(Minghui.org) No he hecho bien las tres cosas, ni tampoco he sido lo bastante diligente en mi cultivación. Me resulta difícil hablarle a la gente sobre Falun Dafa porque la persecución me atemoriza.

Aunque descargué las canciones “Jishi” y “Pudu” en mi celular, solo escuchaba “Pudu”. Un día, de camino al trabajo, me pregunté por qué razón no tenía la suficiente compasión. Justo en aquel momento, sentí el deseo de escuchar “Jishi”, así que lo hice. Tan pronto como empezó a sonar la música, estas palabras del Maestro aparecieron en mi mente: “‘Es sólo el corazón humano’; con este corazón no hay ‘bei’” (Exponiendo el Fa en el Fahui del Oeste de los Estados Unidos, 2004).

Mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas, escarbé hasta llegar a lo más profundo de mi corazón, y encontré la razón por la que carezco de compasión.

Era el egoísmo.

Varias búsquedas

Mi piel es más morena que la del común de los chinos y esto me hizo volverme alguien susceptible cuando los demás mencionaban mi tono de piel. Recuerdo que en la escuela primaria, me apodaban “piel negra”, “piel vieja”, etc. Me convertí en una persona tímida que rehuía los actos sociales, y empecé a perder la confianza en mí hasta el punto de dejar de hablar con los demás cuando salía de casa. Me auto compadecía hasta el punto de encerrarme en mí mismo. Me volví alguien callado e introvertido. Este complejo de inferioridad se acabaría convirtiendo en un gran apego que interfirió en mi cultivación.

Aunque sabía, con claridad, que no debía perseguir nada, cuando hacía los ejercicios, en lo profundo escondía deseos de poseer una piel más blanca, una apariencia más bonita, una voz más agradable, un cabello más sano, etc.

El Maestro nos dijo:

“Si vienes aquí para aprender el gong y Dafa albergando todo tipo de motivos para perseguir, no aprenderás nada. Te digo un principio verdadero: todo el proceso del xiulian del hombre es precisamente un proceso para eliminar continuamente los corazones de apego del hombre” (Zhuan Falun).

Sin darme cuenta había mezclado toda clases de búsquedas humanas con mi objetivo de cultivarme, y me encontraba apegado, egoístamente, a fuertes deseos humanos. No me estaba cultivando de acuerdo con Dafa.

Aclarando la verdad sobre los hechos con pensamientos humanos

Me preguntaba por qué las cosas no me funcionaban cuando intentaba hablar a la gente sobre Dafa y la persecución. Después de buscar adentro, me di cuenta de que solo me preocupaba mejorarme en lugar de tratar a las personas con compasión.

Pretendía que me creyeran o que se curaran de sus enfermedades incluso antes de que empezara a contarles la verdad sobre Dafa, y que se mostraran agradecidos. Si alguien no estaba de acuerdo con lo que le contaba, lo catalogaba como una mala persona. Me sentía tan desilusionado que acababa desistiendo de mi tarea.

El Maestro es quien los salva

“La cultivación depende de uno mismo, el gong depende del shifu” (Zhuan Falun).

Llegué a comprender que es el Maestro quien salva a la gente, por lo tanto, deberían mostrar su agradecimiento al Maestro y no a mí. No sería capaz de hacer nada sin la poderosa virtud y la misericordia del Maestro. Soy solo una pequeña partícula del Fa, y aclarar la verdad a las personas es la responsabilidad de los discípulos de Dafa del período de la rectificación del Fa.

Una vez que encontré la raíz de mis problemas, continué escuchando “Jishi”, y sentí la misericordia que expresaba aquella música. Mis ojos se llenaron de lágrimas y observé a la gente que pasaba por mi lado. Finalmente, logré sentir compasión en mi corazón.

Si continúo cultivándome y mejorándome podré sentir la ilimitada virtud del Maestro y Dafa.

“La compasión puede disolver Cielo y Tierra y traer la primavera

Los pensamientos rectos pueden salvar a la gente en el mundo” (El Fa rectifica el cosmos de Hong Yin [II]).

Debo hacer las tres cosas genuinamente si quiero ser un discípulo de Dafa genuino, del período de la rectificación del Fa.