(Minghui.org) Muchos practicantes locales ancianos han sido interferidos por el yeli de enfermedad. Algunos han muerto y otros han luchado pasivamente.

Una practicante de 78 años de edad solía hacer las tres cosas bien y progresaba diligentemente, pero nunca pareció ser capaz de aclarar la verdad apropiadamente a su familia. Un día se cayó de la cama y la llevaron de urgencia al hospital. Su familia la aisló y se negó a permitir que ninguno de los practicantes la visitara. No se atrevía a estudiar ni a escuchar el Fa porque su familia no se lo permitía.

Con el tiempo, se alejó del Fa y su salud se deterioró. Quedó paralizada de la cintura para abajo. Varios practicantes intentamos ponernos en contacto con ella para ayudarla a estudiar el Fa y hacer los ejercicios, pero ella tenía miedo de dejarnos entrar a su casa.

Más tarde empezó a culpar al Fa por lo que le había pasado. Veía mucho la televisión y tenía una criada que la cuidaba. Como resultado de su apego a la comodidad ahora apenas puede moverse.

Es triste ver que quien supo ser una buena practicante haya terminado así y haya hecho que la gente que la conoce tenga pensamientos negativos sobre Dafa.

Hay practicantes verdaderamente diligentes que han superado las tribulaciones con su fe firme en el Maestro y en el Fa. Con sus pensamientos rectos y con la ayuda de otros practicantes, han podido recuperarse rápidamente del yeli de enfermedad.

Conozco otra practicante a quien le diagnosticaron insuficiencia renal y le dijeron que necesitaría diálisis. Su familia le alquiló un apartamento al lado del hospital para que pudiera llegar fácilmente, pero ella no estuvo de acuerdo con el plan de su familia. No había sido particularmente diligente en el pasado, pero con la ayuda de los practicantes, comenzó a estudiar el Fa con atención, a hacer los ejercicios regularmente y a enviar pensamientos rectos. Con su fe firme en el Maestro y en el Fa, miró hacia su interior y rechazó la diálisis. Comenzó a recuperarse y aumentó de peso. Más tarde pudo empezar a repartir volantes y a trabajar para Dafa en casa.

Cuando las fuerzas del mal persiguen a los practicantes, especialmente a los ancianos, debemos creer firmemente que, como verdaderos practicantes, no podemos estar enfermos. Si nos sentimos enfermos, primero debemos negar la persecución malvada y limpiar completamente los elementos malos de nuestras dimensiones enviando pensamientos rectos y estudiando el Fa. A medida que eliminamos la persecución de las viejas fuerzas, debemos tener muy claro que somos discípulos de Dafa y que solo caminamos por el camino que el Maestro nos ha preparado para que podamos ayudar en la rectificación del Fa. El Maestro ayudará a rectificar cualquier cosa que hayamos hecho mal si podemos mirar hacia nuestro interior para descubrir nuestras faltas y apegos y corregirlos.

Shifu ha dicho:

“Si puedes cultivarte genuinamente, cuando verdaderamente puedas dejar ir tu apego por la vida o tu miedo a la muerte –y no sólo actuar así para que lo vean los demás, mientras en tu interior constantemente piensas sobre eso– entonces, no importa qué tipo de enfermedad tengas, serás curado. En la cultivación, la diferencia entre lo humano y lo divino es justamente la diferencia de un pensamiento. Esta diferencia de un pensamiento parece fácil, pero sólo puede lograrse con una sólida y profunda base a través de tu cultivación. Si realmente puedes dedicar mucho esfuerzo al estudio del Fa, vas a poder lograrlo” (Exponiendo el Fa en el Fahui Internacional de Nueva York, 2004).

Además de estudiar el Fa y enviar pensamientos rectos, como verdaderos practicantes, debemos mantener un buen ambiente de cultivación para que podamos progresar junto con nuestros compañeros practicantes. Al mismo tiempo, debemos ayudar a nuestras familias a entender la verdad y tratarlos con compasión, como lo haría un verdadero practicante.