(Minghui.org) Mi nombre es Ji Hua. Tengo 72 años y vivo en el campo. La persecución a Falun Dafa comenzó en 1999. Empecé a practicar en 2004, lo que significa que mi cultivación personal y el período de rectificación del Fa están teniendo lugar simultáneamente. Si no estudio bien el Fa, experimento interferencias en mi cultivación. Si no hubiera sido por la protección compasiva de Shifu, no hubiera podido llegar tan lejos. Esta es mi historia.

Salvado por el Maestro, sigo sus palabras para salvar a la gente

Padecía graves problemas en mis vértebras cervicales. Sufría dolores agudos constantes antes de empezar a practicar Falun Dafa. Ni siquiera podía prepararme la comida, y aún menos hacerme cargo de las faenas del campo. Aunque visité a muchos médicos ninguno pudo ayudarme. Ante la imposibilidad de comer o de dormir bien, me deprimí.

Cuando había perdido toda esperanza encontré Falun Dafa. Comencé a leer Zhuan Falun y a hacer los ejercicios. Poco después, dejé de sentir dolores en el cuello. Todas mis otras dolencias también desaparecieron. Me sentía tan bien que volví a trabajar en el campo. ¡Fue una sensación maravillosa! Era el poder de Falun Dafa. Sentía un agradecimiento enorme hacia Shifu. Comprendí que la mejor manera de expresar mi gratitud era contribuir a que más personas se salvaran.

En la primavera de 2005, comencé a hablarle a las personas sobre Falun Dafa y a ayudarlas a renunciar al partido comunista chino (PCCh). Primero lo hice con mis parientes, amigos y conocidos. Luego pasé a las calles, los mercados, las ferias, los parques y las paradas de autobús, donde fuera que se congregara la multitud. Hubo mucha gente que me trató mal, que me insultó, que me amenazó o que simplemente me ignoró. También hubo quien me dio las gracias.

Salí a hablar con la gente en 2005 y en 2006. Fui diligente y salvé a muchas personas. Doy gracias a Shifu por su protección compasiva.

Detenido y enviado a un campo de trabajo forzado

Me volví complaciente en 2007 y fui denunciado a la policía en abril. Me enviaron a un campo de trabajo forzado durante un año. No me olvidé de mi misión mientras permanecí en el campo de trabajo forzado. Continué hablando a la gente sobre Falun Dafa. La mayoría de los reclusos con los que hablé renunciaron al PCCh y a sus organizaciones juveniles.

Cuando me liberaron del campo de trabajo forzado, en 2008, dediqué más tiempo al estudio del Fa y a practicar los ejercicios. Pude volver a sentir la protección compasiva de Shifu. Seguí aclarando a la gente la verdad diligentemente, y cumpliendo con mi responsabilidad. Pude ayudar a muchas personas a renunciar al PCCh.

Sin embargo, pronto me volví complaciente y dejé de cultivarme nuevamente. Fui denunciado a la policía en 2013 y me enviaron a prisión a cumplir una pena de 3 años.

La responsabilidad de un discípulo de Dafa

Debido a las vejaciones y torturas que recibí en el campo de trabajo forzado, tenía problemas para respirar y apenas podía caminar cuando me liberaron en 2016. No dejé que esto me detuviera. Seguí estudiando el Fa y haciendo los ejercicios. Pronto mis dolencias fueron remitiendo. Poco a poco, conseguí salir cada vez por más tiempo y hablar con más personas sobre Falun Dafa.

Hablo con todos los que puedo. No me preocupan sus reacciones. Cuando alguien me amenaza con llamar a la policía, trato de que comprenda que el bien es recompensado con el bien y el mal con el mal. Les doy ejemplos de cómo aquellos que persiguieron a Falun Dafa se encontraron con retribuciones. Les cuento cómo Falun Dafa se ha extendido a más de 100 países; y que si comprenden que Falun Dafa es bueno, esto les mantendrá a salvo de futuras calamidades. También les menciono que se beneficiarán si dicen y creen que: "Falun Dafa es bueno". A menudo, sus actitudes cambian a mejor. Mucha gente renuncia al PCCh y me da las gracias por ayudarlos.

Una persona con la que entablé conversación me advirtió que era policía. Le pedí que me escuchara, por su propio bien; que su vida era importante. Le expuse: "Si entiende la verdad, se encontrará a salvo". Me animó a que siguiera con mi misión y me rogó que tuviera cuidado. Hice lo que me sugirió después de pedirle que grabara en su memoria todo lo que le había contado.

Voy al mercado de agricultores de la ciudad a hablar con la gente sin prestar atención al clima. Me quedo en las cercanía durante todo el día. Generalmente, ayudo de 20 a 30 personas a renunciar al PCCh.

Con los años, me he dado cuenta de que no importa cuántas personas ayude a salvar, todo se debe a que el Maestro me protege y me otorga la sabiduría necesaria, de otro modo no podría hacerlo. En agradecimiento a Shifu, me esfuerzo por hacerlo cada vez mejor.

He experimentado tanto alegrías como penas en los últimos 15 años.No importa que el clima sea helado o caluroso, no me detiene. Aunque nunca me he desviado del Fa, mi camino no siempre ha sido fácil. Solo me enfoco en salvar personas: es mi misión. Salgo todos los días y vivo una vida plena gracias a la protección de Shifu.

¡Valoro la oportunidad de cultivarme, seguir las enseñanzas del Maestro y hacer las tres cosas bien! Anhelo regresar a casa con el Maestro.