La Gran Época, Australia

Artículo original publicado el 25 de abril de 2006

A lo largo de la historia, algunos eventos han sido recordados como los desencadenantes que han provocado grandes calamidades. El asesinato de Franz Ferdinand, el Archiduque de Austria, provocando la Primera Guerra Mundial, y el ascenso al poder de Mikhail Gorbachev, que finalmente condujo al colapso de la Unión Soviética, son solo dos ejemplos.

Entre estos eventos podemos ver un punto de inflexión poco comprendido de la historia china contemporánea: la "apelación de Zhongnanhai" llevada a cabo el 25 de abril de 1999. Algunos expertos en China han calificado dicho evento como el desencadenante de una de las persecuciones espirituales más viciosas de la historia moderna.

En los siete años previos a la apelación de Zhongnanhai, el Sr. Li Hongzhi, quien ha sido nominado en varias ocasiones al Premio Nobel de la Paz, impartió públicamente la disciplina espiritual de Falun Gong. Contando con unos ejercicios de qigong y una meditación, y principios morales, Falun Gong ganó popularidad rápidamente en toda China. Sin embargo, dicha popularidad fue la que representaría un dilema para el régimen comunista chino, el cual cuenta con una tolerancia cero hacia cualquier voz diferente.

La apelación silenciosa

Zhongnanhai, el complejo de edificios del gobierno central ubicado en Beijing, fue el sitio donde ocurrió la primera gran movilización espontánea de practicantes de Falun Gong. [Nota del editor: Los practicantes de Falun Gong se dirigieron a realizar su apelación a la Oficina de Apelaciones del Estado y la Oficina queda en las cercanías del complejo]. También representó la mayor movilización espontánea luego de la masacre de la Plaza Tiananmen en 1989.

En base al material filmográfico, se estima que como mínimo habían unos 10.000 practicantes de Falun Gong en las afuera de Zhongnanhai, quienes habían ido hasta allí para entregar una petición a los líderes del partido comunista, lo cual significaba una convocatoria sin precedentes teniendo en cuenta los esfuerzos del régimen para silenciar la libre expresión.

Las imágenes del canal de televisión ABC mostraban una aglomeración ordenada de chinos, parados en varias filas, que se extendían a lo largo de dos kilómetros por las veredas rodeadas de árboles al lado de la Ciudad Prohibida. Algunos practicantes hacían ejercicios de Falun Gong, mientras que otros permanecían sentados o leyendo. La apelación tenía dos demandas: restablecer el reconocimiento oficial de Falun Gong por parte del régimen y solicitar la puesta en libertad de aquellos practicantes de Falun Gong que habían sido arrestados en la ciudad de Tianjin.

Los factores desencadenantes

Dos semanas antes, la revista Joven Lector de Ciencia y Tecnología había publicado un artículo de He Zuoxiu, conocido por su oposición a las disciplinas alternativas. El periódico Ming Pao, con sede en Hong Kong, informó que He Zuoxiu, cuñado de Luo Gan, ministro de Seguridad Pública, y quien posteriormente lideraría la campaña contra Falun Gong, difamó la práctica al presentar una visión "distorsionada" de sus principios.

Como consecuencia, un grupo de practicantes de Falun Gong se acercaron hasta las oficinas de la revista Joven Lector de Ciencia y Tecnología, solicitando a los editores que rectificaran el artículo difamatorio.

Las autoridades de la revista se negaron a hacerlo y llamaron a la policía -como resultado, 45 practicantes fueron golpeados y arrestados. A continuación, los practicantes locales fueron a apelar ante los funcionarios del gobierno municipal de Tianjin, quienes los dirigieron hacia la Oficina de Apelaciones en Beijing.

En 1999, el régimen chino estimó que había entre 400.000 y 500.000 practicantes de Falun Gong en Beijing; La cifra total a nivel nacional se estimaba entre 70 y 100 millones.

Según reportes del Washington Post, la mayoría de los practicantes que se acercaron hasta Zhongnanhai eran de Beijing. Pero, también estuvieron algunos que habían viajado desde tan lejos como la provincia de Zhejiang, a más de 1.000 km al sur de Beijing. Los principales sistemas de transporte que conducían a la capital fueron suspendidos.

Cuando los practicantes llegaron a Zhongnanhai a la mañana temprano, ya había unos 1.000 agentes de seguridad pública y policías vestidos de civil habían sido movilizados.

Si bien los temores de disturbios eran evidentemente infundados, la policía se negó a permitirles a los practicantes que llegaran hasta la Oficina de Apelaciones. En realidad, fueron las autoridades las que los dirigieron al frente de Zhongnanhai ubicándolos de tal modo que parecía que estaban rodeando el complejo de edificios. Esta táctica fue una movida planeada que se aprovechó para acusar falsamente a los practicantes de Falun Gong de que estaban "rodeando" el edificio.

Tras horas de negociaciones entre los practicantes y los funcionarios de Beijing, cinco representantes del grupo fueron invitados a dialogar con el primer ministro Zhu Rongji. El Sr. Zhu emitió rápidamente una orden para liberar a los practicantes arrestados en Tianjin y la multitud se dispersó silenciosamente entre las 10:30 y las 11:30 del mediodía.

Comienzo de la persecución

A pesar de esta decisión, había desacuerdos en el Politburó. Tres meses después, en un giro para consolidar su poder personal, Jiang Zemin, el entonces líder del partido comunista chino (PCCh), decidió perseguir de forma ilegal a la práctica el 20 de julio de 1999.

Esto significó el comienzo de una campaña a gran nivel para calumniar y eliminar a Falun Gong. Se confiscaron y destruyeron los libros, vídeos y cintas de Falun Gong a gran escala. Las prácticas grupales de ejercicios en los parques públicos eran continuamente sujetas a hostigamientos, algunos testigos recuerdan que varios practicantes fueron agarrados por la policía y luego empujados al suelo mientras aún estaban sentados en meditación con las piernas cruzadas.

Miles de personas fueron trasladadas a estadios deportivos antes de ser enviadas a campos de trabajo forzado. No se les dio acceso a tribunales formales; Las muertes de practicantes de Falun Gong estando bajo custodia serían consideradas como "suicidios".

Más de 3.000 muertes de practicantes de Falun Gong a causa de golpizas y torturas han sido verificadas desde 1999; Sin embargo, expertos en derechos humanos estiman que la cifra superaría los 10.000. Se calcula que más de un millón de personas han sido detenidas ilegalmente en campos de trabajo forzado en China.

Semejante represión de estilo draconiano ha hecho que los observadores se preguntaran respecto a los motivos detrás de la persecución contra Falun Gong.

Habría que analizar los antecedentes históricos. El régimen chino aún no ha hecho autocrítica ni ha reconocido que haya ocurrido la masacre de la Plaza Tiananmen de 1989.

De hecho, cualquier referencia a dicha masacre de los estudiantes, la cual ha sido condenada internacionalmente, no está presente en los libros de texto de China y está censurada en Internet.

El famoso video en el que aparece un hombre en solitario en Tiananmen tratando de detener a los tanques es representativo del sacrificio que el pueblo chino ha tenido que hacer a lo largo de los años para lograr expresarse.

Aunque la identidad de aquel valiente nunca fue confirmada, su mensaje es atemporal. Tal vez, el legado del evento de Zhongnanhai algún día sea registrado en los libros de historia como un acontecimiento que manifestó el valor y la dignidad del pueblo chino.