(Minghui.org) La procuraduría de la ciudad de Yushu aprobó el caso de la Sra. Li Xiujuan siete días después de su arresto, al ser acusada ilegalmente de practicar Falun Dafa. Cuando su abogado  la visitó en el centro de detención dos días después, vio que sus brazos tenían moretones y sus pies estaban hinchados. Tenía dificultad para comer y se veía pálida y débil después  que los guardias la alimentaron a la fuerza cuando hizo huelga de hambre para protestar por la persecución.

Su abogado sospecha que los guardias le lesionaron el esófago mientras la alimentaban por la fuerza.

Falun Dafa es una práctica de mejora personal de mente y cuerpo que ha sido perseguida por el régimen comunista desde 1999.

La Sra. Li, de unos 50 años, fue arrestada por más de diez agentes de policía el 13 de junio de 2018. El arresto tuvo lugar frente a su suegro de 88 años, que acababa de ser dado de alta en un hospital, así como frente a su esposo y a otro familiar.

Según sus vecinos que presenciaron el arresto, los oficiales la esposaron y la arrastraron una larga distancia. Su esposo y el otro familiar también fueron llevados a la comisaría y estuvieron detenidos unas horas acusados de "obstruir las tareas que realizaba la policía".

La policía saqueó la casa de la Sra. Li sin presentar la orden de registro y confiscó muchas de sus pertenencias. Más tarde regresaron y registraron nuevamente su casa, luego de obtener una orden después de su arresto.

La Sra. Li ha estado detenida por más de tres meses y ahora enfrenta un posible enjuiciamiento.

Esta no es la primera vez que ha sido perseguida por mantenerse firme en su fe en Falun Dafa.

En marzo de 2003 fue arrestada después  que la policía la siguió al salir de una reunión con otros practicantes, que también fueron arrestados. Cada uno de los once practicantes arrestados fue torturado e interrogado. Diez de ellos fueron enviados a campos de trabajo forzado y uno  sentenciado a prisión.

Los oficiales golpearon a la Sra. Li con palos de bambú, dejando todo su cuerpo lleno de moretones. A pesar de que el centro de detención se negaba a admitirla debido a las graves heridas que le ocasionó la golpiza que recibió, la policía obligó a que el campo de trabajo la admitiera.

Cuando fue liberada, después de un año de trabajo forzado, el personal de la oficina 610 de Yushu intentó enviarla a un centro de lavado de cerebro para obligarla a renunciar a su fe. Gracias a las fuertes protestas de su familia, finalmente la liberaron.