(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de la provincia de Shangdong y me cultivo hace 20 años. Quiero compartir algunas de mis experiencias y lecciones aprendidas sobre la importancia de "pagar lo que debemos".

El año pasado tenía una cuenta bancaria que crecía. Algunos bancos ofrecen regalos para mantener a sus clientes, así que les pregunté si tenían algún premio disponible. El miembro del personal dijo que no, pero cuando le dije que me cambiaría a otro banco, rápidamente se lo pidió al gerente. Volvió sonriendo y dijo que estarían encantados de ofrecerme algunos regalos que sobraron de una actividad anterior, como una forma de agradecimiento porque soy un cliente valioso.

Me alegró oír eso y amplié el plazo de mi cuenta. Cuando terminé, fui a la oficina del gerente a reclamar el regalo. Sacó una botella de 4,5 litros de aceite de cacahuate de un armario y me la dio. Me dijo que me fuera por la puerta trasera para que no me vieran los demás.

Estaba enviando pensamientos rectos esa noche y un pensamiento apareció en mi mente: "Si tomas algo que no te pertenece, ¿no estás perdiendo tu de?".

Buscar un regalo gratuito, ¿no es un apego a la codicia? Practico Falun Dafa hace 20 años, ¿por qué no me di cuenta que eso estaba mal?

La historia que Shifu, el fundador de Falun Dafa, contó acerca de un practicante que le dio a su hijo algo de dinero para comprar un billete de lotería, de repente vino a mi mente. El niño ganó una bicicleta para niños y el padre creía que si tomaba la bicicleta perdería su de. Así que decidió dar el dinero correspondiente a su unidad de trabajo.

Sentí que no podía devolver el aceite de cacahuete porque en primer lugar lo pedí yo y además devolverlo al día siguiente, me avergonzaría.

Este pensamiento me molestó durante unos días, pero luego se desvaneció. Sin embargo, Shifu dijo: "La deuda debe ser pagada" (Zhuan Falun).

Un mes después, ocurrió algo extraño. Sucedió cuando iba en bicicleta al trabajo. No había tráfico en la carretera, pero de repente oí un "¡Bang!". Parece que me tropecé con algo. Delante de mí había un coche marrón. Estaba desconcertada. ¿De dónde salió?

Mi bicicleta y yo estábamos en el suelo. Me dolían mucho los hombros y las piernas. El conductor se bajó del coche y me preguntó: "¿Qué hacemos ahora?".

Vi que la puerta de su coche tenía la pintura corroída. Sabía que había hecho algo mal, pero de alguna manera dije: "¿Por qué no vi venir tu coche?".

Parecía sorprendido y respondió: "¿No viste mi coche? Es bastante grande".

Tenía prisa por ir a trabajar y le ofrecí al conductor 300 yuanes para arreglar su coche. Dijo que necesitaría al menos 600 yuanes. Le dije que no llevaba tanto dinero y le di todo lo que tenía en la cartera, que eran 450 yuanes. Le dije: "Te estoy dando todo lo que tengo".

No tuvo más remedio que aceptarlo. Escribió mi número de teléfono y luego se fue.

Estaba en bicicleta para ir a trabajar unos días después del incidente y me detuve cerca de un parque para comprar una bolsa de té. Eran 50 yuanes por bolsa y pagué con un billete de 100 yuanes. Mientras esperaba el cambio, el vendedor sacó un montón de dinero de su bolsillo y comenzó a contar lentamente.

Él dijo: "¿No me diste 50 yuanes?".

Le expliqué: "Acabo de pagarle 100. ¿Por qué dijiste que solo te di 50? Si mintiera, no sería una buena persona".

Estaba seguro y no lo recordaba, pero era un hombre mayor y parecía honesto. Se sintió mal por estar equivocado y dijo: "Realmente solo me pagaste 50. ¿Por qué quieres cambio?".

Vi que estaba a punto de llorar por una acusación equivocada. Como tenía prisa para ir a trabajar, le dije: "Está bien. Solo déjalo entonces. Ya no quiero el té. Solo considera que te di el dinero gratis".

Mientras me dirigía al trabajo, pensé en este incidente. Había algunos apegos que necesitaba soltar, pero ¿cuáles eran? No dejaba de pensar. Entonces el aceite de cacahuate vino a mi mente.

Así que parecía que había encontrado el apego y las cosas habrían terminado. Pero la cantidad de dinero aún no tenía sentido.

Un día, mientras estaba de compras, me compré una camisa. Me apresuraba a ir a casa porque mi familia me estaba esperando para hacer la cena. Cuando mi bicicleta llegó al lado oeste del centro comercial, oí a alguien gritando: "Hola señora ¡Se lo ruego!".

Paré la bicicleta y vi a una pareja pobre. La mujer me habló con lágrimas en los ojos. " Señora. ¡Por favor, ayúdenos! Somos campesinos de un pueblo cercano. Una persona mayor de nuestra familia está en el hospital. No nos queda dinero. No comimos en todo el día. ¿Podría por favor darnos algo de cambio, para poder comprar algo de comida?", mientras el hombre secaba sus lágrimas.

Le dije: "Acabo de comprar una camisa, pero creo que me quedan 50 yuanes. Puedes quedártelos". Saqué el dinero y se lo di. Estaban muy agradecidos.

Estas cosas sucedieron hace más de un año, pero no olvidaré la lección que aprendí. Hay un viejo dicho que dice: "La familia que acumula de tendrá abundante felicidad y la familia que acumula ye tendrá abundante miseria". Suena tan cierto.

Debía pagar 600 yuanes por dañar el coche del hombre, esa era mi deuda, y me llevó tres ocaciones diferentes pagar el total de esa deuda: 600 yuanes.