(Minghui.org) Mi esposo y yo comenzamos a practicar Falun Dafa en 1998, cuando yo tenía 28 años. Mi hija también cree en Dafa, así que se convirtió en practicante. Nuestra experiencia testimonia que los practicantes se ven más jóvenes que las personas de su edad.

El Maestro dijo:

“Nuestros estudiantes de Falun Dafa experimentan un cambio muy grande en su apariencia después de un período de xiulian; el cutis se les vuelve fino y suave, claro y con una tonalidad rosada; las arrugas en la cara de la gente muy mayor disminuyen, incluso quedan muy, pero muy pocas; este es un fenómeno común” (Primera lección, Zhuan Falun).

El poder de Dafa lo experimentan tanto los practicantes como aquellos que creen que Dafa es bueno. Una practicante sufrió quemaduras de tercer grado. Tenía quemaduras por todo su cuerpo, cara y manos, debido a que padeció un accidente de una fuerte explosión de gas, pero se recuperó al practicar de Falun Dafa, y ni siquiera le quedaron cicatrices.

Tratar los accidentes como practicante o no

Antes de practicar Falun Dafa, todo el tiempo estaba preocupada por mi apariencia, incluso si veía una peca en mi cara, hacía todo lo que pudiera para quitármela.

Poco después de empezar a practicar Falun Dafa, estaba cocinando avena de arroz en una olla a presión. De repente, se produjo una explosión. La válvula de la olla se disparó hacia mi frente e impactó contra mis gafas, las destrozó y los trozos de vidrio se me incrustaron en el rostro.

No me asusté, y apagué el gas con calma. Estaba preocupada por si debería ir al hospital, ya que no sabía si realmente esa podía ser considerada la actitud de una practicante.

En ese momento, solo podía permanecer sentada en la posición de medio loto menos de cinco minutos, y no podía mantener mis brazos en alto ni siquiera cinco minutos cuando hacía el ejercicio de Estaca Parada Falun. En cuanto a ser una buena persona de acuerdo a los principios de Dafa de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, definitivamente no era mi caso. Pensé que quizás no había alcanzado el nivel de una verdadera practicante.

Mi esposo me llevó al hospital. Un médico extrajo los trozos de vidrio de la herida y la limpió, esta tenía 6 cm de largo y 2 cm de ancho. Con una aguja pequeña, la cerró con una sutura de 28 puntos, mi marido no pudo contener sus lágrimas al verlo. Además me pusieron goteo intravenoso.

Cuando volvimos a casa y vi la gravedad de mi lesión, empecé a entrar en pánico. Mis padres y vecinos vinieron a ayudarme. Tenía ampollas en las manos. El dorso de ambas manos era lo que había quedado peor. Tuve que aplicarme ungüento en las heridas.

Convirtiéndome en una practicante genuina

No era muy diligente practicando los ejercicios, pero un día me propuse cambiar eso y subí a la azotea a hacerlos. Mientras hacía el segundo ejercicio, cerré los ojos. Después de un rato, comencé a ver un pequeño círculo redondo dando vueltas. La oscuridad empezó a tornarse gris, hasta acabar sintiendo mucha luz. Me pregunté si era el Maestro limpiando mi herida. Miré de nuevo y vi que en cada una de las puntas de mis dedos se sentaba un Buda dorado. Como aún mantenía mis ojos cerrados, comprendí que mi ojo celestial estaba abierto.

Me trataron con una vía intravenosa y ungüento durante 14 días, pero la lesión seguía mostrando una infección. Me preguntaba si aún necesitaba continuar con el tratamiento intravenoso.

El Maestro nos enseñó:

“...les he dicho a todos que si quieren practicar la cultivación en el futuro, las molestias físicas que experimenten se deberán posiblemente al ye que están echando fuera y que es de su vida anterior. Me he dado cuenta que algunas personas han nacido decenas o cientos de veces. Hubo muchas enfermedades en cada vida, y tienen que echarlas todas fuera. De todas maneras todas deben ser eliminadas. Muchas de ellas serán eliminadas desde otra dimensión y una porción debe ser eliminada por ustedes. Sin embargo, no todas las enfermedades se pueden eliminar desde la otra dimensión, porque a ustedes se les tiene que hacer sufrir un poco. Si no se sufre, significa que esa persona no está pagando las cosas malas que ha hecho. Un día, cuando hayan logrado su cultivación y estén en la posición de un fo, se sentirán muy incómodos de estar ahí. Otros se preguntarán: “¿Cómo ha llegado hasta aquí?”. ¿Es correcto eso? Esta es la razón por la que deben tolerar una parte del dolor. Entonces, mientras la toleran, incrementarán su cualidad de iluminación. ¿La tratarán como enfermedad, o la considerarán un proceso para que un practicante elimine el ye?" (Exponiendo el Fa en Sidney).

