(Minghui.org) Soy una joven practicante y me he estado cultivando durante muchos años. Me gustaría compartir una experiencia que tuve en 2015 y que aun me conmueve emocionalmente.

Pérdida dolorosa de mi deseo a ser bella

Tenía un fuerte apego a las cosas bonitas, y estaba obsesionada con mi aspecto y mi figura. Aunque estudiaba el Fa, no era diligente en mi cultivación. Estaba más interesada en disfrutar las cosas del mundo común, incluyendo a la gente y a Internet. Tenía muchas nociones humanas.

Mirando los programas de televisión y de Internet, vi cómo las personas se hacían cirugías plásticas para estar más bonitas. Me interesé mucho en procedimientos cosméticos no quirúrgicos como las inyecciones de botox, ácido hialurónico, etc. Parecía que el estándar de la belleza incluía tener nariz respingada, ojos grandes, rostro en forma de V y una figura delgada.

Me hacían masajes en un salón de belleza para perder peso, aunque no estaba excedida. También me inyectaron botox para hacer mi cara más delgada y en forma de V,

No me di cuenta, que haciendo estas cosas, estaba desviada de Dafa.

Mis acciones tampoco eran acordes a nuestras tradiciones chinas. Hay un antiguo proverbio chino que dice: “Nuestros cuerpos -cada cabello y cada trozo de piel- son dados por nuestros padres y no debemos dañarlos. Este es el comienzo de la devoción filial y el respeto a los padres, ancianos y antepasados".

Yo quería cambiar lo que mis padres me dieron, por lo que no estaba siendo respetuosa con ellos. Y como una practicante con una misión histórica, no estaba en el Fa. Los dioses crearon el cuerpo humano, y cambiando mi imagen física, estaba siendo irrespetuosa.

A pesar de mi autoindulgencia, el Maestro Li, el Fundador de Falun Dafa, no se dio por vencido conmigo. El Maestro expulsó las toxinas de mi cuerpo. Pronto comencé a tener acné sobre mi piel de porcelana, y cada vez fue peor. El acné se extendió por toda mi cara, secretando una sustancia amarilla. Picaba tanto que por la noche no podía dormir, me rasqué hasta que comenzó a sangrar. Mi cara se hinchó y no quería que me vieran. Me di cuenta que había cometido un error muy serio.

Un gran cambio

Mi madre, que también es practicante, me dijo: “Tienes dos opciones. Una: creer en el Maestro y en el Fa. Y transitar el sendero que Él arregló, mirar hacia adentro, exponer tus apegos, estudiar en Fa y negar los arreglos de las viejas fuerzas.”

O dos: “Ir al hospital y que te traten. El tratamiento podría no curar tu problema e incluso podría destruirte. Lo que tienes no es una enfermedad, es una toxina inyectada en tu piel. El Maestro la está expulsando de tu cuerpo y debes soportar el dolor”.

Estaba tan apegada a mi apariencia que pensé que mi mundo había colapsado. Me sentí muy desamparada. Los practicantes continuaron visitándome en casa para compartirme sus entendimientos. Me alentaban a tener fe en el Maestro y en Dafa, y a transitar el camino arreglado por el Maestro. Para mí, era una prueba de vida o muerte.

Con la ayuda de mi familia y de otros practicantes, comencé a estudiar mejor el Fa. En un comienzo fue difícil leer los libros porque me había alejado de los estándares del Fa durante mucho tiempo.

Comencé a leer una o dos lecciones por día y a mirar hacia adentro buscando mis apegos. Con el tiempo fui capaz de leer cinco o seis lecciones en un día, y de mirar hacia adentro con la mente calma. Entonces descubrí mis apegos a la reputación, al interés propio, a las emociones y a la lujuria. Estaban escondidos tan profundo que no podía verlos.

Antes de esta tribulación, era muy obstinada. Por ejemplo, no salía de la casa hasta que tenía puesto el maquillaje. Me aplicada toda clase de productos para la piel, esperando que la hicieran más bella. Disfrutaba escuchar los cumplidos de las personas sobre mi piel, mi belleza y mi figura. También tomaba en secreto píldoras para mantenerme delgada.

