(Minghui.org) Nací en el seno de una familia humilde en una aldea de Singapur y era la mayor de siete hermanos. A pesar de ser delgada y pequeña, todavía tenía la tarea de cuidar a mis hermanos menores y de ayudar con las tareas domésticas desde una edad muy temprana.

A medida que crecía, soñaba ingenuamente con convertirme en una Pusa que pudiera volar y salvar a la gente del sufrimiento y de los desastres. Cada noche antes de acostarme, examinaba mi comportamiento de ese día para ver si había casos en los que tenía alguna mala conducta o causaba daño a otros. Sentía que no podía herir los sentimientos de los demás aunque me hirieran a mí.

Debido a mi sentimentalismo, sufrí mucho. Durante mis años escolares, con frecuencia me intimidaban y me sentía sola. Cuando crecí y empecé a trabajar, yo era la única dispuesta a soportar el comportamiento obstinado y egoísta de mis compañeros de trabajo.

Feliz de encontrar a Dafa

En mayo de 1998 la esposa del primo de mi padre vino a Singapur desde Hong Kong para enseñarle a mi madre a practicar Falun Dafa (también conocido como Falun Gong). Me informó que el Maestro Li Hongzhi, el Fundador de Falun Dafa, vendría a Singapur en agosto, y me pidió que ayudara a mi madre a conseguir entradas para la Conferencia del Fa.

El Maestro Li vino a Singapur para dar una conferencia los días 22 y 23 de agosto de 1998. Me sentí afortunada de haber tenido la oportunidad de asistir a la conferencia, ver al Maestro en persona, y convertirme en una practicante de Falun Dafa.

En ese momento cuando fui a la conferencia del Fa, no había leído los libros de Dafa ni sabía nada de la práctica. Pero cuando vi a mucha gente llorar después de ver al Maestro, yo también lloré. No sé por qué, pero me sentí muy conmovida en ese momento. El Maestro es tan alto, sagrado, benevolente y compasivo. Mi corazón se sintió tan feliz y cálido cuando vi al Maestro.

El segundo día de la conferencia, tuve la suerte de poder sentarme en la tercera fila desde el frente. Estaba tan cerca del Maestro, y Él me miró un par de veces. Mi corazón se estremeció por un momento como si algo hubiera explotado. Yo sabía perfectamente que tenía mucho yeli (karma) y que solo el Maestro podía salvarme. Decidí que quería tomar el camino de la cultivación en Dafa y seguir al Maestro de regreso a casa.

Hace 20 años que practico Dafa. Al recordar la conferencia de 1998, sentí como si el Maestro hubiera querido despertar a los practicantes en Singapur para que pudieran cumplir sus votos prehistóricos.

En ese momento, necesitábamos dar a conocer a Dafa a más gente para que ellos también tuvieran la oportunidad de cultivarse. Cuando el partido comunista chino (PCCh) comenzó la persecución contra Falun Dafa en julio de 1999, necesitábamos ayudar a los practicantes en China y aclarar al mundo los hechos sobre Dafa y la persecución. En ese momento, el Maestro parecía decirnos que nos despertáramos rápidamente.

Siguen las tribulaciones

Después de comenzar a cultivarme, cada vez que mi cuerpo sentía molestias, siempre me recuperaba después de hacer los ejercicios de Falun Dafa. El poder de Dafa me mantuvo firme en mi fe. Cuando leí Zhuan Falun por primera vez, me puse a llorar y dije en mi corazón: "Ahora entiendo. Sé que definitivamente seguiré por este camino".

Algunos amigos me pidieron que me uniera a sus religiones, pero nada de lo que dijeron me impactó. Dafa es tan bueno, pero las viejas fuerzas no permiten que nadie lo obtenga fácilmente. Están ansiosas por usar formas inescrupulosas para crear tribulaciones a los cultivadores, para probar si uno realmente desea continuar aprendiendo una práctica tan preciosa.

El 24 de agosto de 1998, un día después de haber asistido a la conferencia del Fa, mi hija contrajo repentinamente un virus y falleció a los 14 años. Era muy adorable y alegre, y sus profesores y compañeros de clase la querían mucho. Cuando mi hija se fue abruptamente, de repente me vi envuelta en un torbellino de agonía, ansiedad y miedo. A menudo tenía miedo de que otro ser querido pudiera dejarme también. En ese momento, acababa de empezar a cultivarme, y la tristeza me hacía llorar cuando practicaba los ejercicios o leía los libros de Dafa. ¡La vida era tan difícil!

