(Minghui.org) Mi familia comenzó a practicar Falun Dafa en julio de 1996 y se beneficiaron enormemente de esta práctica de cultivación. Inspirada por los cambios positivos que vi en ellos, comencé a cultivarme a los 22 años.

Dafa nos enseña a ser bondadosos

Soy maestra en una guardería, trabajo con niños todos los días y tengo que ser paciente. Siempre tengo en mente los principios de Falun Dafa de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y trato a estos niños bondadosamente. Los sostengo, les presto mucha atención a sus necesidades y los ayudo a acostumbrarse a estar en un nuevo ambiente.

Luego, enseño a estos niños a tener un corazón bondadoso y a pensar primero en las necesidades de los demás al hacer las cosas. Al ver esto, los padres han desarrollado un gran respeto hacia mí.

Cuando una de las madres trató de darme un regalo, educadamente le dije que no aceptaba regalos (Nota: En China, dar regalos a los maestros es común, pero a menudo es para buscar un trato preferencial). Tenía curiosidad y me preguntó por qué me comporté de forma diferente a otros profesores. Le dije que trato a todos con amabilidad porque practico Falun Dafa. Se conmocionó, ya que había oído muchas cosas negativas sobre la práctica por parte de la propaganda de los medios de comunicación estatales.

Le expliqué que Falun Dafa enseña a la gente a seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia y que las cosas que vio en la televisión fueron fabricadas para difamar a Falun Dafa y encubrir la persecución. Señalé que esta práctica ha sido bien recibida en todo el mundo y solo está prohibida en la China continental.

Ignorando a los perseguidores

Durante los primeros años después de la prohibición de Falun Dafa, me llevaron a un centro de lavado de cerebro porque me negué a abandonar mis creencias. Después de ser liberada, la oficina 610 presionó a mi gerente para que me trasladara de mi puesto de maestra a realizar trabajos esporádicos.

Entonces, un día, la persona a cargo de la guardería me informó que me reasignarían a mi puesto de maestra. Me enteré que los padres habían escrito colectivamente una carta a la persona a cargo porque los niños me extrañaban. El jefe del departamento se conmovió y restableció mi puesto.

Me habían concedido el título de "Maestra Extraordinaria" muchas veces antes de 1999 —fecha en la cual comenzó la persecución a Falun Dafa. Cuando comenzó la persecución, fui descalificada.

Aunque mi nombre no estaba en la lista de candidatos a "Maestra Extraordinaria", mis colegas me escribieron en la papeleta. Me dijeron que creían que solo yo estaba calificada para llevar ese título. Los directivos no estaban contentos con esto porque la persecución era desenfrenada, y tenían miedo de verse implicados.

Nada me hizo cambiar, y continué demostrando la bondad de un practicante. Por lo tanto, el responsable de la guardería dijo: "La dirección de alto nivel no te concederá el título de Maestra Extraordinaria, y yo no puedo hacer nada al respecto. Pero aquí en nuestra guardería, tengo la última palabra. ¡Te clasificaré como Empleada Extraordinaria cada año!".

Unos años más tarde, la nueva directora de la guardería pidió que se me concediera el título oficial de "Maestra Extraordinaria". El jefe de los niveles superiores dijo: "¡Pero ella practica Falun Gong!".

"¿Qué hay de malo en eso? Solo miro lo bien que hace su trabajo", respondió nuestra nueva directora.