(Minghui.org) Asistí a una clase de Falun Dafa en noviembre de 1993. En cuestión de días, mi salud se restableció y mis muchas enfermedades, incluida la espondilosis cervical, la hernia de disco espinal, la arritmia cardiaca y muchas otras, desaparecieron.

En ese momento mi pobre comprensión me llevó a concluir que Falun Dafa, a pesar de ser una práctica maravillosa dirigida por un gran Maestro de qigong, establecía un estándar casi imposible para sus practicantes. Encontré los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia inalcanzables, y no entendí el verdadero significado de la práctica de cultivación. Dejé de practicar después de dos o tres meses, prometiéndome continuar la cultivación después de la jubilación. Así me detuve por un intervalo de diecisiete años.

Una situación desesperada

Busqué tratamiento en nuestro hospital local a principios de 2010 por una crónica y persistente debilidad y un malestar gastrointestinal. Los doctores allí determinaron que tenía cáncer de recto, colon y estómago y me programaron rápidamente para un procedimiento quirúrgico.

Mi cuidadora principal durante este tiempo fue mi hermana menor, una practicante constante de Falun Dafa que se había estado cultivando durante más de diez años. Al escuchar el diagnóstico del médico, ella me aconsejó que continuara cultivando Falun Dafa. Sin embargo, anteriormente le había faltado el respeto al Maestro Li (el fundador), e incluso quemé la foto grupal tomada con él.

Estaba demasiado avergonzada para reanudar la práctica de cultivación en mi estado actual y le dije a mi hermana que iba a practicar después de que me hubiera recuperado. Mi cirugía originalmente estaba programada para realizarse al día siguiente. Sin embargo, tuve fiebre alta esa noche. La fiebre desapareció unos días después y mis médicos inmediatamente me programaron para la cirugía el día siguiente. Sin embargo, mi fiebre resurgió nuevamente esa noche. Mi hermana me dijo: "Es una señal de que no debes continuar con la cirugía".

A pesar de su consejo, tercamente me negué a cambiar de opinión e insistí en tener la operación, depositando mi fe incondicional en el poder de la medicina moderna. Me sometí a la cirugía y mi médico me informó después que la operación tuvo un éxito increíble. A diferencia de sus pacientes anteriores, no experimenté sangrado excesivo y no se produjeron complicaciones durante la cirugía. Sin embargo, dos días después de la cirugía, apareció un bulto doloroso en mi abdomen. Los médicos determinaron que el bulto era una complicación postoperatoria e intentaron tratarlo con medicamentos. Sin embargo, el crecimiento persistió e incluso comenzó a crecer en tamaño. El séptimo día, los doctores se dieron por vencidos y me dieron de alta en casa.

Curada después de reanudar la práctica de cultivación

En casa, mi condición continuó empeorando. Después de diez días, mi estómago estaba tan hinchado que parecía una madre embarazada de seis o siete meses. La ciencia médica no había podido brindarme una cura, y el dolor era tan insoportable que me sentía morir. Le dije a mi hermana: "Estoy viviendo una vida peor que la muerte. En este momento, prefiero morir".

Esa noche, experimenté un dolor tan severo que caí inconsciente y dejé de respirar. Mi hermana le suplicó al Maestro Li que me salvara, y poco después comencé a respirar nuevamente. A la mañana siguiente, tan pronto como desperté, mi hermana insistió en que la acompañara a practicar los ejercicios de Falun Gong. Dudosa, pregunté: "¿Esto realmente puede curar mi estómago hinchado?". Con un firme "sí", mi hermana me llevó a la sala de estar. Me puse de pie y practiqué el tercer ejercicio "Atravesando los extremos cósmicos". Diez minutos después, había completado el grupo de ejercicios y me estaba acomodando en la silla. Sentí el impulso de defecar después de haber esperado diez días. Mi cuerpo se sentía cómodamente ligero ¡y mi dolor se había desvanecido!

Poco después, oficialmente reanudé la práctica de cultivación de Falun Dafa. Durante mi segunda sesión de estudio del Fa, el Maestro limpió todo mi cuerpo y eliminó todas mis enfermedades. Han pasado más de ocho años y no he tenido ningún problema de salud desde entonces.

Una segunda oportunidad en la vida

El compasivo Maestro de Falun Dafa me concedió una segunda oportunidad en la vida. Durante más de ocho años, he estado esforzándome para cumplir con el estándar requerido a un practicante de Falun Dafa.

Practico los ejercicios todas las mañanas, estudio el Fa en el día, reservo tiempo para enviar pensamientos rectos y aprovecho diligentemente todas las oportunidades para hablar con la gente sobre la persecución a Dafa. He aprendido a buscar constantemente dentro de mí cuando surgen conflictos y juzgar mis pensamientos y acciones de acuerdo con los requisitos de Dafa. Mi temperamento ha mejorado como resultado, y me he convertido en una persona más paciente y desinteresada.

Estoy decidida a aprovechar cada segundo, cultivarme diligentemente y vivir a la altura de un practicante de Falun Dafa.