(Minghui.org) Soy una practicante de la ciudad de Puebla, México, y empecé a practicar Falun Dafa en septiembre de 2012. Trabajé en el área administrativa de una universidad durante 13 años.

Eliminando viejos resentimientos

En el año 2004 tuve un jefe en la universidad que solía tratarme muy mal, con frecuencia me humillaba delante de otras personas, diciéndome groserías, parecía molestarle todo lo que hacía y me hacía la vida imposible. Por más que me esforzara en el trabajo, nunca estaba satisfecho. En ocasiones me pedía dinero prestado que nunca me devolvía; además, siempre debía tener cigarrillos para él que compraba con mi propio dinero. La situación fue empeorando, así que me vi obligada a renunciar a mi empleo, a pesar de que mi situación económica no era desahogada, pero sabía que si continuaba allí  por más tiempo, terminaría cayendo enferma de gravedad.

A los 2 meses de haber renunciado, se presentó una oportunidad para ingresar nuevamente en la universidad pero, esta vez, en un área diferente, por lo que decidí aceptar. Aunque tenía otro trabajo, le guardaba mucho rencor a aquella persona, sentía que había sido injusta conmigo y que me había hecho mucho daño sin merecerlo.

Cuando comencé a estudiar el libro Zhuan Falun en 2012, encontré muchas respuestas. Pude iluminarme y comprender el pago de vuelta de las deudas de yeli.

Shifu enseñó:

“Durante el xiulian, cuando estás lidiando específicamente con conflictos o cuando otros te tratan mal, pueden existir dos clases de situaciones: una es que posiblemente tú hayas maltratado a esa persona en tu vida anterior; sin embargo, tu corazón está muy desequilibrado: «¿Cómo me trata así?». Pues, ¿cómo trataste tú a esa persona antes?” (Zhuan Falun).

En julio de 2017, mi exjefe llegó a mi oficina para realizar un trámite personal. Cuando entró se dirigió a otras personas preguntando con quién debía efectuar dicho trámite y lo canalizaron conmigo. Se acercó, parecía nervioso al verme, me saludó y me preguntó si podía ayudarlo, a lo que respondí que sí. Cuando lo tuve cerca, mi corazón latía acelerado, pero me iluminé con las palabras de Shifu y sabía que era una prueba para elevarme y darme cuenta si mis viejos resentimientos estaban ahí, porque hoy, a diferencia de aquellos días, era una Dafa dizi y debía comportarme a otro nivel.

Fui bondadosa con él, lo ayudé, e incluso fui considerada ya que no tenía toda la documentación requerida. Pude mirarlo a los ojos sin sentir odio o resentimiento, por el contrario, un sentimiento bueno emergió en mí, no puedo describirlo con palabras, pero estoy segura que fue compasión. Cuando se fue, me sentí muy aliviada, la deuda había sido saldada. Dafa es extraordinario, realmente no tiene límites y fue capaz de transformar mi corazón.

Shifu dijo:

"La compasión es un producto de la cultivación y no es algo fingido; viene de lo profundo del corazón y no es algo para demostrar a otra gente. Es algo que existe eternamente y que no cambia con el paso del tiempo ni cambia dependiendo de las circunstancias" (Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2003).

Enfrentando nuevamente el mismo apego

Tengo una hermana que frecuentemente tenía problemas en su matrimonio y a causa de eso se divorció. Siempre solía buscar a mi madre, a mis hermanos o a mí cuando necesitaba ayuda para resolver sus conflictos. Era muy necia y no escuchaba consejos, solo quería que le ayudáramos, pero sin cuestionarla. Esta situación se dio por años, así que me sentía molesta y, sin darme cuenta, desarrollé resentimiento hacia ella, pues pensaba que no era considerada con nosotros. Le brindaba apoyo porque creía que era un deber moral, pero no era compasiva ni tolerante con ella.

Un día, mi hermana llegó a mi casa con una crisis nerviosa. Una vez más necesitaba ayuda. No tenía a dónde ir, así que se quedó a vivir. En un principio me mostré tolerante, pero con el paso de los días, me incomodaba su presencia, así que la situación se volvió tensa. Me olvidé de mirar hacia dentro y actué como una persona común. Sentía que llegaba a perturbar mi tranquilidad y que otra vez traía sus problemas a mi casa.

Mi madre, quien también es practicante, habló conmigo y me pidió que fuera misericordiosa, le compartí mis apegos al resentimiento y a los celos. Decidí que debía hablar con ella lo más pronto posible. Más tarde intenté acercarme a mi hermana, pero ella estaba furiosa y no quería verme ni hablar conmigo. Decidió marcharse de mi casa.

Me sentía desconsolada. No solo no había pasado la prueba, me había comportado como una mala persona. Durante los días siguientes no podía conciliar el sueño ni estudiar el Fa con un corazón tranquilo, además, comencé a tener diarrea, vómito y fuertes dolores de cabeza.

Shifu explicó:

“…en todos los ambientes hay que ser bueno y benevolente con los demás, y más aún con tus parientes. Debemos tratar a todos por igual, ser buenos con nuestros padres e hijos y ser considerados con los demás en todos los aspectos; así, este corazón ya no es egoísta, son todos corazones de bondad y benevolencia, es misericordia” (Zhuan Falun).

Pasaron los días y quise hablar con mi hermana para pedirle perdón, pero se negó a verme. No quería saber nada de mí. Tres meses después, mi hermana llegó a mi casa en la madrugada, parecía sentirse muy mal, igual que en aquella otra ocasión, pero esta vez mi conciencia principal estaba alerta. Al siguiente día, por fin pude abrazarla y pedirle perdón. El resentimiento había desaparecido, solo sentía amor, compasión y un sincero agradecimiento por permitirme ver mis apegos y ayudarme a eliminar esa sustancia nociva que no es parte de mí.

Espero que esto que les comparto hoy, desde mi limitado nivel, sea útil para otros practicantes. Aún tengo muchos corazones de apego y me siento avergonzada porque en muchas ocasiones le he fallado a Shifu, pero sé que las enseñanzas de Dafa han penetrado en mí y tengo la firme determinación de continuar avanzando con la ayuda del Maestro y de todos ustedes que tienen el valor y la voluntad para compartir sus experiencias de cultivación.

Les deseo éxito a todos en su xiulian y les pido que me hagan saber si algo de lo que he dicho no es recto.