(Minghui.org) Un día mi hijo perdió su bolso mientras andaba en bicicleta. Había un documento muy importante en el interior, así como las llaves de la casa y de varias otras bicicletas. Mi esposo estaba tan molesto que golpeó a mi hijo, que ya se sentía terrible por lo que había pasado.

"Sea lo que sea que experimenten durante la cultivación -sea bueno o malo- es bueno, ya que esto solo ocurre porque ustedes se están cultivando" (Al Fahui de Chicago, Escrituras esenciales para mayor avance III).

Sabía que debía haber un apego que necesitaba eliminar. Si hubiera ido con mi hijo al evento al que asistía, no habría llevado todas las llaves y el documento. Recordé que, en su lugar, fui a una reunión de intercambio de experiencias a la que no me invitaron. Realmente quería ir a todo tipo de sesiones de intercambio de experiencias sin ninguna razón. Tenía especial curiosidad sobre lo que diría uno de los practicantes que se cultivaba muy bien. De repente me di cuenta de que estaba demasiado apegada a ser parte de todo, y era hora de dejar ir este exceso de entusiasmo.

Esa sesión de intercambio de experiencias no tuvo nada que ver conmigo y no debería haber perdido el tiempo en ella simplemente por curiosidad. Me di cuenta de que el tiempo que tenemos para salvar a la gente es muy limitado y que debería administrar mi tiempo de manera más eficiente para hacer las cosas para salvar mejor a la gente. Le dije a Shifu que sabía que estaba equivocada y le pregunté cómo podía arreglar el problema. Abrí el libro Zhuan Falun, y fue a la página sobre habilidades supernormales. Pensé que tal vez podría usar mis habilidades para recuperar el bolso.

Un practicante me dijo que podía llamar a la estación de radio local y pedir ayuda. También me dijo que pusiera avisos de búsqueda en las calles. Estas eran cosas que una persona ordinaria haría y tal vez Shifu haría que alguien me trajera el bolso.

Mientras publicaba un aviso de búsqueda, me encontré con otra practicante, que normalmente no estaría allí. Me ayudó a llamar a la estación de radio local y la estación accedió a transmitir mi solicitud.

Cuando llegué a casa, mi hijo me dijo que no había manera de recuperar el bolso. "Si lo recuperamos, practicaría Falun Dafa", dijo.

Un hombre encontró el bolso. El nombre y la dirección de la escuela de mi hijo estaban en su tarjeta de autobús escolar dentro. La esposa del hombre llamó a la escuela y eventualmente recuperé el bolso.

Fui a la casa de la buena pareja para agradecerles. Luego les hablé de Falun Dafa, de la persecución y de por qué debían abandonar al partido comunista chino. Los ayudé a ambos a dejar el partido. Antes de irme, les di un regalo y nos hicimos amigos.

Cuando llegué a casa y le di a mi hijo la buena noticia, no podía creerlo y me dijo dos veces: "¡Falun Dafa es milagroso!".

Estaba claro que el arreglo del Maestro era que yo encontrara mis apegos, que mi hijo practicara Falun Dafa, y que la amable pareja escuchara acerca de Falun Dafa y la persecución. Una cosa mala se convirtió así en tres cosas buenas.