(Minghui.org) Los practicantes de Falun Gong están usando diferentes métodos para aclarar la verdad, que están resultando ser bastante exitosos. Particularmente, me dedico a escribir cartas a guardias de la prisión, jueces, fiscales, policías, secretarios del partido, directores de escuelas, maestros, etc.

La compasión transforma a los demás

Una practicante, que estudia en la universidad y que solía acudir a nuestro grupo de estudio del Fa, fue arrestada. Me contaron que una funcionaria de la prisión la torturaba. Además de enviar pensamientos rectos, me dispuse a escribirle una carta, detallando los hechos reales sobre Falun Gong y la persecución.

Le dije que sabíamos lo que le hacía a las practicantes de Falun Gong. Quería ayudarla a convertirse en una persona bondadosa, así que escribí: "No sé qué edad tiene, pero como mujeres, ambas poseemos la naturaleza amorosa y afectiva de una madre. Si usted tiene su misma edad, quizás debería tratarla como a una hermana.Si nuestra compañera tiene la edad de su hija, ¿cómo ha podido tratarla así? Me pregunto qué la impulsa a odiar tanto, ¿la fama o los beneficios materiales?”.

Mientras escribía la carta, tuve que superar el resentimiento. Yo era consciente de que esta persona había sido engañada por el Partido Comunista Chino (PCCh) y merecía saber la verdad.

Más tarde me enteré, a través de los familiares de la practicante, que esta funcionaria había dejado de torturarla.

Apego a la exultación

Una practicante fue liberada de un campo de trabajo forzado, sin embargo, los policías locales siguieron hostigándola, incluso intentaron recluirla de nuevo en un centro de lavado de cerebro. Se vio obligada a abandonar su hogar.

Cuando vino a nuestro grupo de estudio del Fa, rompió a llorar y suplicó que la ayudáramos. Le sugerimos que escribiera una carta a su lugar de trabajo y otra a la comisaría de policía local, para aclararles la verdad sobre Falun Gong y la persecución. Le preocupaba no saber expresarse bien, así que intenté tranquilizarla. Le pedí que se limitara a escribir en la carta, simplemente, lo mismo que pensaba.

Había sido arrestada por la policía local y torturada en “el banco del tigre” durante tres días y tres noches. El jefe de la oficina local 610 había sido su compañero de clase en la escuela secundaria. Le ofreció una almohada para que no se sentara en el suelo. Esto se convirtió en el punto de partida de nuestra carta: Como habían sido compañeros de clase, en base a su antigua relación, podía expresarle sus preocupaciones.

Después de presentarle los hechos, entramos en consideraciones más profundas sobre Falun Gong y sobre la ilegalidad de la persecución. Puse ejemplos sobre las consecuencias que afrontaron aquellos que a lo largo de la historia han perseguido a las religiones rectas. Escribí que me preocupaba verdaderamente la suerte que correría, especialmente cuando el PCCh colapsara.

También redacté cartas a su lugar de trabajo, a sus administradores y a sus compañeros de trabajo. Expliqué que el régimen del PCCh está usando los medios de comunicación para engañar y envenenar a las personas. También mencioné que solo por que quería ser una buena persona y se negó a renunciar a su creencia, la encerraron en un campo de trabajo forzado.

La gente me dijo que la redacción había quedado muy bien, y demostraba mucho talento. Las muestras de reconocimiento me hicieron sentir satisfecha, pero también alimentaron mi apego a la exultación. Tuve que rectificarme inmediatamente.

Eliminando la envidia

Una practicante nos comentó durante el estudio del Fa que un miembro del comité disciplinario, que era amigo de su hermano, visitaría la ciudad. Había pensado que era muy importante escribirle una carta explicándole la verdad sobre la persecución a Falun Gong.

Todos sabían que yo había escrito cartas durante mucho tiempo así que esperaba que, en cualquier momento, me pidieran redactarla. Se me ocurrieron algunas ideas. En ese momento, una practicante sugirió que esta vez quizás deberíamos cambiar el enfoque, y el grupo decidió que fuera ella quien la redactara.

Me sentí herida, especialmente porque se trataba de una practicante nueva. Me molestó que los demás aceptasen sus ideas. Después, en casa, me sentí intranquila durante mucho tiempo. Busqué dentro y me di cuenta de que estaba celosa. Al no haberme validado a mí misma, me sentí menospreciada. Tras darme cuenta de mi apego, me iluminé a otra de las enseñanzas del Fa de Shifu.

Shifu enseñó:

"No pongo énfasis en las formalidades. Haré uso de toda clase de medios para exponer sus apegos profundamente encubiertos para que los desechen” (‘Excavando las raíces’ de Escrituras esenciales para mayor avance).

Este incidente expuso muchos de mis apegos, como la autovalidación, y fue una buena oportunidad para deshacerme de él. A medida que cumplimos con lo que debemos hacer, es sumamente importante que también nos elevemos y mejoremos.

Cooperación y Coordinación

Cuando estábamos intentando rescatar de otro practicante, escribí una carta a la fiscal encargada del caso. Un practicante me sugirió un título para la redacción que me pareció bueno, así que pasé de llamarla "Detengamos la persecución - La cultivación no es un crimen" a "La bondad - Un horizonte de esperanza".

A muchos de los practicantes les gustó la carta y quisieron reenviarla a más personas. Me opuse porque este carta era especial, la fiscal no colaboraba con los perseguidores. Además, si difundiéramos ampliamente la carta y se enterara, podría generarse una respuesta negativa e incluso la estaríamos empujando en la dirección contraria.

Por lo general, no me resultaba fácil aclarar la verdad cara a cara con los miembros del sistema judicial y de la fiscalía. A la mayoría de los funcionarios del sistema judicial les incomodaba escuchar mis explicaciones.

Escribirles una carta para aclararles la verdad daba mejor resultado. Durante la sesión del tribunal, la fiscal no medió palabra alguna. Me pareció que había entendido, en gran medida, lo que contábamos en nuestra carta.

Soy consciente de que no soy escritora profesional. Dafa me ha concedido la sabiduría necesaria para escribir cartas eficaces.