(Minghui.org) Tengo 70 años y practico Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, lo he practicado durante 20 años. Aunque el partido comunista chino (PCCh) persigue a Falun Dafa, mis familiares continúan animándome y apoyándome.

Estoy muy orgullosa de ellos y también los bendigo. Me gustaría compartir sus historias.

Pasando por tiempos difíciles con el apoyo de mi marido

Después de que el PCCh comenzó a perseguir a Falun Dafa en 1999, los hogares de los practicantes fueron saqueados y nos quitaron los libros de Dafa.

Le dije a mi marido: "Los libros de Dafa son mi vida. No puedo entregárselos a ellos”. Mi esposo no practicaba Falun Dafa, pero sabía que Dafa era bueno.

Un día, varios miembros del personal de la aldea vinieron a mi casa e intentaron forzarme a entregar mis libros de Dafa. Mi marido se levantó y dijo con calma: Los libros han sido quemados.

Señaló un manojo de cenizas en la estufa de la cocina y dijo: “Ven y observa. Aquí están las cenizas”.

Miraron y vieron las cenizas. No pudieron decir nada y tuvieron que irse.

Tan pronto como se fueron, no pude evitar discutir con mi marido, "¿Cómo pudiste quemar mis libros?”.

Mi marido sonrió: “No te preocupes. Acabo de quemar algo más. ¡Tus libros de Dafa están seguros!”.

Estaba profundamente conmovida, nunca hubiera esperado que un hombre tan honesto, jugara un truco tan ingenioso para proteger mis libros. Le debía una infinita gratitud desde el fondo de mi corazón.

Durante los últimos 18 años, fui detenida nueve veces, y mi esposo estuvo bajo intensa presión. A menudo se sentía solo y asustado.

Cada vez que me detenían, le preocupaba si estaba siendo torturada o había sido condenada a prisión o enviada a un campo de trabajo forzado.

A finales de 1999, cuando fui a Beijing, para apelar por justicia por Falun Dafa a las autoridades superiores, fui ilegalmente detenida en la comisaría local y en el centro de detención por un total de cien días.

Durante este tiempo, mi marido cuidó de nuestra nieta por su cuenta. Ni siquiera sabía cómo cocinar, y mucho menos cómo cuidar de una bebé.

Tanto él como la bebé sufrieron mucho durante ese tiempo. Ambos perdieron peso.

En tales circunstancias difíciles, él todavía pensaba en mí y me llevaba comida con frecuencia. Incluso llevaba comida para algunos practicantes que no tenían a nadie que les acercara comida.

Durante la temporada de festivales, mi marido me compró un gran pollo asado. Escribió una nota y la puso en el pollo.

La nota decía unas palabras para alentarme y consolarme: “Quisiera que regreses a casa lo antes posible”.

La nota me hizo sentir muy triste, y me esforcé por no llorar.

En 2001, un practicante que conocía, fue detenido en la comisaría local. Su familia se opuso a su práctica de Falun Dafa y se negó a llevarle comida.

Cuando me enteré de esto, yo ya había sido liberada de la comisaría. Y pensé en llevarle comida.

Mi marido pensó que sería peligroso para mí, así que él llevó la comida tres veces al día, durante una semana.

En la estación, los agentes de policía intimidaron a mi marido y no le dejaron entregar la comida a este practicante. Pero mi marido no me lo mencionó, ni se quejó.

No fue sino hasta después de que el practicante fue liberado de la comisaría, que me contó lo que había sucedido.

Desde que fui detenida ilegalmente varias veces por practicar Falun Dafa, mi esposo estuvo bajo tremenda presión. Pero no se quejaba ni tenía malos pensamientos acerca de mí.

A veces, cuando nos encontrábamos con sus conocidos y amigos, los animaba a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas.

Mi marido siempre me ayuda a persuadir a las personas, diciendo: "Sólo renuncia. ¡Será para tu beneficio!”.

Como todos sabían que mi marido era un hombre decente y de confianza, estaban de acuerdo con renunciar al PCCh. Él también persuadió a sus sobrinos para que renunciaran.

Cada vez que traía materiales de clarificación de la verdad a la casa, los tomaba y se llevaba algunos para repartirlos.

En 2016, nuestra aldea construyó una finca y anunció una nueva regla: si había dos hijas en una casa, la aldea ofrecería a una de ellas un nuevo departamento a un precio especial para que pueda cuidar a sus padres.

Además, esa hija podría disfrutar de los beneficios ofrecidos por el pueblo, tales como asignaciones de harina, aceite de cocina y gas.