Finalmente comprendí que el Maestro me trata como a su discípula, pero que depende de mí tratarme como a una cultivadora. Todo depende de mi corazón. Debería considerarme verdaderamente una practicante genuina, y debería ser una buena persona en base a los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Debo dar el primer paso, y creer en el Maestro para convertirme una verdadera cultivadora.

Cuando reflexioné sobre todo lo sucedido, comprendí que todas habían sido pruebas. Por ejemplo, yo no tenía seguro, pero mi esposo sí. Entonces, el gerente de la compañía de seguros me sugirió que pusiera las facturas médicas a nombre de mi esposo para que nos las reembolsaran. Me negué a hacerlo y dije: "Sucedió a causa de mi propio yeli (karma). Tengo que sufrir y gastar dinero para pagar ese karma".

Observé mis manos, cubiertas de ungüento, y caí en la cuenta de que hacía más de 10 días desde el accidente. No había indicios de que fuera a quedarme cicatriz, ni había nada que supurara de la herida. Pensé: "El Maestro ha estado limpiando mi cuerpo, así que ¿por qué recibí un tratamiento intravenoso y me puse un ungüento? Simplemente estoy empujando el yeli (karma) hacia adentro". Por lo tanto, limpié la herida y tiré toda la medicina. Cuando me levanté a la mañana siguiente, las heridas se habían curado.

Antes de practicar Falun Dafa, tenía problemas estomacales y no podía comer muchos alimentos, incluyendo carne, arroz y fideos, así que estaba muy delgada. Desde que practico Falun Dafa, puedo comer de todo.

Cuando era pequeña, como tenía enfermedades de la piel me vi obligada a tomar muchos medicamentos, lo cual dañó mi hígado. Después de empezar a practicar Falun Dafa, todas mis dolencias desaparecieron. Ahora tengo una piel suave y brillante.

El Maestro limpió el cuerpo de mi hija

Cuando mi hija tenía un mes, desarrolló dermatitis atópica. Cuando entró en la escuela secundaria, la desarrolló nuevamente en su muñeca. Intentó curarla con varios tratamientos, pero nada ayudó.

Después de empezar a trabajar, gastó la mitad de sus ingresos en tratamientos, y el resto en comprar productos cosméticos para aplicarlos en su piel. Como gastó todo su dinero, la apoyamos financieramente. Sufría mucho porque no podía estar expuesta al sol, al viento, a la lluvia o al polvo. Tenía que cumplir estrictas restricciones dietéticas y se debilitó mucho.

Su tío le recomendó un médico de otra provincia en 2014, cuyos tratamientos resultaban muy efectivos. Fuimos a ver al doctor y conseguimos una receta. El medicamento fue muy eficaz, y la dermatitis quedó bajo control. Volvimos a casa muy felices, ya que pensamos que finalmente se había curado.

Sin embargo, un mes más tarde la dermatitis se extendió por casi todo su cuerpo, era algo totalmente incontrolable. Un médico de un conocido hospital nos sugirió tratamientos hormonales. Cuando llegamos a casa tratamos de persuadirla para que practicara Falun Dafa. Pero todavía optó por buscar más tratamientos en diferentes hospitales, aunque nada mejoraba su estado.

Hasta que mi hija quedó completamente desilusionada con la medicina moderna. Entonces, escuchó a algunos practicantes que nos visitaron. Todos se veían saludables y eran completamente diferentes a la mayoría de las demás personas. Sentía curiosidad y admiración, así que empezó a practicar Falun Dafa. Estudió Dafa, hizo los ejercicios y escuchó la música de la Falun Dafa.

El Maestro limpió su cuerpo. Cuando se lavaba el pelo, no usaba nada especial, y el agua con la que se lavaba el pelo era agua corriente. Sin embargo, después de enjuagarse el pelo, se producía un fuerte olor. La gente que nos visitaba pensaba que habíamos cocinado hierbas chinas.

Poco después, el Maestro limpió el cuerpo de mi hija de los restos de la medicina que había ingerido. Por eso, su habitación comenzó a no oler bien, como a una mezcla de varias medicinas occidentales. Le surgieron ampollas en los lugares donde le habían inyectado las hormonas. Una noche, empezó a supurar líquido a través de sus axilas y rodillas. A la mañana siguiente, su piel era suave; la noche anterior las ampollas le producían escozor y todas acabaron reventándose. Pero todo desapareció al día siguiente.

Mi hija experimentó grandes cambios. Se ha convertido en una persona con gran vitalidad, puede comer de nuevo, duerme bien y ha dejado de necesitar ropa que le proteja cuando sale de casa. El cambio más notable ha sido que la dermatitis ha desaparecido completamente sin dejar rastro.

(Presentación para "Celebrar el Día Mundial de Falun Dafa" 2018 en el sitio web de Minghui)