(Minghui.org) Mi hijo contrajo neumonía a una edad muy temprana, que más tarde se convirtió en tuberculosis. Su mala salud también lo hizo particularmente susceptible a enfermedades contagiosas. Como tal, además de los antibióticos para la tuberculosis, el régimen de medicamentos diarios de mi hijo también incluía grandes cantidades de medicamentos antiinflamatorios y para la gripe. Nuestra pobre situación financiera, junto con años de sequía y altos impuestos, hicieron la vida extremadamente difícil para nuestra familia. Lo poco que ganamos era para pagar los gastos médicos de nuestro hijo.

Para tratar su condición, mi hijo requería infusiones e inyecciones muy a menudo. El médico de mi hijo se convirtió en nuestro visitante más frecuente, y a medida que la condición de mi hijo empeoró, su médico se vio obligado a administrarle antibióticos cada vez más fuertes. Además de sufrir efectos secundarios, como náuseas severas debido a los tratamientos, mi hijo tuvo que soportar el dolor de múltiples inyecciones en sus manos, pies y glúteos.

Debido a la mala salud de nuestro hijo, mi esposa y yo vivíamos en un estado de constante ansiedad. Una mañana, mientras trabajaba en el campo, con mi esposa escuchamos toser a nuestro hijo. Sospechando que algo andaba mal, volvimos apresuradamente y lo encontramos en un grave estado de falta de aliento. Aterrorizados, lo llevamos al hospital donde le diagnosticaron laringitis aguda e inflamación grave de la garganta que le había bloqueado las vías respiratorias. Mi hijo fue salvado después de recibir tratamiento de emergencia, aunque los médicos nos informaron que había sobrevivido de casualidad. Si hubiéramos buscado ayuda más tarde, mi hijo habría muerto.

Los médicos nos advirtieron que el tratamiento médico solo podía retrasar la progresión de la enfermedad y que no había cura para su enfermedad. Con el tiempo, mi esposa y yo nos hundimos en un estado de depresión, agonizando por nuestra incapacidad de aliviar el sufrimiento de nuestro hijo.

Dafa curó a mi hijo

En el otoño de 1997, toda nuestra familia tuvo la suerte de aprender Falun Gong (también conocido como Falun Dafa). El libro Zhuan Falun respondió nuestras preguntas sobre el significado de la vida y cambió nuestra perspectiva para mejor.

A partir de entonces, siempre buscamos adherirnos con los principios de Verdad-Benevolencia- Tolerancia en nuestras vidas cotidianas y a la vez, aprender a buscar hacia adentro nuestros propios defectos. Poco después de obtener Dafa, con mi esposa descubrimos que la enfermedad de nuestro hijo se había curado milagrosamente, y nuestras pequeñas dolencias, también habían desaparecido. Mi espíritu se elevó sustancialmente y me sentí la persona más afortunada del mundo entero.

Mi padre sufría de tuberculosis crónica y se vio obligado a dejar de trabajar a los cincuenta años. Luego, mis padres se enteraron de un resort de recuperación de salud en una región de Mongolia Interior, y se mudaron allí con la esperanza de mejorar la condición física de mi padre. Sin embargo, la salud de mi padre no mejoró.

Al ver los beneficios que nuestra familia había conseguido al practicar Dafa, mis padres regresaron y comenzaron a aprender Falun Gong con nosotros. Poco después, la tuberculosis de mi padre se curó.

Falun Dafa salvó a mi hijo, a mi padre y a toda mi familia sin gastar ni un solo centavo. No tenemos palabras para expresar nuestra gratitud hacia al Maestro y a Dafa.

Testigo de los compasivos cuidados del Maestro

Después de terminar nuestra cosecha de otoño, me fui a trabajar a una mina de oro privada. La mina estaba situada a más de 50 metros bajo tierra, accesible a través de un cabrestante eléctrico. Además, había una enorme escalera de hierro al costado del pozo, para facilitar el acceso en caso de apagones (fallas eléctricas) o averías mecánicas.

En ese día en particular, sin que nadie lo supiera, una sección de la pesada escalera de hierro se había derrumbado, bloqueando una sección a unos tres o cuatro metros de la apertura de la mina. Después de terminar mi trabajo, subí a la plataforma del cabrestante eléctrico y me dirigí hacia arriba. De repente, el cabrestante eléctrico se detuvo a mitad de camino. Giré con la cabeza hacia arriba para investigar y al recibir un golpe vi el bloqueo a solo unos centímetros por encima de mi cabeza. Reuní mi ingenio, grité pidiendo ayuda y logré trepar entre los pequeños huecos de la escalera caída para llegar a la salida.

Después del incidente, mis compañeros me dijeron que habían parado el cabrestante porque oyeron sonidos (gritos) provenientes del fondo de la mina. Al principio me quedé perplejo porque había estado solo y había gritado una vez y no había pronunciado ni una sola palabra, después. Sin embargo, pronto me di cuenta de que el Maestro Li (fundador de Falun Gong) era quien protegió y salvó a mi vida.

Otro incidente memorable ocurrió en el invierno de 1998, poco después de que compré un rebaño de cabras. Una mañana, mientras ayudaba a mi vecino anciano a mover su abrevadero de piedra, me torcí la espalda gravemente. Al darme cuenta de que tendría dificultades para cuidar de mis cabras, mi anciano vecino se preocupó por mi condición y trató de ayudarme. Después de recordar las enseñanzas del Maestro Li, estaba decidido a no molestar al anciano. Rechacé su ayuda y puse mi confianza en el poder de Dafa.

Con gran dificultad, subí y bajé lentamente a mis cabras por la colina. Esa tarde practiqué los ejercicios de meditación sentada y realicé el resto de los ejercicios por la mañana y por la noche al día siguiente. Al tercer día, mi espalda estaba completamente curada.

"Reconocimiento de que "¡Falun Dafa es Bueno!"

Nuestra fortuna ha mejorado en los últimos años y nuestra familia se ha vuelto moderadamente acomodada. Ahora tenemos un número considerable de cabras, por las cuales pagamos impuestos anuales del gobierno. Debido a que es fácil ocultar el número real de cabras, muchos aldeanos esconden sus cabras para reportar números más bajos y evadir impuestos. Sin embargo, en mi caso, me aseguro de pagar de acuerdo con el número real de las cabras.

También cada vez que me encuentro con un conflicto, primero busco hacia adentro mis defectos e intento de tratar a todos con compasión. Por tanto, los aldeanos tienen una muy buena impresión de Falun Dafa y de los compañeros practicantes.

Falun Dafa salvó a mi familia y purificó nuestros cuerpos y mentes. Nos esforzamos por satisfacer los estándares requeridos por la práctica, con la esperanza de que nuestras acciones contribuyan a un mundo mejor.