(Minghui.org) ¡Saludos, Maestro! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Durante mis 20 años de cultivación en Falun Gong, también conocido como Falun Dafa, me he beneficiado enormemente de los artículos publicados en la página web de Minghui. En este Fahui de China, espero compartir mis experiencias sobre cómo contrarresté la persecución mediante la presentación de demandas civiles con el fin de recuperar mi trabajo después de haber sido despedida ilegalmente.

La oficina 610 fue la responsable de que me despidieran

Comencé a practicar Falun Dafa en mayo de 1998 cuando me lo recomendó una colega. Mi corazón se quebró cuando el régimen comunista lanzó la persecución contra Falun Dafa en julio de 1999. Creo que no hacíamos nada malo al practicar Falun Dafa y seguir los principios de Verdad, Benevolencia, y Tolerancia. Fui a Beijing a exigir mi derecho a practicar Falun Dafa, pero me arrestaron y me detuvieron durante 15 días.

Escribí cartas abiertas al gobierno local para pedir justicia para Falun Dafa después de ser liberada. La oficina 610 presionó a mi empresa hasta que me despidieron. Entonces decidí mudarme a otra ciudad y buscar un nuevo trabajo, pero la policía me prohibió salir de la ciudad.

Cuando finalmente logré encontrar otro trabajo que coincidía con mis calificaciones, un agente de la oficina 610 me arrestó y me condujo a un centro de lavado de cerebro. Me confiscaron el teléfono celular y no me permitieron llamar a mi abogado. Así volví a perder mi trabajo.

Tomando acción

La situación de desempleo a la que me había visto forzada hizo mi vida muy difícil, especialmente porque yo era el sostén de mis padres ancianos y de mis pequeños. Me puse en contacto con mi primera empresa y les pedí que me devolvieran mi empleo, pero no recibí ninguna respuesta.

Pensé que ya que mis peticiones verbales no daban ningún resultado, debería intentar presentar una petición oficial por escrito. Si no me devolvían el trabajo, podría recurrir a demandarles judicialmente y aprovechar tal oportunidad para informar a más personas sobre la persecución.

Decidí no guardar silencio sobre la persecución. Opino que el que calla y no toma ninguna acción concreta, está reconociendo la persecución. Además, creo que los involucrados en la persecución también deben asumir su responsabilidad.

Presentar las querellas incluso me brindaría la oportunidad de hablar sobre Falun Dafa con funcionarios del gobierno y miembros de los tribunales y de la fiscalía. Se trata de personas que están profundamente influenciadas por la propaganda del régimen comunista contra Falun Dafa, pero a las que resulta difícil acceder en circunstancias normales.

Tenía muy claro que necesitábamos abrir sus mentes. Transitar este camino no sería fácil pero, en lo profundo de mis pensamientos, siempre lo había contemplado como una opción. Recordé que no debía apegarme a los resultados, sino concentrar mi corazón en el proceso y cultivar mi benevolencia para con todas las personas que iba a conocer.

Compartí mis pensamientos con otros practicantes, quienes me apoyaron y enviaron pensamientos rectos para ayudarme.

Después de que empezó la persecución en julio de 1999, comencé a recopilar materiales pensando en presentar demandas en el futuro. Yo no sabía nada de procedimientos legales, ni conocía a nadie que fuera experto en tales asuntos. Como otros practicantes ya estaban involucrados en otros proyectos, me tocó encontrar la manera de llevarlo a cabo.

Estudio de las leyes pertinentes

Encontré muchos materiales introductorios sobre demandas civiles y empecé a aprenderlos de forma autodidacta. Utilicé Internet para aprender aquello que necesitaba, y consulté a profesionales de varios bufetes de abogados cuando no lograba encontrar respuestas. También, mientras preparaba los materiales, el Maestro me insinuaba la manera en que podía elevar mis conocimientos.

Creé los materiales necesarios para mostrar la benevolencia y bondad de los practicantes de Falun Dafa, que clarificarían los hechos a quienquiera que los leyera. En ellos hablaba sobre las mejoras que experimenté tanto en salud como en mi carácter en cuanto empecé a practicar. Escribí que comencé a llevarme mejor con mi familia y que mejoraron las relaciones con mis compañeros de trabajo. Luego, expuse que practicar Falun Dafa es nuestro derecho protegido constitucionalmente, y que no hacíamos nada malo ni causábamos ningún daño a la sociedad al practicar nuestra creencia. Revisé cuidadosamente cada documento y traté de maximizar su efecto como material de aclaración de la verdad.

