(Minghui.org) Durante más de una década, he ayudado a que mucha gente abandonara el partido comunista chino (PCCh), pero no he llevado ningún seguimiento de las personas a las que he ayudado. No he faltado ni un solo día, ni siquiera cuando me visitan mis amigos o por tener que cuidar de parientes ancianos. Cada día emito un pensamiento: No importa el clima, tengo que salir a salvar a la gente, aunque solo reparta unos pocos materiales informativos o ayude a una persona a renunciar al PCCh.

Soy una practicante mayor, que ha practicado Falun Dafa por más de dos décadas. Me gustaría compartir algunos de mis entendimientos al hacer las tres cosas.

Comienzo todas las mañanas haciendo los ejercicios. También envío pensamientos rectos en los cuatro horarios establecidos con todos los demás practicantes alrededor del mundo. Después de enviar pensamientos rectos, estudio una lección de Zhuan Falun. A continuación, salgo a hablar con la gente. Voy a las zonas rurales dos o tres veces por semana para distribuir materiales. Mientras reparto los materiales hablo con la gente y les ayudo a renunciar al PCCh. La mayoría de la gente lo acepta, y me siento feliz de que se hayan salvado. Cada vez que voy al campo antes de salir, envío un pensamiento: aunque solo pueda dejar un folleto, que se extienda a cientos de personas para que sepan la verdad.

Los días que no voy al campo, suelo ir en bicicleta a parques, estaciones de autobuses o lugares donde la gente se suele reunir para hablar con ellos y ayudarles a renunciar al PCCh. También dejo los materiales en lugares donde la gente pueda recogerlos. Algunas personas los leen después de tomarlos para luego llevárselos. También coloco fotos de los desfiles de Falun Dafa u otras actividades que se llevan a cabo fuera de China para que todos puedan ver lo popular que es Falun Dafa en el extranjero. En los días lluviosos, hablo mientras camino bajo un paraguas.

Superando las dificultades

Una noche, cuando salí a colgar materiales que aclaraban la verdad, tropecé y me torcí el tobillo izquierdo. La planta de mi pie casi miraba hacia arriba. Me dije: “Si es difícil de tolerar, trata de tolerar; si parece difícil de realizar y dicen que es difícil, entonces prueba un poco, a ver si realmente va o no va” (Zhuan Falun). Pedí la ayuda del Maestro y pude terminar de colocar todos los materiales antes de regresar a casa.

Al día siguiente, mi marido me dijo que debía ir a un hospital. Yo le dije: "No. Estoy bien". Pero dudé un momento y me pregunté: "¿Debería salir hoy?". Inmediatamente pensé que como mi pie estaba bien, debía salir. Subí a mi bicicleta y me fui. Las cosas fueron muy bien ese día, y pude ayudar a más personas de lo habitual a renunciar al PCCh. El Maestro vio que yo tenía el deseo y la determinación de salvar a la gente, así que muchas personas acudieron a mi encuentro. Sé que todo está arreglado por el Maestro. Solo necesito mover mis pies y abrir la boca para hablar.

A veces, me siento como una monja vagando cuando clarifico la verdad a la gente. Sin embargo algunas personas me tratan como a una estafadora. Se aferran a sus objetos de valor y rápidamente se alejan de mí. Otros me insultan. También he sido agredida físicamente. De vez en cuando, me han denunciado a la policía. Trato de no dejar que nada me afecte. La mayoría de la gente me lo agradece. Algunos me estrechan la mano o se inclinan ante mí. Les digo que deben darle las gracias al Maestro.

No siempre me he comportado tan bien como debería. De vez en cuando, he sido demasiado impaciente, egoísta o competitiva. Todos estos son apegos que necesito eliminar. Ya que a veces, selecciono a las personas con las que voy hablar; me acerco a los que están bien vestidos y se ven amables mientras evito a los que tienen un aspecto malvado o desaliñado.

Como consecuencia, debido a mi actitud un día casi pierdo a una persona predestinada. Estaba caminando alrededor de un parque cuando vi a un trabajador migrante cavando una zanja. Tenía un poco de sobrepeso y parecía poco amistoso. Así que pasé junto a él sin decirle nada y hablé con otra persona ayudándola a renunciar al PCCh. Pero luego me sentí mal por pasar junto al trabajador sin aclararle la verdad, así que volví para hablar con él. Primero lo saludé y luego hablamos sobre el comunismo y lo que le ha hecho al pueblo chino. Le dije cómo Dafa está siendo perseguido. Le pedí que recordara: "Falun Dafa es bueno" y "Verdad, Benevolencia, Tolerancia, es bueno". Me dijo que se había unido al partido comunista cuando estaba en el ejército. Le sugerí que usara un alias para abandonar el partido. Con mucho gusto estuvo de acuerdo y me dio las gracias. Le dije que realmente debía agradecerle a mi Maestro.

La rectificación del Fa está llegando a su fin. He de esforzarme más diligentemente para poder llegar a más seres conscientes y de esta manera salvarlos para cumplir con mis votos históricos.