(Minghui.org) Resido en un área rural y he estado practicando Falun Dafa durante 19 años. Debido a que no estudiaba el Fa con diligencia tenía muchos apegos, en un par de ocasiones las viejas fuerzas me hicieron enfrentar tribulaciones traicioneras.

Practicando Dafa sin ningún miedo

Poco después de empezar a practicar Falun Dafa, Jiang Zemin, el exjefe del partido comunista chino (PCCh), lanzó la persecución contra la práctica. Aunque no había practicado Dafa desde hacía bastante tiempo, no sentía miedo porque lo llevaba en mi corazón. Fui a Beijng para defender mi derecho constitucional a practicar Dafa, distribuí material de aclaración de la verdad y conversé con la gente sobre la persecución cara a cara junto a otros practicantes.

Asistí a una conferencia de intercambio de experiencias en octubre de 2001 donde fui arrestada. Pensé que no debía permanecer detenida por más tiempo e intenté saltar por encima de un muro después de solicitar usar el baño de la comisaría. Me lesioné las piernas y me llevaron al hospital. El médico describió que la lesión era muy grave. La policía me puso en libertad.

Estudié el Fa, envié pensamientos rectos y me recuperé. Poco a poco pude caminar y andar en bicicleta para  ir a distribuir los materiales informativos de Dafa con otros practicantes. A veces me dolían las piernas y sentía un zumbido en la cabeza. Mi estudio del Fa también se deterioró.

En 2005 se publicaron Los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista, así que pensamos en distribuirlos. Ninguno de mis compañeros practicantes quería ir conmigo debido a que les preocupaba su propia seguridad. Así que me fui sola, y estuve de viaje durante un día entero. Cuando regresé a casa sana y salva, un número creciente de practicantes aceptaron ayudarme a distribuir los Nueve Comentarios.

Dejar ir los apegos a la fama y beneficios

Cuando escuché que la gente pagaba bien por las tiendas de campaña de plástico hechas por otros practicantes, me metí en ese negocio debido a mi apego a la fama y a las ganancias. Pero resultó ser muy laborioso y requerir mucho tiempo. Por lo tanto, me quedé sin tiempo para estudiar Dafa. Entonces surgieron algunos problemas de xinxing con la gente que fabricaba las tiendas. Esta pelea me costó unos 150.000 yuanes, y tuve que pedir prestado algo de dinero.

Entonces, alguien me dijo que cultivar dátiles y fresas sería un buen negocio. Cultivé dátiles y fresas, pero como no estaba familiarizada con este tipo de negocio, no lo hice bien.

Intentar aventuras de negocios no funcionó bien para mi familia, y además holgazaneé en el estudio del Fa, haciendo los ejercicios, y aclarando los hechos sobre Falun Dafa. ¡Me convertí en una persona común!

En mi corazón le pedí al Maestro Li Hongzhi (el fundador) que fortaleciera mi fuerza de voluntad para poder practicar Dafa diligentemente. Me preguntaba si todavía me aceptaba como su dizi.

Había desperdiciado dos años. Durante aquel tiempo, sentí que a pesar de defraudar al Maestro, nunca dejó de cuidarme. Me desperté y le dije a mi esposo que cultivara uvas, y que iba a salir a aclarar la verdad a la gente. Eventualmente pagamos nuestra deuda y dejamos ir nuestra necesidad de obtener riqueza.

Pensé que mientras pudiera cultivarme, estaría bien aunque fuera una mendiga. Solté mis apegos e hicimos una buena siembra de uvas. Me había rectificado, y el Maestro nos estaba ayudando.

La vida mejora cuando uno se cultiva bien

Estudiaba el Fa con un grupo de practicantes por la noche y hacía los ejercicios por la mañana. Siempre que teníamos tiempo, hablábamos a la gente sobre Dafa y la convencíamos para que abandonara el PCCh y sus organizaciones juveniles.

Aunque nuestro estado financiero no es muy bueno, siento que mi vida se ha enriquecido. Cuando regreso a casa cada noche, le cuento a mi esposo historias interesantes sobre lo que experimento al aclarar la verdad.

Continúo cultivando mi xinxing. Anteriormente, no sabía cómo cultivar mi corazón y hacía todo con prisa. Desde que aparté a un lado mis apegos, me he dado cuenta de que las personas y las situaciones con las que me encontraba me ayudaban a abandonar mis ideas humanas. Solía observar a los demás pensando que eran astutos y que no era fácil llevarse bien con ellos. Ahora les doy las gracias y creo que, si me corrijo, también se volverán buenos. Ahora el ambiente a mi alrededor es pacífico y siento que he sido bendecida por Dafa.