Intentando recuperar mi trabajo por primera vez

Después de preparar algunos materiales básicos, me dirigí a mi antiguo lugar de trabajo y distribuí copias al equipo directivo. Después, entregué mis escritos de apelación a todos, incluyendo a todos los gerentes, a mis excolegas, a la oficina local de peticiones y al gobierno de la ciudad. Les solicité su ayuda para que mi apelación avanzara. Luego, tras enviar los materiales por correo, les hice un seguimiento.

Después de aquello, la seguridad de mi antiguo lugar de trabajo me impidió entrar al edificio. Así que me quedé en la entrada y protesté, y más gente se enteró de mi caso. Poco después, nombraron a su representante que se reunió conmigo y aceptó los materiales que le entregué.

Unos meses después, sin embargo, me dijeron que habían decidido no volver a contratarme y me recomendaron que siguiera los cauces legales de reclamación. Pensé que esta era una nueva oportunidad para que más gente escuchara la verdad de los hechos.

Usando el arbitraje laboral

Viendo que la mayoría de los funcionarios del gobierno y del personal de la corte habían sido profundamente influenciados por la propaganda negativa de los medios de comunicación sobre Falun Dafa, decidí no apresurarme. Solicitaría un arbitraje laboral antes de presentar la demanda.

Sin embargo, como no había aclarado a fondo la verdad a los funcionarios de la oficina de arbitraje, rechazaron mi caso poco después de ponerme en contacto con ellos. Me dijeron que podía apelar a los tribunales pasados 15 días si no estaba de acuerdo con su decisión.

Tuve dos sueños esa noche. En el primer sueño, me dijeron que quedaba mucho trabajo por hacer, y que varias personas vendrían a ayudarme. En el segundo sueño, me di cuenta de que habría dos rondas de demandas, pero no estaba segura de lo que eso significaba.

Cómo presentar una demanda

La demanda que presenté ante el tribunal estaba bien preparada. Expliqué mi situación aún más claramente. Recordé que debía mantenerme racional y que mientras aceptaran mi caso, estaba haciendo progresos.

Poco después de presentar la querella, mi antiguo lugar de trabajo se ofreció a resolver el caso en privado y me pidió que retirara mi demanda. Consulté con un funcionario de la corte y se me aconsejó que no retirara el caso antes de alcanzar un acuerdo. Después de comunicarle a mi antiguo lugar de trabajo que continuaba con la demanda, dejaron de mencionar el acuerdo.

Cuando el tribunal aceptó mi caso, encontré una abogada local. Comentó que mientras la corte aceptara el caso, estaba dispuesta a representarme. Luego fue a la oficina local 610, al departamento de justicia y a mi lugar de trabajo anterior para exigir documentos legales sobre la persecución y su decisión de despedirme, pero le dijeron que eran confidenciales.

Además de la abogada local, también contraté a un abogado de Beijing para que me representara.

Mientras esperaba el juicio, entregué más copias de mi demanda a mis amigos y excolegas para informarles sobre la persecución y les pedí su consejo sobre lo que se podía mejorar.

Mucha gente me preguntó, con la persecución aún en curso, si no tenía miedo de que afectara la admisión de mi hija en la universidad o sus posibilidades de estudiar en el extranjero. Les dije que solo quiero ser una buena persona y seguir los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia, pero que el gobierno y mi lugar de trabajo me impedían ganarme la vida. Solo estaba luchando por mis derechos de una manera pacífica.

De hecho, resultó que mi hija recibió una beca completa y fue admitida en la universidad de sus sueños. No tenía que preocuparme en absoluto por su matrícula. El Maestro lo había arreglado. Mi hija me apoya en la práctica de Falun Dafa y en la presentación de la demanda para que me readmitan en el trabajo, por lo que recibió bendiciones por su recto apoyo. Sabía que el Maestro me estaba animando y ayudando.

Las viejas fuerzas intentaron interferir conmigo e hicieron que mi cara se ampollara antes del juicio, pero no me molestó y seguí haciéndolo todo como de costumbre. Las ampollas pronto desaparecieron.

