(Minghui.org) El vicepresidente chino Wang Qishan llegó a Israel el miércoles 24 de octubre de 2018. Los practicantes de Falun Dafa en Israel consideraron que sería una excelente oportunidad para mostrar la bondad de la pacífica disciplina al vicepresidente y a su delegación china. Durante la visita, los practicantes sensibilizaron sobre la persecución que continúa en China, exponiendo los crímenes de la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos de Falun Dafa, perpetrados por el régimen comunista chino.

Los practicantes locales de la disciplina Falun Dafa (también conocida como Falun Gong) se reunieron en varios lugares clave que el vicepresidente chino y su delegación visitaron, entre ellos el Ministerio de Relaciones Exteriores en Jerusalén. Los practicantes llegaron frente al Ministerio de Relaciones Exteriores y esperaron a la delegación del vicepresidente chino, sosteniendo pancartas que decían "Bienvenida de los practicantes de Falun Gong", "Falun Dafa es bueno" y "Detengan la persecución a Falun Gong".

Los transeúntes que pasaban por el área se interesaron en la actividad y los practicantes les contaban sobre la disciplina y la brutal y continua persecución en China. Muchas personas expresaron su apoyo, incluido uno de los participantes en la reunión del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien cruzó la calle para expresar su apoyo a los practicantes diciendo: "¡Bien hecho!".

Poco después, un gran vehículo se estacionó frente a los practicantes, ocultando algunas de las pancartas, que ya no se podían ver desde las puertas del Ministerio de Relaciones Exteriores. Entonces los practicantes preguntaron si podían colocarse frente al vehículo, pero la persona en el vehículo les ordenó que se quedaran donde estaban. La persona se identificó como agente de Servicios de Seguridad General (GSS) y les mostró la identificación de la policía.

Un practicante le explicó por qué estaban allí, lo que significaban las pancartas y por qué era importante que las pancartas se vieran desde la entrada del Ministerio de Relaciones Exteriores. Después de pedirle cortésmente que moviera un poco el vehículo para despejar la vista de la protesta pacífica, aceptó moverlo hacia adelante.

Cuando unos minutos más tarde dos grandes minibuses llegaron, el vehículo del oficial de policía se alejó. Estos grandes vehículos bloquearon la vista de los practicantes y sus pancartas justo cuando la delegación china y el vicepresidente llegaron al Ministerio de Relaciones Exteriores. Los practicantes les pidieron a los conductores que se movieran, pero se negaron diciendo que el oficial de servicios de seguridad les ordenó estacionarse allí. Los practicantes les hablaron sobre la persecución y la sustracción forzada de órganos y les explicaron que estacionarse así era ilegal y que violaban su derecho a manifestarse. Aunque los conductores entendían y les expresaban su solidaridad, no movieron los vehículos.

Los practicantes decidieron quedarse hasta que la delegación salió al terminar la reunión. Esta vez estaban preparados. Cuando se estacionó un vehículo frente a la puerta de la oficina de Relaciones Exteriores, los practicantes se reubicaron rápidamente, desplegando las pancartas frente a la delegación china cuando salía del edificio.

En la tarde los practicantes llegaron al Hotel Orient Jerusalem, donde se ofrecía una recepción oficial para el vicepresidente y la delegación china. Los practicantes se pararon en silencio en la acera opuesta al hotel sosteniendo pancartas, mientras ingresaban muchos invitados de Israel, China y del resto del mundo. Los oficiales de policía pidieron a los practicantes que plegaran la mayoría de sus pancartas, por lo que los practicantes simplemente hicieron los ejercicios de Falun Dafa, mostrando una pancarta que decía en chino: "Falun Dafa es bueno". Las personas que pasaban por el área se interesaron en la actividad y les hacían preguntas, así como también los oficiales de policía, quienes les expresaron su apoyo.

Un oficial se conmovió casi hasta las lágrimas por la serenidad de los practicantes y les dijo: "Te envidio tanto. Puedo sentir tu energía apacible. Desearía tener esa paz, la vida de un policía es tan estresante".

Pero cuando el convoy del vicepresidente chino se acercó al hotel, los oficiales de policía perdieron la compostura. Un oficial comenzó a gritar a los practicantes y les ordenó que guardaran la pancarta. Así, cuando el vicepresidente y su comitiva entraron en el hotel, ya no había ninguna pancarta para saludarlos. Los practicantes solo seguían haciendo los ejercicios.

Una de las practicantes habló con el oficial de policía, quien se calmó tan pronto como la delegación china ingresó al hotel. La practicante le dijo que sabía que solo estaba siguiendo las órdenes de sus superiores. Le explicó por qué sus superiores estaban tan estresados por la pancarta que sostenía mientras pasaba la delegación. Le dijo que en China, antes de que comenzara la persecución, unos 100 millones de personas practicaban Falun Dafa, hasta que el entonces líder Jiang Zemin los consideró una amenaza para su gobierno y comenzó la persecución. Agregó que las embajadas de China en todo el mundo presionan a las autoridades locales para evitar protestas contra China, lo que socava los derechos civiles de la población local y la soberanía de los países. Parecía que el oficial realmente lo entendió. El oficial dijo que pediría permiso a su superior para que pusieran nuevamente la pancarta.

Mientras tanto, los practicantes continuaron haciendo los ejercicios frente al hotel durante una hora más, hasta que el evento terminó y los últimos invitados chinos se fueron.

Aunque no se les permitió volver a colocar la pancarta, mientras los practicantes hacían los ejercicios, un guardia de seguridad chino se acercó al mismo oficial con quien la practicante habló, para decirle que evitara que los practicantes hicieran los ejercicios. El oficial le explicó al guardia de seguridad chino que en Israel está permitido practicar Falun Dafa y que Falun Dafa es bueno. Los chinos le dijeron que eso era hacer política y el oficial respondió que no era así y que no iba a interferir con los practicantes.

Al día siguiente, los practicantes llegaron al Centro de Convenciones de Tel Aviv, donde el vicepresidente y la delegación china participarían en una gran conferencia. Los practicantes recibieron permiso de la policía para manifestarse frente a la entrada. Ahí colgaron pancartas y repartieron folletos a los transeúntes. Pero cuando llegó la comitiva del vicepresidente, un gran vehículo policial se estacionó frente a los practicantes, ocultando sus pancartas de la vista de la comitiva. Los practicantes intentaron desplazarse para que los vieran, pero el personal de la Unidad de Patrulla Especial de la Policía de Israel (Yasam) los detuvo. Lo mismo ocurrió cuando la comitiva china se retiró.

Uno de los participantes en la conferencia procedente de Zambia, expresó su apoyo a las actividades de los practicantes y les dijo que había escuchado sobre la sustracción de órganos a los practicantes en China, y que el régimen chino también estaba causando muchos problemas en África.

El embajador de otro país también habló con los practicantes y les dijo que había escuchado sobre la sustracción de órganos y la persecución a Falun Dafa. Les entregó su tarjeta de presentación y aceptó recibir más información sobre el tema.