(Minghui.org) El día de Año Nuevo, cientos de practicantes de Falun Gong también conocido como Falun Dafa en el área de Taichung realizaron una demostración grupal de ejercicios frente al Palacio Municipal.

El cartel de la primera fila dice: “Saludos, Maestro”.

Luego, algunos de los asistentes compartieron sus experiencias practicando Falun Gong y cómo se beneficiaron física y espiritualmente.

Liu Yugui agradeció al Maestro Li Hongzhi (el Fundador de Falun Gong) con lágrimas. Recordó su vida catorce años atrás: “Tenía enfermedades por todas partes: corazón, ojo, hombro y aparato digestivo. Ingerí cantidades de medicinas, también tenía mal genio y a menudo peleaba con mi esposa”.

El señor Liu y su madre, Liuhuang Yuye.

Comenzó a practicar en 2003. Una semana después, encontró que muchas de sus afecciones habían desaparecido. No se sentía cansado luego de trabajar por largo tiempo.

“Sentí que tenía un cuerpo nuevo”, manifestó, “y decidí practicar para siempre”.

“Mi temperamento también mejoró. La relación con mi esposa se volvió armoniosa. Me llevaba bien con mi suegra y mis vecinos. Ellos decían que era una persona diferente".

La madre del señor Lui de 80 años, Liuhuang Yuye, también se unió al grupo de ejercicios. A los pocos meses de practicar se curaron sus enfermedades. No necesitó más las medicinas que antes tomaba para dormir y estar más energética.

“A menudo me dolía todo. No tenía energía para caminar. Pero ahora, puedo subir cuatro pisos por escalera sin problema”. “He practicado Falun Gong por 11 años. Realmente valoro lo que el Maestro Li ha hecho por mí”.

Lin Enru, que comenzó a practicar hace tres años, no pudo evitar sus lágrimas cuando contó lo que Falun Gong le había dado: “En un comienzo solo quería probar. Pero dos meses después, me encontré con que mis problemas estomacales y de nariz se curaron. También cambié mi actitud hacia los demás. Ya no me quejo de los otros en el trabajo. Por el contrario, trato de ser amable con todos”, contó.

La señora Lin Enru (segunda desde la izquierda) y sus hijas, Gu Yiqin (derecha) y Gu Zhiling (segunda desde la derecha).

La hija de la señora Lin, Gu Zhiling, contó un cambio similar: “Ahora, puedo tratar a todo lo que me rodea pacíficamente, primero me calmo y miro hacia adentro para encontrar mis propias falencias cuando ocurren los conflictos”.

Y dijo: “Antes, siempre insistía en mis opiniones y tenía compañeros que me seguían. Pero ahora, escucho a los demás y no estoy apegada a mí misma. Cuando dejo ir mis propios deseos, la gente a mi alrededor también se vuelve más amistosa”.

Manifestó: “Me siento afortunada porque encontré la verdad”.

Su hermana, Gu Yiqin, comenzó a practicar hace cuatro meses. También cree que Falun Gong ha cambiado su temperamento: “Si alguien me maldecía, le regresaba el insulto. Pero ahora, miro hacia adentro y veo si fue mi culpa”, expresó.

Todos estos practicantes tenían un sentimiento en común: comenzaron a practicar demasiado tarde.