(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa cuando era joven, pero hubo un tiempo en que me aparté de la práctica. Retorné a mi cultivación luego de haber sido diagnosticada con hepatitis y colecistitis, quisiera compartir mi experiencia de cultivación.

Empezando a practicar

Cuando era joven, no me gustaba ir a mi casa porque mis padres peleaban frecuentemente, y nuestro hogar no era feliz. La salud de mi madre se debilitó por las peleas constantes.

Un día, mi abuela materna vino a nuestra casa y se llevó a mi madre. Luego de unos días, ella volvió transformada. Jamás volvió a responderle a mi padre cuando él perdía su temperamento y tampoco peleó más con él. Mi madre recuperó su salud sin tomar ninguna medicación.

Resulta que mi abuela llevó a mi madre consigo para enseñarle Falun Gong y ella cambió gracias a la práctica. Sentí que Falun Gong era muy poderoso.

También me enteré que mi abuela, mi abuelo, mi tío y su esposa , todos practicaban Falun Gong.

Luego de eso, cuando mi madre hacía los ejercicios o estudiaba el Fa, yo la acompañaba. Me volví una joven discípula de Dafa.

Sin embargo, cuando estaba en sexto grado, mi tío practicante vino a mi escuela y me dijo que mi madre había sido arrestada.

Estuve preocupada por mi madre cada día y esperaba que regresara.

Cuando la policía vino a mi casa para requisarla ilegalmente, y forzarnos a entregar los libros de Dafa, mi padre me dijo que entregara al menos un solo libro para que se fueran. Aunque tenía miedo, sentía que el libro era un libro bueno y que no tenía que dárselo a la policía.

Le dije a mi padre: “no le entreguemos el libro, dejemos que lo encuentren ellos. No serán capaces de encontrarlo”.

De hecho, no pudieron encontrar nada y se fueron.

Luego de experimentar muchas cosas, me di cuenta que Shifu protege a cada discípulo de Dafa, incluso a aquellos que no son diligentes.

Mi madre eventualmente, volvió a casa.

Aflojando en la cultivación

Cuando empecé en la preparatoria, tuve que quedarme en la escuela porque estaba muy lejos de casa. Sin embargo, siempre que volvía a casa, estudiaba el Fa con mi madre.

Estaba en mi segundo año de la preparatoria cuando mi padre tuvo una pelea y golpeó a alguien en el trabajo; tuvo que compensar económicamente a la persona, causando problemas financieros en mi familia. Tuve que dejar la escuela y ponerme a trabajar.

Me volví una persona común como cualquier otra en la sociedad ordinaria.

Iba menos frecuentemente a mi casa, pero mi madre todavía me daba ejemplares del Semanario Minghui para leer. Cuando  quedé embarazada, no podía ir a trabajar. Estudiaba el Fa con mi madre, pero mis apegos humanos se volvían más fuertes. Tenía miedo cuando veía a mi madre aclarar la verdad y alentar a las personas a renunciar al partido comunista chino. A diferencia de mi madre, yo solo me atrevía a contarles a mis amigos sobre Dafa y renunciar al PCCh.

Aflojé mucho en mi cultivación y no estudiaba el Fa. No quería esforzarme, ni pensar en forma racional, creía que cuando mi madre lograra la consumación, iría con ella a su paraíso a vivir como uno de sus seres conscientes.

Retomando la cultivación

Quería vivir una vida mejor y estaba apegada a mi marido y a mi hija. También seguía pensando en cómo hacer más dinero para vivir mejor.

Tomé prestado dinero de mi esposo para abrir una franquicia, y puse mi corazón en eso. Cuando escuché el rumor de que mi esposo tenía una amante, mi corazón se quebró. La vida parecía demasiado difícil de aguantar. Trabajaba todo el día pero no podía dormir en la noche. Poco tiempo después, sentí mi estómago hinchado y perdí el apetito.

Fui diagnosticada con hepatitis y colecistitis. Tomé medicina china y occidental, incluso, píldoras para dormir, pero todavía no podía conciliar el sueño.

Un día, decidí recitar “Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno”. Pronto, pude dormir. Estaba muy feliz cuando desperté al día siguiente. Pensé que Shifu aún me cuidaba. Me sentí agradecida.

Volví a casa inmediatamente para buscar las lecciones del Maestro en audio, y las grabaciones del intercambio de experiencias en el sitio web Minghui que tenía mi madre.

Luego de escuchar el intercambio, pensé que tenía que seguir los requisitos del Maestro:

“Si siempre eres misericordioso, tratas a los demás benevolentemente, consideras a los demás al hacer cualquier cosa, y cada vez que se presenta un problema piensas primero si los demás podrán aguantar o no y si dañas a otros o no, entonces no surgirá ningún problema. Por consiguiente, debes refinar gong según estándares altos, exigirte con estándares aun más altos” (Zhuan Falun).

Luego de eso, pude ser considerada con los demás cuando encontraba cualquier problema y pude dormir mejor.

Cuando iba a la casa de mi abuela, mi tío y su esposa me pidieron que fuera con ellos a aclarar la verdad.

En el camino a casa, conversamos sobre lo que estaba pasando con la gente y lamenté que todos estuvieran preocupados solo de sí mismos.

Dije, “las personas que practican Dafa son mejores”.

“Eso es correcto. Es mejor cultivarse”, respondió.

“Pero es muy difícil”, dije.

“Tienes que ver si realmente quieres cultivarte. La cultivación no es difícil si quieres cultivarte”, me dijo con una sonrisa.

Las palabras de mi tío permanecieron en mi mente luego de regresar de mis compras. Quería cultivarme, así que me levanté muy temprano al día siguiente para hacer los ejercicios.

Cuando alguien en el trabajo quiso renunciar, le aclaré la verdad porque temía que no tenga la oportunidad de escuchar nuevamente. Me dijo que entendía todo porque alguien cerca de nuestro negocio, estaba practicando Falun Gong.

Le pedí que me ayudara a encontrar al practicante, quien me llevó a un grupo de estudio del Fa.

Shifu es tan compasivo. ¡Quería regresar a la cultivación y Él hizo todos los arreglos!

En los próximos días, los practicantes intercambiaban conmigo siempre que encontraba problemas, lo que me ayudó a elevarme rápidamente. Podía ver finalmente las cosas desde la perspectiva del Fa y entendí que las personas son egoístas, que la vida es una ilusión, y sobre el yeli (karma) y la retribución.

Ya no tenía remordimientos hacia mi esposo. Podía agradecerle sinceramente porque me ayudó con mi cultivación y me recordó que la cultivación es valiosa.

Cuando mi xinxing mejoró, mi marido volvió a casa y se disculpó conmigo.

Dije: “Es porque practico Dafa que no tengo ningún rencor”.

Le pedí que no acumulara más yeli (karma), pero si él tenía una amante, yo no me opondría a su deseo. Me dijo que no quería el divorcio y que no quería cometer el mismo error otra vez. Incluso le dijo a mi madre y a mí que nos cultiváramos diligentemente.

Quiero agradecer al Maestro por arreglar este camino de cultivación y también expresar mi agradecimiento a los compañeros practicantes. El Maestro nos ha dejado esta forma de cultivación en los grupos de estudio del Fa, lo que atesoro mucho.

Porque todavía no he alcanzado el estándar de una discípula de Dafa, estudiaré más el Fa y me rectificaré en este tiempo limitado, así puedo completar mi misión y cumplir mi voto.