(Minghui.org) Una mañana del año pasado, oficiales de la policía me arrestaron mientras entregaba información sobre Falun Dafa y me llevaron al centro de detención local.

Aproximadamente a la medianoche, tres jóvenes agentes de entre 20 y 30 años de edad, me sacaron de la celda y me llevaron a la puerta de entrada de la comisaría.

Llovía muy poco. Un coche de policía estaba estacionado enfrente, a unos 10 metros. El policía A dijo: "Tía, por favor, espera aquí un momento. Entraremos a buscar paraguas". Se dieron vuelta y entraron en la comisaría.

Yo me preguntaba: La lluvia es tan tenue y el coche está tan cerca de nosotros. ¿Por qué molestarse en buscar paraguas?

Mientras esperaba allí, más de 10 minutos, los tres policías se me acercaron lentamente. No tenían ningún paraguas. El policía me dio una palmadita en el hombro y me dijo: "Tía, eres genial".

Nos subimos al patrullero. Uno conducía, otro estaba sentado en el lado del acompañante, y el otro sentado a mi lado, atrás.Yo estaba sentada detrás del conductor. Les contaba los hechos sobre Falun Dafa, particularmente a los dos sentados más cerca mío: "Falun Dafa enseña a las personas a ser buenas. La persecución está mal. Tendrán un gran futuro solo cuando entiendan la verdad sobre Falun Dafa".

Ellos contestaron positivamente. "Sabemos que los practicantes de Falun Dafa son buenas personas. Ya sabemos que está mal perseguir a Falun Dafa. Tía, no tienes idea de lo reacios que somos a tratar mal a los practicantes de Falun Dafa. Nos sentimos culpables en nuestra conciencia, pero nos obligan a hacerlo".

Estaba muy preocupado por mí y dijo: "El gobierno municipal vigila de cerca a los practicantes de Falun Dafa. Podrían estar más seguros si repartieran sus materiales en aldeas alejadas".

Dos de los policías aceptaron renunciar a las organizaciones afiliadas al partido comunista chino (PCCh), la liga juvenil y jóvenes pioneros.

No olvidé al policía A sentado en el asiento del acompañante. Mientras pasaban por los procedimientos en el centro de detención y antes de partir, lo seguí de cerca y le conté la verdad sobre Falun Dafa. Me dijo que también era miembro del partido comunista chino (PCCh). "Sigue mi consejo", le dije: "Falun Dafa es bueno y el PCCh es malo. Si renuncias a él y a sus organizaciones afiliadas, tú y tú familia serán salvados”.

Él estuvo de acuerdo inmediatamente, "Está bien".

El policía A me dijo: "Tía, te quedarás aquí tres días, conforme a la ley, pero es posible que te quedes varios días más. Por favor, cuídate mucho". En ese momento, comprendí su intención de “Traer paraguas...".

En realidad, ellos querían que aprovechase la oportunidad para marcharme del lugar.