Yo era nueva en la cultivación y no entendía a Dafa a un nivel más elevado. Seguí tratando de dejar ir el apego a mi hija, y los practicantes también me animaron a dejarlo ir. Sin embargo, seguí teniendo cambios de humor y a veces lloraba incontrolablemente cuando echaba de menos a mi hija.

Un día estaba estudiando el Fa, cuando unas pocas palabras aparecieron muy claramente en mi mente: "No quiero tus lágrimas". Estas palabras aparecieron en un instante, y cuando intenté mirar más de cerca el libro, no pude encontrar una frase así. Sabía que estaba defraudando al Maestro y que no debía seguir comportándome de esta manera.

El Maestro dijo:

“Alguien no puede dejar a su hijo, dice que bueno que era el, aunque él ha muerto; o dice que buena era su madre, que también ha muerto; él está casi muerto de tanta tristeza, prácticamente quiere seguirlos a ellos por el resto de su vida. Por qué no piensas un poco, ¿acaso esto no viene a atormentarte? Se emplea esta forma para que no puedas pasar un buen día” (Sexta Lección Zhuan Falun).

Comprendí que la razón por la que no era capaz de superar esta tribulación era que me estaba absteniendo de hacerlo. Tenía la idea de convertir este dolor en una fuerza motivadora. Entonces me recordé que los practicantes de Dafa perseguidos en China se enfrentaban a situaciones mucho peores que la mía, así que, ¿cuál fue mi sufrimiento en comparación con el de ellos?

Pensé, que debe haber una razón para que mi hija se vaya de este mundo. Puesto que ya había obtenido el Fa, debería tener la determinación de cultivarme hasta el final. Después de darme cuenta de esto, ya no lloré. Sin embargo, me tomó tres años deshacerme totalmente de este apego.

En realidad, mi hija también se benefició de mi cultivación en Dafa. Mi hermana me dijo que soñó que mi hija le decía que había ido a un lugar muy bueno. Mi hijo también soñó con su hermana. Dijo que estaba vestida con un atuendo antiguo y que había mucha gente dándole la bienvenida.

Refinándome a través de las tribulaciones

El comportamiento de mi hijo pronto comenzó a empeorar, y él hizo deliberadamente algunas cosas malas que me decepcionaron. A veces, cuando no podía superarlo en mi corazón, le dije: "La vida ya es muy dura para mí. ¡Lo que estás haciendo es empeorar las cosas, hacerlas más difíciles para mí! ¡Estoy tan cansada que podría desmoronarme en cualquier momento!".

Cuando mi hija falleció, mi hijo aún estaba en la secundaria. Ellos estaban muy unidos y siempre se apoyaban mutuamente. Así que la partida de mi hija fue un duro golpe para él y le hizo mucho daño. Cuando era un adolescente, la muerte le cambió su visión del mundo y se volvió muy vulnerable. Bajo la influencia malsana de la sociedad moderna, observé desgarradoramente cómo mi hijo se volvía malo.

Me sentía realmente deprimida, perdida e indefensa, pero las palabras del Maestro a menudo aparecían en mi mente:

“Con el Maestro y el Fa aquí, ¿a qué le pueden temer?” (Exponiendo el Fa en Sidney).

Las conferencias del Maestro me animaban a enfrentarme a la tribulación y a tratarla como un escalón importante para el mejoramiento en mi cultivación.

Puesto que ya he obtenido el Fa, con el Maestro cuidándome, debo continuar por este camino paso a paso. Las viejas fuerzas han hecho muchos arreglos detallados, y cada tribulación y prueba puede ser muy abrumadora. Esto es para ver si mi corazón titubea y si puedo vencerlas.

Seguí observando el comportamiento de mi hijo y tratando de guiarlo sobre la marcha. Le dije que todos somos responsables de todo lo que hacemos en este mundo, que debemos cuidarnos, ser honestos y elegir un camino recto.

Cada vez que hablaba con mi hijo, intentaba contarle algunas de las enseñanzas de Zhuan Falun. Como practicante, debo dejar de lado el sentimentalismo y ser verdaderamente responsable ante este ser consciente a través de la benevolencia. Sin embargo, esto no era tan fácil de poner en práctica en mi vida diaria.

El Maestro dijo:

“Cuando el hombre salta afuera de este qing, nadie es capaz de tocarlo, los corazones de la gente común ya no pueden moverlo y el qing se reemplaza con la misericordia, que es algo más noble” (Cuarta Lección, Zhuan Falun).

