(Minghui.org) Comencé a practicar Dafa en 1997. Me gustaría compartir dos milagros que acontecieron en mi familia desde entonces, con la esperanza que ayude a la gente a apreciar las maravillas de Dafa.

"99 de cada 100 hubieran muerto"

Mi hijo tuvo un accidente médico cuando lo trataron por un resfrío en el hospital de la escuela durante sus estudios de posgrado. Su sangre se infectó y luego sus órganos. Finalmente la enfermedad devino en septicemia: su vida estaba en peligro.

Después que llegamos con mi esposo al nosocomio, de inmediato lo trasladamos al mejor hospital de la zona. Muchos médicos se reunieron para discutir el tratamiento que llevarían a cabo, pero los planes fallaron uno tras otro. El director nos contactó personalmente y nos manifestó que nos preparásemos para lo peor.

En este momento crítico, recordé que era practicante de Dafa.

Pensé en las palabras del Maestro:

“Pero los dizi que realizan el xiulian de Falun Dafa no pueden tratar enfermedades en absoluto. Leerle al enfermo este libro, si el enfermo puede aceptar, esto puede curar la enfermedad, pero el efecto varía de acuerdo con la magnitud del yeli de las diferentes personas” (Zhuan Falun).

Me calmé y comencé a leerle Zhuan Falun todos los días. Podría decir que estaba escuchando. Tres días después, de repente ocurrió el milagro. Su condición mejoró exponencialmente. ¡Sobrevivió!

“99 de cada 100 hubieran muerto. Es muy afortunado”, comentó uno de sus médicos.

Sabía que fue el poder de Dafa. El Maestro salvó a mi hijo.

Muchos de mis familiares entendieron la verdad de Dafa después de presenciar el milagro. También renunciaron al partido comunista y a sus organizaciones afiliadas.

La recuperación de mi esposo de una severa lesión en el cuello

Mi esposo tuvo un grave accidente en motocicleta. Él y la moto cayeron en una zanja y su cuello sufrió una severa lesión. Lo enviaron al hospital. Apenas sentía las piernas y no podía cuidarse solo.

Yo estaba trabajando en otra ciudad cuando el accidente ocurrió. Tomé un tren para regresar a casa, y una pareja se sentó frente a mí. El hombre tenía unos cincuenta años y había sufrido una lesión espinal. La mujer tenía que encargarse de todo. Era como estar viendo mi futuro.

Mi marido se quedó en el hospital durante un mes. Lo cuidé y no me quejé. Después que le dieron el alta, era incapaz de valerse por sus medios, por lo que me preparé para cuidarlo por el resto de su vida. Hasta regalé su bicicleta. Pero al mismo tiempo, continué contándole sobre las maravillas de Dafa.

Poco después, un milagro ocurrió nuevamente. En forma gradual mejoró –de sentarse, pararse, caminar con él y dar unos pocos pasos, hasta caminar por sus propios medios normalmente. Seis meses más tarde, fue capaz de andar en bicicleta y se recuperó por completo. Ahora, puede hacer toda clase de tareas domésticas.

Todos nuestros amigos cercanos y familiares llegaron a creer realmente que Dafa es bueno después de haber sido testigos de su milagrosa recuperación.