(Minghui org) Los practicantes de Falun Gong organizaron, el lunes 11 y el martes 12 de septiembre, sendas concentraciones delante del complejo parlamentario de Canberra. Diez víctimas de la persecución, intercambiaron sus experiencias, dando testimonio de la brutalidad de la crisis de derechos humanos que se vive en China. Los asistentes pidieron al gobierno australiano que tomara acción para ayudar a detener la persecución.

Concentración de los practicantes de Falun Gong frente al edificio parlamentario, los días 11 y 12 de septiembre de 2017.

Mientras tanto, dentro del edificio parlamentario, el diputado Scott Buchholz presidió un foro que debatió tanto el asunto de la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Gong en China, autorizado y regulado por el propio estado, como el “turismo de trasplante” a China. Varios parlamentarios de múltiples partidos políticos, junto a expertos del campo de las leyes y la medicina, participaron en el foro.

La sustracción forzada de órganos es algo inaceptable

Janet Rice, Senadora de Victoria, llegó a la concentración el martes y pronunció un discurso alentador. Prometió hablar en favor de Falun Gong hasta que la persecución se detenga. Rice lleva brindando su apoyo a Falun Gong, desde que fuera elegida miembro del parlamento local, hace diez años.

Janet Rice, Senadora de Victoria, habló durante la concentración que tuvo lugar el martes.

“El asunto de la sustracción forzada de órganos es algo que ha sido discutido en el parlamento con regularidad. Me comprometí a prestarle atención, porque es algo inaceptable”, expresó durante el acto del martes. “Hemos elevado mociones al Senado para garantizar que los australianos no puedan acceder a los órganos extraídos forzadamente a prisioneros chinos”.

El pasado noviembre, Rice y el senador Eric Abetz, propusieron un proyecto de ley en el que sugerían prohibir el turismo a países extranjeros para recibir trasplantes de órganos de donantes involuntarios. El proyecto de ley también sugería crear un sistema de registro que incluyera a todo aquel ciudadano que viajara al extranjero para someterse a operaciones de trasplante. Recibió la aprobación unánime del Senado.

“Podemos hacer mucho más por este asunto tan preocupante”

Esa misma noche, el senador Lee Rhiannon (Partido Verde) abordó el asunto de Falun Gong en una sesión del senado. Señaló que la persecución a Falun Gong viola cualquier tratado de derechos humanos. Exigió al gobierno que hiciera más por detenerla.

“Cada día aumenta el número de personas a las que les preocupa la sustracción forzada de órganos a prisioneros de conciencia, sin su consentimiento, que es autorizada y regulada por el estado de la República Popular China, y yo comparto esa preocupación”, afirmó Rhiannon en su discurso: “La Convención de la Naciones Unidas contra la Tortura, ha solicitado que China le permita conducir una investigación independiente debido a las denuncias recibidas en las cuales se reclama que los practicantes de Falun Gong han sido sometidos a torturas y extirpaciones forzadas de órganos para realizar trasplantes, y le insta para que tome las medidas oportunas que garanticen que los responsables de tales abusos sean procesados y condenados. La persecución de 18 años a la práctica de meditación de Falun Gong por el partido comunista chino, representa una clara violación de los tratados internacionales de derechos humanos".   

Rhiannon sugirió que los australianos pueden aprender de las acciones tomadas por los EE.UU: como por ejemplo la resolución 343 de la Cámara de EE.UU. que condena la extracción forzada de órganos. “Creo que los últimos acontecimientos ocurridos en EE.UU. en relación con la aprobación de la moción de 2016, han dejado algunas indicaciones claras para que Australia pueda llevarlo a cabo. Podemos hacer mucho más por este asunto tan preocupante”, concluyó.

Instantánea del discurso dado por Rhiannon en su página web.

Durante los dos días de actividades, los practicantes de Falun Gong visitaron a varias organizaciones no gubernamentales y generaron conciencia sobre la sustracción forzada de órganos.