Cuando veía gente guapa, la miraba fijamente y envidiaba su belleza. Haría cualquier cosa para verme más linda, y eso era un apego a la lujuria. Aunque negaba tenerlo, en lo profundo quería llamar la atención del sexo opuesto y hacer que otras mujeres me envidien.

Un corazón tan sucio me alejaba cada vez más del camino hacia lo divino. Si fallaba en deshacerme de ese corazón y del apego a mi imagen exterior, nunca podría dejar el caparazón humano y seguiría siendo una mortal.

Como solté estos apegos en forma gradual, dejé de mirarme al espejo constantemente. También dejé ir mi apego a la búsqueda (esperando que el Maestro me ayudara) mientras estudiaba el Fa. Traté de cambiarme desde adentro.

Además de estudiar a Zhuan Falun, leí otras conferencias y envié fuertes pensamientos rectos para eliminar las nociones humanas y los pensamientos que no estaban conformes al Fa. Quería volver a mi verdadero yo.

Después de ser diligente, el Maestro eliminó las malas sustancias. Mi piel mejoró y ya no estaba apegada a los productos para su cuidado. También me levanté temprano todos los días para hacer los ejercicios.

Unos meses después, mi piel se volvió bonita y suave, aun más que antes. Supe que el Maestro me salvó y le estaba muy agradecida por ello.

Mis amigos y familiares no podían creer lo que veían. No tenía cicatrices en la cara. El Maestro soportó todo por mí y no había palabras que pudieran describir mi gratitud.

Mi entendimiento ahora

Me iluminé a lo siguiente después de atravesar esta tribulación:

Debemos estudiar los libros de Dafa diariamente y con seriedad, midiendo nuestros pensamientos acordes con los principios del Fa y corrigiéndolos de inmediato cuando no están conformes al Fa. Debemos mirar hacia adentro cuando encontramos problemas. No posponerlos hasta que se hagan demasiado grandes.

Además, debemos tener fe en el Maestro y en el Fa y negar los arreglos de las viejas fuerzas. Esto viene del estudio sincero del Fa y creyendo incondicionalmente en las enseñanzas de Shifu. No tratemos de interpretar los principios del Fa basados en nuestros propios sentimientos, ya que el significado interno del Fa es infinito, y nuestro entendimiento del Fa es bastante superficial.

Debemos continuar enviando fuertes pensamientos rectos cuando atravesamos tribulaciones, y no tenemos que estancarnos en la situación cuando no somos capaces de encontrar el apego. Por ejemplo, enviar fuertes pensamientos rectos para eliminar todos nuestros apegos, uno por uno, cuando no podemos encontrar el particular que causa la tribulación. Solo sigan las instrucciones del Maestro sobre cómo enviar fuertes pensamientos rectos, recitando las palabras, y no teniendo el apego a la búsqueda de resultados.

Cuando atravesamos dificultades, no debemos mortificarnos por nuestros errores, que podrían hacernos incapaces de salir de una situación difícil. Por el contrario, rectifiquémonos y sigamos los requisitos de Dafa. El Maestro no quiere renunciar a ningún practicante. Después de caer, levántense y continúen cultivándose bien.

Además, siempre debemos preocuparnos por los seres conscientes y hacer bien las tres cosas. Durante mi tribulación, me di cuenta que era un Dafa dizi del período de la Rectificación del Fa y que tenía responsabilidades. Por lo tanto, salí con mi madre todas las tardes a hablar con la gente sobre Falun Dafa y la persecución, y distribuimos materiales informativos.

Hasta el día de hoy, aun tengo profundos sentimientos sobre esta experiencia, aunque ya pasaron dos años.

Gracias Maestro, por no renunciar a mí y por alentarme a continuar. Estoy avergonzada por no haber hecho antes bien las tres cosas. Por ello, aun tengo tendencias autoindulgentes.

Mientras escribía este artículo nuevamente miré hacia adentro. Todavía tengo algunos apegos a la lujuria y a querer lucir bonita. Los estoy exponiendo aquí para eliminarlos. Cada vez que envío un artículo es una oportunidad para elevar mi nivel de cultivación.