(Minghui.org) Reflexionando sobre el camino en el que he viajado, ha sido difícil y estuvo lleno de dificultades. Me gustaría compartir mi experiencia de cultivación con Shifu y con mis compañeros practicantes.

Pegando pósteres de Dafa

Algunos de los pósteres pegados en postes han sido dañados con el tiempo o son arrancados. Así que hice un largo palo con ruedas para ponerlos en un lugar más alto.

Puse una docena de pósteres de Dafa en mi cuidad natal antes de salir a lugares cercanos. En mi camino hacia los pueblos vecinos reemplazaba los que veía que estaban estropeados

Una noche me encontré en un callejón sin salida y le pregunté a un habitante local cómo llegar al otro lado de la colina. Me aconsejó ir con mi moto sobre la colina, ya que tomaría mucho tiempo rodearla.

No había una carretera, así que fue muy difícil ir cuesta abajo. Tuve que usar los frenos y evitar las piedras que rodaban colina abajo conmigo. Fue muy arduo llegar al final de la colina, pero las dificultades merecieron la pena.

Estaba en frente de un pueblo pequeño y tranquilo. He podido poner carteles de Dafa en todos los postes y columnas.

Puse más de mil pósteres en tres semanas. Durante el proceso me encontré con personas que me elogiaban o me agredían. Sin embargo, no me he movido, y mi único foco ha sido cumplir mi misión.

Manteniendo la tranquilidad

He estado yendo a Mongolia Interior con otros practicantes durante varios años para distribuir material informativo de Falun Dafa y la persecución.

Una vez, un amigo invitó a un hombre vagabundo que había renunciado al partido comunista chino a beber con él. El hombre se emborrachó y amenazó con matarme si no me iba de Mongolia Interior. Se puso furioso y empezó a tirar platos al suelo. Recordé que era un practicante de Dafa y permanecí calmo. 

Continuó gritando y sacó un cuchillo, intentó apuñalarme varias veces y cortó mi mano. Afortunadamente no fue un corte serio, y pude quitarle el cuchillo.

El propietario salió y me preguntó qué quería hacer con el vagabundo. Le dije que estaba borracho y que había cometido un error. No lo reportaría a la policía.

Sentí dolor toda la noche, pero no dejé que me impidiera distribuir 3.000 folletos informativos de Dafa al día siguiente.

Cuando terminé, el vagabundo se acercó a mí con una chaqueta de piel. Me la ofreció como una forma de pedirme disculpas.

Le dije que entendía que no es fácil vivir solo y que no necesitaba la chaqueta.

‘Déjame guardártelo como un recuerdo, dijo. ‘El año que viene quizás vuelvas otra vez’.

Practiqué artes marciales durante 17 años antes de empezar a practicar Falun Dafa. Había podido pegarle fácilmente, pero no quise hacerle daño. He cambiado completamente mi comportamiento desde que me convertí en un practicante.

Tengo casi 70 años, pero mi tez es rosada y puedo hacer cosas con facilidad y rápidamente. También conduzco mi motocicleta día y noche sin ningún tipo de problema.