, uno se siente más capaz de abandonar sus propios deseos y de tolerar más, así la mente deviene pacífica. Podría parecer pasividad o debilidad, pero cuando mantenemos una mente pacífica, a menudo encontramos que las relaciones se vuelven más armoniosas y que las cosas se resuelven satisfactoriamente. Cuando todos intentan obtener ventajas en su trato con los demás, los conflictos se agravan y nuestras vidas se llenan de conflictos. La tranquilidad y la tolerancia que he desarrollado, así como la bondad que se manifiesta hacia los demás, se han arraigado gradualmente en mi corazón, y esto ha hecho mejorar mis relaciones con los demás. 

Mi vida familiar también se ha vuelto más armoniosa. En el pasado, cuando mi esposo me criticaba, con frecuencia sentía que me trataba injustamente. Entonces discutía con él, con razonamientos que siempre desembocaban en una pelea. Después de que empecé a practicar Falun Dafa, la forma en que manejamos las cosas ha cambiado completamente para mejor. No importa con qué conflictos nos encontremos, ya sean grandes o pequeños, ya no nos peleamos. Cultivarme en Dafa ha permitido que mi familia se vuelva más armoniosa. Nuestro Maestro enseña a los practicantes, primero a considerar a los demás en todo momento, incluidos nuestros familiares. Los viejos conflictos parecen desaparecer cuando se los mira con compasión. Cultivar con el principio de Verdad-Benevolencia-Tolerancia me ha liberado enormemente y mi vida se ha vuelto muy placentera, despreocupada y pacífica.

Todas mis enfermedades desaparecieron

Falun Dafa es un sistema de cultivación, y no es igual que la práctica de qigong típica que solo aspira a deshacerse de las enfermedades. Sin embargo, si los practicantes pueden dejar de lado el apego a tratar sus enfermedades y en cambio, concentrarse en mejorar su carácter, el cuerpo experimentará mejoras sorprendentes. Ese poder curativo milagroso de Dafa también se ha manifestado en mi cuerpo. Antes de practicar Falun Dafa, sufría varios padecimientos, como dolor de cabeza, dolor de estómago, insomnio, incontinencia de orina, dolor de espalda, adherencias fibrosas, diabetes y otras afecciones. Después de practicar Dafa, todas estas enfermedades desaparecieron. De todas ellas, los dolores de cabeza, las adherencias y la diabetes, eran las que más me molestaban. Sufrí dolores de cabeza desde que era una adolescente y se prolongó durante los veinte o treinta años siguientes. Los síntomas empeoraron con el paso del tiempo. Hace más de diez años, comenzaron a ocurrir una vez cada dos o tres semanas, y cada vez que aparecían duraban varios días. Durante esos días, tenía que tomar un analgésico cada cinco o seis horas. Ya que el mismo tipo de analgésico pierde su efectividad después de ser tomado muchas veces, a lo largo de los años probé muchos tipos de analgésicos. Además, el dolor podía ocurrir repentinamente en cualquier momento y en cualquier lugar, por lo que tenía que cargar con los medicamentos a tiempo completo.

En 1988, tuve una operación por un problema ginecológico. A raíz de esto, sufría dolores intensos en la zona abdominal que se repetían cada mes o dos meses. Cada vez que esto sucedía, sudaba por todo el cuerpo por el dolor agudo. Probaba todo tipo de posiciones para aliviar el dolor, pero nunca remitía. Cuando finalmente cesaban, siempre sentía como si me hubiera recuperado al borde de la muerte. Fui a consultar a un médico sobre este problema, y el médico me indicó que se debía a las adherencias, un efecto secundario de la operación que tuve anteriormente. El médico dijo que era muy difícil de curar. En el verano de 1989, me diagnosticaron diabetes y, a partir de septiembre de 1996, tuve que administrarme inyecciones de insulina todas las mañanas y noches.

Había un doctor de medicina tradicional china que se preocupó mucho por mi mala salud. Siempre me sugería que me tomara unas largas vacaciones para recuperarme y me advertía que debía descansar. Por otra parte, me preocupaba no poder ver crecer a mi hija y no vivir lo suficiente como para ayudarle a elegir un buen camino en la vida. Solo después de que empecé a practicar Falun Dafa mi vida dio un cambio fundamental para mejorar. Todas aquellas enfermedades se fueron. Ahora mi dieta es de lo más normal. Puedo comer cualquier tipo de comida, incluso dulces. Solo necesito dormir de 5 a 6 horas por día, para sentirme llena de energía y brío. Mi cuerpo se siente muy ligero y limpio. Ya no temo las bajas temperaturas. Incluso cuando la temperatura está justo por encima de 10 ° C, aunque salga con una camisa delgada de manga corta nunca me resfrío. En el pasado, siempre sentía mi cuerpo frio como el hielo, incluso mis manos y pies se quedaban especialmente fríos y rígidos cuando me acostaba en la cama por la noche. En el invierno, tenía costumbre de dormir acurrucada. Ahora siento una corriente cálida recorriendo todo mi cuerpo. Durante los últimos dos años, solo he necesitado sábanas ligeras para taparme en invierno. Ya no necesito el edredón acolchado de algodón. Muchas personas han visto que todas mis enfermedades desaparecieron después de que empecé a practicar Falun Dafa. Se alegran mucho por mí y, a menudo, me felicitan por haber logrado abandonar el ciclo implacable de la enfermedad en el que me encontraba.

Falun Dafa dio un giro a mi vida y cambió mi salud en declive a una espléndida vitalidad. Con frecuencia se dice que cuando uno llega a los 40 o 50, la vida comienza a deslizarse cuesta abajo. Yo también experimenté tal estado. Pero después de que comencé a practicar Falun Dafa, la caída se detuvo y se invirtió. Sin dudarlo, practicaré Falun Dafa. Es Falun Dafa lo que le ha permitido a mi cuerpo y a mi mente experimentar una transformación tan increíble en tan poco tiempo.

Nota del editor:
Publicado en el libro: Vida y esperanza renovadas: El poder curativo de Falun Dafa
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