(Minghui.org) El 27 de junio de 2016, un vecino de la ciudad de Panjin se encontraba realizando una llamada telefónica cuando, de repente, se vio rodeado por más de dos docenas de agentes. Sin mostrarle ningún tipo de identificación, ni mandamiento judicial, lo condujeron a su casa y confiscaron muchas de sus pertenencias.

El Sr. Li Chongfeng se convirtió en blanco de la policía porque realizaba llamadas en las que trataba de explicar a sus interlocutores la persecución que sufre actualmente Falun Gong, una disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, a manos del régimen comunista chino. Sospecha que los agentes rastrearon su señal usando tecnología GPS.

No se conoce si la policía le ha devuelto alguno de los artículos confiscados, entre los que constan seis teléfonos celulares, una computadora portátil, dos computadoras de sobremesa, un ciclomotor eléctrico, más de 6.000 yuanes en efectivo, varias tarjetas de crédito, más de 40 libros de Falun Gong, y más de 70 ejemplares informativos de Falun Gong.

El Sr. Li, gerente de los Campos Petrolíferos de Liahe, de la Compañía Productora de Petróleo de Jinzhou, compareció ante la corte varios meses después. Lo condenaron a ocho años de prisión. El tribunal intermedio de la ciudad de Jinzhou ordenó mantener su pena de cárcel sin siquiera celebrar la audiencia que les había solicitado.

Sus familiares contrataron a un abogado, en marzo de 2018, para buscar justicia. El defensor presentó una moción para que reconsideraran el caso con la corte de apelación, pero esta volvió a ordenar no levantar el veredicto de culpabilidad.

El Sr. Li, de 40 años de edad, permanece encerrado en la primera cárcel de la ciudad de Shenyang. Sometido a continua vigilancia, solo le dan un tazón de avena para comer al día. Hasta la fecha, ha perdido más de 15 kilogramos.