(Minghui.org) Los practicantes de Falun Gong realizan actividades todos los fines de semana en el barrio chino de Londres para generar consciencia sobre la persecución a la disciplina en China. El sábado 17 de noviembre, una tanda constante de personas pasaron por ahí, y muchos se quedaron para leer más sobre la persecución en los carteles de los practicantes y hablar con ellos directamente.

Muchas personas firmaron la petición pidiendo al régimen chino que termine la persecución y pare de sustraer los órganos de practicantes vivos para trasplantes.

Los practicantes de Falun Gong arman un puesto en el barrio chino de Londres.

Transeúnte se detiene para leer los carteles y mirar al practicante demostrar los ejercicios.

Un transeúnte firma la petición para condenar la persecución.

Abogado espera que haya derechos humanos en China

Una practicante de Falun Dafa explica la persecución a Andrew, un abogado retirado.

Andrew es un abogado retirado que escuchó sobre Falun Dafa unos años atrás. Firmó la petición condenando la persecución y les dijo a los practicantes que la sustracción forzada de órganos a personas vivas es horrorosa, y que los ciudadanos chinos deberían poder disfrutar de derechos humanos como las personas en Inglaterra y otros países libres. Y agregó que era inaceptable que la gente sea perseguida por sus creencias.

Poeta cree en el poder de la paz

Max y Lisa en el barrio chino de Londres.

Lisa es una poeta que vive cerca de Londres. En el barrio chino con su amigo Max, ambos pararon para leer los carteles. Max había escuchado sobre Falun Dafa y la persecución hace muchos años y no podía creer que una persecución así estuviera ocurriendo todavía. Comentó que la gente debería tener el derecho a elegir la meditación para mejorar su condición física.

Lisa aprobó la protesta pacífica de los practicantes: “Mantener esa paz también tiene poder”, dijo ella. “Esta es la paz que necesitamos”, comentó Max.

Chef japonés contento de ver algo tradicional

Saki, un chef japonés, encuentra Falun Dafa por primera vez.

Saki, un chef originalmente de Japón, vive en Londres hace 33 años. Es budista. Le costó mucho entender por qué el régimen chino no quiere que sus ciudadanos tengan creencias espirituales. Un practicante le contó que Falun Dafa enseña Verdad-Benevolencia-Tolerancia, lo cual es opuesto a la ideología del régimen chino, y le explicó por qué el régimen persigue sistemáticamente a esta práctica y otras formas de cultura tradicional chinas. Saki dijo que los principios de Falun Dafa le resultaban familiares y que le parecía muy bueno que Falun Gong estuviera intentando revivir la cultura tradicional china. Dijo que logró sentir una energía irradiante de los practicantes mientras meditaban.

Mujer de Rumania: “El comunismo quiere destruir todo”

Andera y Laluka apoyan los esfuerzos de los practicantes para detener la persecución.

Andera y Laluka ambas son de Rumania y trabajan en Londres. Después de enterarse sobre lo que ocurre con la persecución, ambas firmaron la petición. Andera dijo que había escuchado sobre las atrocidades de la sustracción de órganos a practicantes vivos. Laluka dijo que estaba interesada en el qigong y quería aprender la práctica.

Los padres y abuelos de Andera experimentaron los horrores del régimen comunista: “Firmé la petición para ayudar a detener la persecución. Viniendo de Rumania sé que el comunismo es muy destructivo. Quiere destruir todo, incluso los pensamientos, la gente, familias y religiones. Todo”.

Laluka dijo que entiende que el régimen comunista chino teme a Falun Gong porque este lleva a la gente a niveles espirituales más altos y que el partido comunista teme no poder controlar a la gente. Dijo que tiene a los practicantes en alta estima por aferrarse a su fe a pesar de la adversidad.

Turista italiano llama a la persecución “una locura”

Dos turistas italianos encuentran Falun Dafa por primera vez y firman la petición.

Dos turistas italianos estuvieron en las actividades del barrio chino de Londres y conocieron Falun Dafa por primera vez. El hombre estaba estremecido y dijo que la gente debería poder creer en lo que quiera. Le costó creer que un gobierno pudiera hacerle esto a su propia gente. “Deben estar locos para tratar así a su gente”, dijo.