Yo tenía dos hijas. La mayor estaba dispuesta a venir a la aldea para cuidarme. Pasamos por la mayoría de los procedimientos; el último fue obtener la aprobación de nuestra zona de desarrollo.

Pero cuando los funcionarios de la zona de desarrollo notaron que practicaba Falun Dafa, el consentimiento para tener derecho al beneficio no fue concedido.

Mi marido se acercó al secretario del partido de la aldea, que había hecho la promesa. Este secretario dijo: "Acordamos ofrecerle un apartamento a un precio especial. Es el gobierno, en un nivel más alto quien rechazó su aplicación. Hablaré con ellos”.

Mi esposo estaba muy preocupado, pero no me culpó. En su lugar, dijo: "No tiene nada que ver contigo. No es tu culpa. Yo culpo al PCCh. ¿Las personas que practican Falun Gong, también tienen derecho a disfrutar de la jubilación? ¡Qué desagradable es el PCCh!”.

Mi esposo se benefició por apoyar a Falun Dafa. Solía tener hemorroides muy serias. Sin embargo, durante los tres meses que estuve detenida, a menudo venía a verme y me ofrecía comida sin quejarse.

A partir de entonces, sus hemorroides se curaron espontáneamente y nunca regresaron.

Ocupada salvando a las personas con la ayuda de mi hija

Mis hijas y sus maridos son conscientes de que Falun Dafa es bueno, y me han ayudado a distribuir materiales informativos muchas veces.

Una noche antes de año nuevo, traje a casa un montón de materiales para aclarar la verdad. Mi yerno mayor me dijo: "Mamá, dame un poco, por favor. Los entregaré cuando visite a mis amigos para las fiestas”.

Mi hija mayor hablaba con sus colegas sobre Dafa, les ayudaba a abandonar el partido y me entregaban sus nombres.

Cada vez que me veía pelear con mi esposo o hacer algo que no estuviera en línea con Dafa, ella me recordaba: "Cultivas Verdad-Benevolencia-Tolerancia. ¿Puedes alcanzar la perfección si te comportas así?”.

Estaba consciente de que mi hija me estaba ayudando, lo cual aprecié mucho.

Mi hija menor y su esposo eran maestros y muy solidarios con Dafa. Una vez, mi hija me ofreció un paseo a mi ciudad natal.

Le pedí que parara en el camino, así podría poner algunos carteles de aclaración de la verdad. Ella dijo: "Hace demasiado frío y está muy resbaladizo afuera para ti. Déjame hacerlo”.

Mi hija menor también cuidaba de que no quitaran los carteles de Falun Dafa en su escuela.

Hace unos años, ella trabajaba en una escuela de la aldea y yo cuidaba de ella. Siempre que quería distribuir material informativo durante la noche, ella insistía en salir conmigo.

Una vez, nos encontramos con dos hombres patrullando un callejón. ¡Mi hija logró sacarme de problemas!

La oficina de educación a menudo hacía que la escuela presionara a los estudiantes y maestros para que firmaran tarjetas de difamación contra Dafa. Incluso pidieron a los padres de los estudiantes que firmaran con sus nombres.

Mi hija, siendo maestra, siempre guardaba esas cosas. Siempre que la escuela ordenaba a los maestros de clase que dijeran a los estudiantes que hicieran algo contra Dafa, nunca lo mencionaba.

Quien apoya a Dafa, recibe bendiciones

Ambas familias de mis hijas apoyan a Dafa, y les ha traído bendiciones en los últimos años. Nueve flores de Udumbara florecieron en el coche de mi hija mayor, y otra gran nube de flores Udumbara en la ventana de mi hija menor.

Le enseñé a la hija de mi hija mayor a meditar, a una edad muy temprana. Tan pronto como pudo hablar, le enseñé a decir: "Falun Dafa es bueno".

También le di un amuleto, que ella aprecia y nunca permitió que le sacaran.

Desde la escuela primaria, hasta la escuela secundaria, siempre ha sido una de las mejores estudiantes de su clase, reconocida por los estudiantes y profesores como alguien con buen carácter.

La hija de mi hija menor está en su quinto año de primaria. Es inteligente, sensata y reconocida en su escuela como un niña prodigio.

Sus notas son siempre las más altas, su música y pintura son excepcionales, siempre obtiene los primeros lugares en competencias.

El año pasado entró en la competencia estatal de robótica y ganó el primer lugar. Más tarde, en la competencia nacional, ¡ganó el primer lugar otra vez!

Ambas son sanas, inteligentes y atractivas. Están creciendo llenas de alegría bajo la luz de Falun Dafa.

Estoy sinceramente agradecida por la bondad de nuestro gran Shifu, ¡algo que nunca olvidaré!