(Minghui.org) En 2003 me convertí en practicante de Falun Dafa, cuando me encontraba en un punto bajo de mi vida. En 1982 me casé con un hombre ocho años mayor que yo. Él tenía muchas deudas, bajos ingresos, fumaba y bebía demasiado. ¡Mi vida era muy estresante!

Cuando quedé embarazada de nuestro primer hijo, me golpeó tirándome al suelo y perdí el bebé. Luchábamos por temas muy pequeños, lo que afectaba nuestra vida familiar. Toda esta disonancia resultó en mi derrumbe con graves problemas cardíacos, un aneurisma cerebral y otras enfermedades. Pasé a ser una carga financiera para nuestra familia y sentí que morir era mejor que vivir.

Beneficiándose de Dafa

Comencé a practicar Dafa en 2003, y dentro de los dos meses de cultivarme, volví a tener buena salud. ¡Luego deseché todos mis medicamentos!

Mi nueva perspectiva de la vida me enseñó a ser tolerante, a ver el lado bueno de la gente y a mirar hacia adentro cuando me encontraba con conflictos.

Mis familiares fueron testigos de los cambios y apoyaron mi práctica en Dafa.

En 2006 mi esposo comenzó la cultivación en Dafa. Dejó de fumar, de beber y abandonó las prácticas previas en las que había estado durante los últimos treinta años. Pasó de gruñón a ser cariñoso y buen esposo. ¡Dafa trajo armonía a mi familia!

Los colegas de mi marido atestiguaron que había renunciado a sus malos hábitos, incluyendo el fumar y beber; entendieron que su práctica de Falun Dafa era buena.

La joroba de la madre desapareció

Mi madre ha estado enferma desde que puedo recordar. No podía trabajar ni tolerar el agua fría. Cuando sus cálculos biliares reaparecieron, el médico dijo que había piedras en los conductos biliares y hepáticos. Como tenía problemas cardíacos y estaba débil, el profesional manifestó que una cirugía podía acortar su vida y que la lleváramos a casa.

Tenía un poco más de 60 años, pero se veía como una persona de 80. Estaba muy caída, había perdido sus dientes y tenía una joroba.

En agosto de 2003 le enseñé los ejercicios de Dafa. Ella no podía leer, por lo que escuchaba cada día las enseñanzas del Fa. En seis meses se recuperó de todas sus enfermedades y su joroba desapareció.

Me preguntó cómo podía retribuir a Dafa por los beneficios que ella y su familia habían recibido.

“Solo podemos cultivarnos bien”, le dije. “También podemos contarle a la gente cómo nos beneficiamos de Dafa y cómo ser una buena persona. Debemos seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia”.

Las personas en la aldea fueron testigos de los cambios de mi madre y ahora creen que Falun Dafa es bueno.