Seguí leyendo las enseñanzas del Maestro y reforzando mis pensamientos rectos. Algún tiempo después, mi hijo empezó a cambiar y hasta me pidió disculpas. Ya no hace cosas malas y está dispuesto a escucharme hablar sobre ser una buena persona. Mediante estas pruebas y a lo largo de los años, he podido dejar de lado mi apego al sentimentalismo.

Liberándome del sentimentalismo

Hay un dicho común que dice que la familia es un refugio contra las tormentas de la vida. Sin embargo, para mí, la familia es el lugar donde experimento huracanes.

En septiembre de 2011, me enteré de que mi marido tenía una aventura. Fue realmente como dijo el Maestro:

“Cientos de penalidades caen a la vez, para ver cómo uno sobrevive” (Templando la mente y el corazón de uno, Hong Yin).

De repente, mi corazón se llenó de emociones mezcladas de amor, odio, sentimentalismo y venganza. Pero en medio de la confusión, vi el apego del miedo a perder la dignidad y los sentimientos de inferioridad, resentimiento y vanidad.

Cuando las cosas se pusieron difíciles, estudié el Fa. Después de estudiar repetidamente Dafa, sentí que el Maestro estaba a mi lado y que era el único en quien podía confiar. A través de mis diferentes vidas, he creado mucho yeli (karma) y el Maestro me está ayudando a eliminarlo en esta vida.

En el proceso de enfrentar el problema con mi esposo, cada vez que mi corazón comenzaba a agitarse, recordaba que solo había un camino, el de abandonar los apegos y cultivarme. No había otra opción.

Como quería dar a nuestros hijos una familia completa, no pensé en pedir el divorcio, ni hice un gran alboroto de este asunto. Continué pasando los días en paz, cuidando de la familia, preparando todas las comidas y cumpliendo con mi deber como esposa. También llevé a mi marido a ver Shen Yun Performing Arts.

“El sentimentalismo es una red que mientras más se lucha, más se ajusta
La fama y el beneficio amarran a las personas durante toda la vida
En medio de los apegos, uno es dañado de manera demasiado fuerte
¿Cuál es en realidad el anhelo de la gente?
Ser un humano no es para luchar y pelear
En el momento del peligro de desastre, los dioses están bloqueando la calamidad
Para ver al Amo Creador en esta vida
Tú has estado buscando vida tras vida”

(¿Cuál es tu anhelo?, Hong Yin III)

Memoricé este poema del Maestro y lo usé para reflexionar sobre mi condición repetidamente. Entiendo que el amor por mis hijos y mi marido es realmente una red que se hace más apretada cuanto más lucho. He aprendido a tomarme las cosas más a la ligera, enfrentar las pruebas y aceptar los problemas hasta que finalmente puedo dejar ir los apegos.

No puedo llevar ninguno de los sentimientos de amor, odio, sentimentalismo y venganza a reinos superiores. Ellos solo pueden ser obstáculos que me lastran y dificultan mi mejoramiento en el camino de la cultivación.

A menudo comparo mi situación con la de los practicantes en China. Si yo tuviera esas tribulaciones, definitivamente no sería capaz de superarlas. Comparado con sus tribulaciones, mis problemas no son nada.

Aunque a veces hay tormentas en la vida de uno. Tengo al Maestro cuidando de mí mientras paso por pruebas y tribulaciones. Debo cultivarme y superarlas. Si no, habré perdido mi tiempo en este mundo y defraudado al Maestro.

Después de cultivarme durante tantos años, ya no encuentro la vida tan difícil como antes, y mi corazón no se mueve ahora tan fácilmente. Además siempre trato todo con una actitud benevolente. A veces cuando camino por las calles abarrotadas y miro a la gente que pasa a mi lado, siento que están controlados por sus emociones y que están pasando por un momento difícil debido a que no pueden escapar de ese control. Solo los cultivadores pueden escapar de ella, así que me siento muy afortunada de poder llegar a ser una practicante de Dafa.

Una vez cuando hablé con una señora india sobre Dafa, sus ojos se iluminaron de emoción. Ella dijo: "He esperado este día, cuando el verdadero Dios está finalmente aquí". Me sentí feliz y conmovida al escuchar esto, ya que sentía que todas las personas están esperando a Dafa para ser salvadas.

Habiendo pasado por estos veinte años de cultivación, todos los días le estoy profundamente agradecida al Maestro. No estaría hoy aquí de no ser por el Maestro. Ahora, siento verdaderamente que el tiempo es realmente escaso, y debo apreciar cada momento para contarles a los demás sobre Falun Dafa, honrar mis votos prehistóricos, y seguir al Maestro a casa.

¡Gracias, Maestro! ¡Gracias, compañeros practicantes!