Poco antes del juicio, las viejas fuerzas lanzaron otro ataque, y quedé tan débil que no podía estar de pie. Me puse en contacto con otros practicantes. Después de que enviaron pensamientos rectos para mí, la tribulación se disolvió y me recuperé.

El juicio tuvo un gran impacto en el gobierno local, ya que era la primera vez que un practicante de Falun Dafa demandaba, con un abogado de Beijing como representante.

Muchos practicantes enviaron pensamientos rectos, y el abogado de Beijing presentó una poderosa defensa. El juez que presidía el juicio mostró cierto apoyo después del juicio -el efecto fue mucho mejor de lo que yo esperaba.

Pero debido a la presión de los altos escalafones del gobierno y de la oficina 610, al juez no se le permitió fallar a mi favor. Perdí el caso y me dijeron que apelara a la corte intermedia en un plazo de 15 días.

Esto representó otra oportunidad para aclarar los hechos.

Un amigo me dijo que uno de sus familiares trabajaba para la policía provincial. Hasta ellos habían oído hablar de mi caso. Le dijeron a la corte intermedia que no podían fallar a mi favor.

Mientras trabajaba en mi primera demanda, sentí la bondad de todos aquellos con los que estuve en contacto. Creo que tomaron la decisión correcta.

Mientras preparaba mis materiales de apelación, el personal de la corte me ayudó a obtener una copia de las pruebas fabricadas en mi lugar de trabajo. El tribunal no usó un lenguaje duro para atacar a Falun Dafa en el veredicto final.

Realmente sentí que el Maestro había hecho todos los arreglos y que era solo cuestión de caminar por el sendero. Después de aquel juicio en la corte, mantenía pensamientos más fuertes e incluso olvidé la persecución. Comprendí que estaba abriendo sus mentes en lo referente a la persecución. Cuando alcancé a comprender correctamente las cosas que hacía, el camino se hizo más fácil.

Apelación ante el tribunal intermedio

Con la ayuda del Maestro, preparé mis documentos de apelación en muy poco tiempo y los presenté en el tribunal intermedio.

Después de que el caso fue aceptado, fui a la corte a pedir novedades. Hablé con el presidente del tribunal intermedio y con los miembros del comité disciplinario. En el proceso, me reuní con muchos peticionarios que habían persistido durante la última década para buscar justicia por su propio sufrimiento. Algunos tenían más de 80 años. Su persistencia me inspiró. También les hablé de Falun Dafa y de la persecución.

Mientras esperaba el juicio en el tribunal intermedio, mi anterior lugar de trabajo me pidió que resolviéramos el caso y que retirara mi apelación. Esta vez, me hicieron una oferta específica. No me opuse al acuerdo, pero esperé a ver todo hecho antes de retirar mi apelación. No volví a escucharlos.

En realidad, no esperaba cerrar el caso y recibir el acuerdo tan pronto, ya que todavía quería aprovechar las oportunidades que se me brindaban para aclarar los hechos a más funcionarios.

Los agentes de la oficina 610 exigieron que retirara mi caso. Estacionaron a varios oficiales fuera de mi edificio de apartamentos. Llamé al abogado de Beijing para pedirle consejo. Sospechaba que estaban intentando arrestarme, y me pidió que me fuera de casa y me escondiera.

Pensé que si me escapaba, no podría asistir al juicio y continuar mis esfuerzos para aclarar la verdad a través de la demanda. Vagar por ahí también traería muchos problemas a mi cultivación. Decidí quedarme y enfrentarme a la policía.

Los agentes de la oficina 610 se quedaron durante una semana fuera de mi edificio de apartamentos. Pero no salí, me quedé en casa, estudié el Fa y envié pensamientos rectos. Le pedí al Maestro que me fortaleciera y me ayudara a eliminar el mal detrás de los agentes. Finalmente, después de una semana, se fueron.

El juicio abierto en el tribunal intermedio resultó ser un juicio ficticio que acaba de sufrir varias mociones. Incluso al juez presidente lo habían cambiado unas cuantas veces. Rechazaron mi caso, pero no dieron el veredicto hasta varios meses después, y solo después de mis reiteradas peticiones.

Exigiendo un nuevo juicio en el tribunal supremo

Después de que mi apelación fue rechazada por el tribunal intermedio, solicité un nuevo juicio en el tribunal supremo. Un abogado, que era practicante, me aconsejó que entregara mis materiales en persona, y también que los enviara por correo express. Los practicantes locales también me animaron a no rendirme.

Después de que los entregué personalmente y envié por correo la solicitud de nuevo juicio, seguí llamando al tribunal superior para pedir novedades. Algunos de sus empleados eran muy amables y me dieron buenos consejos sobre lo que podía hacer para avanzar el caso.

Después de que el caso se registró, me puse en contacto con el abogado y preparé mis alegatos de defensa.

Esta vez, no leí los guiones como lo hice en las dos ocasiones anteriores. Resumí mis puntos y las pruebas correspondientes que los apoyaban. Sorprendentemente, el juez me dijo que hice un gran trabajo explicándole el caso.

Me hicieron algunas preguntas, como por ejemplo, si todavía estaba en el trabajo cuando me despidieron, ya que tanto la sentencia de primera como la de segunda instancia se basaban en las pruebas falsas proporcionadas por mi antiguo lugar de trabajo. Ellos habían dicho que me ausenté al trabajo sin pedir permiso cuando fui a Beijing a pedir justicia para Falun Dafa. Les expliqué que no había faltado ni un solo día al trabajo y que no había violado ninguna de las políticas del lugar de trabajo.

También me preguntaron cosas sobre Falun Dafa, como la apelación pacífica del 25 de abril, la farsa de la autoinmolación de Tiananmen y los beneficios para la salud. Les aclaré la verdad.

Poco después de la audiencia, el tribunal superior ordenó un nuevo juicio y devolvió el caso al tribunal intermedio.

Durante el nuevo juicio, resumí mi defensa tocando los puntos clave. El juez me interrumpió varias veces y me cortó antes de que tuviera la oportunidad de ampliar las pruebas. Mi abogado terminó el alegato de defensa por mí. El juez preguntó si mi lugar de trabajo y yo estábamos dispuestos a llegar a un acuerdo durante el juicio. Esta vez acepté. En cambio, mi lugar de trabajo se negó.

Antes de que el tribunal intermedio pronunciara su decisión, mi lugar de trabajo cambió de opinión una y otra vez. Al final, no llegamos a un acuerdo y mi apelación se rechazó otra vez.

Protesta ante la procuraduría

No obstante, no me di por vencida. Presenté una protesta ante la fiscalía local. En principio la rechazaron, para aceptarla después, cuando me mantuve en contacto con ellos.

Tuve una reunión cara a cara con el fiscal. Le dije que había perdido mi trabajo bien remunerado a causa de la persecución y que apenas podía llegar a fin de mes. Sintió lástima por mí, pero también afirmó que sería aún más difícil para mí ganar el caso protestando. Me sugirió que hablara con mi empresa directamente.

Llegar a un acuerdo

En los últimos años, mientras estaba ocupada presentando la demanda, mantenía a mi empresa al tanto de las últimas noticias, así que conocían muy bien mi caso. Esta vez, en lugar de pedir volver a trabajar, pedí la prestación por jubilación, porque ya había alcanzado la edad de retirarme.

Para mi sorpresa, esta vez estuvieron de acuerdo. Un oficial comentó: "Debemos seguir los principios de Falun Dafa y ser buenas personas”.

Me sentí muy contenta de que mis años de esfuerzos para aclarar la verdad finalmente valieran la pena. Su comprensión de los hechos era exactamente lo que yo pretendía conseguir a través de mi demanda.

Aunque los beneficios que recibí no eran tan buenos como deberían ser, eso no me preocupaba.

Por otro lado, la mayoría de la gente de la anterior directiva ya se había retirado, y la nueva dirección nunca participó directamente en la persecución. También fueron víctimas de la persecución. Entiendo que dada la presión de la oficina 610, llegar a un acuerdo conmigo no les resultaba una decisión fácil, y requería mucho coraje.

Recordando los últimos años de presentación de la demanda y de aclaración de la verdad a los funcionarios del gobierno de varios niveles, me di cuenta de que la mayoría todavía conservan un buen corazón. Cuanto más alto estaba el funcionario, más fácil le resultaba comprender los hechos. Simplemente no habían tenido la oportunidad de escuchar la verdad y habían sido alimentados por la propaganda del régimen comunista. La mayoría de ellos abrirá su corazón siempre y cuando estemos dispuestos a aclararles los hechos.

(Del 15.º Fahui de China en Minghui.org)