(Minghui.org) Los inviernos del norte de China son excepcionalmente fríos. Cerca del Año Nuevo Chino, la nieve y el viento los hacen aún más gélido. Los practicantes de nuestro grupo local quieren salvar a más personas y el clima tan frío no nos intimida. No escatimamos esfuerzos para la clarificación de la verdad en las aldeas rurales.

Perdidos en los peligrosos caminos de las altas montañas, niños pequeños vienen a ayudar

Un día durante el Año Nuevo Chino de 2015, ocho practicantes de nuestro grupo, fuimos a un pueblo lejos de la ciudad. Después de dejar a los practicantes mayores en una aldea con un terreno más fácil, un joven practicante y yo continuamos hacia un pequeño pueblo cerca de la frontera de nuestro condado. Escuchamos que el pueblo que había al otro lado de la montaña era la ciudad natal de Zhang Guolao, una de las Ocho Deidades mencionadas en Zhuan Falun.

A medida que íbamos llegando al pueblo, el camino se hacía cada vez más estrecho y escarpado. La nieve se había convertido en hielo. Un simple error del conductor y el coche se precipitaría hacia abajo por la ladera. El conductor también practicante era muy hábil y nos tranquilizó. "Nuestro coche es un vehículo divino. No hay necesidad de temer nada. Shifu nos está protegiendo”.

Llegamos de forma segura e inmediatamente nos dimos cuenta de que todas las casas fueron construidas en una ladera empinada a varios niveles. Mientras nos poníamos de acuerdo en cómo llegar hasta allí, vimos a dos niños al borde de la carretera. Hablamos con ellos sobre Falun Dafa. Ambos accedieron a abandonar la liga de los jóvenes pioneros y luego nos mostraron el camino a la aldea.

Nos llevaron de casa en casa y nos dijeron qué familias tenían perros y cuáles familias tenían personas mayores que no podían abrir la puerta. Con su ayuda, recorrimos toda la aldea y diecinueve personas acordaron renunciar al partido comunista chino (PCCh). Después los niños nos acompañaron para salir de la aldea de forma segura. El otro practicante me dijo: “Shifu arregló que los dos niños nos indicaran el camino".

Al regresar al coche, el conductor dijo: "Hay otro pueblo más allá de la cumbre con algunas docenas de casas. He revisado el pueblo. No es demasiado tarde. ¿Por qué no vamos a ese pueblo también? De lo contrario, tendremos que volver la próxima vez".

Nos pusimos en camino sin pensar demasiado en ello. Si bien la carretera era resbaladiza y estrecha, y apenas lo suficientemente ancha para nuestro coche, después de más de diez kilómetros llegamos sin problemas. Vimos a tres niños jugando en la nieve a la entrada del pueblo. Nos acercamos a hablar con ellos y los ayudamos a renunciar la liga de los jóvenes pioneros.

Los niños nos llevaron a un lugar donde los aldeanos se reunían para charlar y jugar al póquer. Entonces comenzamos a aclararles la verdad a todos. Al saber de dónde veníamos, uno de ellos nos gritó. "Eres tan descarado como para venir aquí a hablar de Falun Dafa".

Más tarde nos dimos cuenta de que habíamos cruzado la frontera del condado hacia otro pueblo. Como ya estábamos allí, decidimos seguir adelante y continuamos hablando de Falun Dafa y la persecución. Algunos nos dieron la espalda. Un residente de mediana edad escuchó durante un rato y dijo: "Por favor, dame un libro para leer".

Una vez que se adelantó, las otras personas comenzaron a preguntar también. Algunos incluso pidieron una copia de cada libro de los que habíamos llevado. Luego hicimos un recorrido por todas las casas de la aldea, dejando un volante informativo y un calendario en cada una de ellas, y ayudamos a algunos de los aldeanos a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y sus organizaciones afiliadas.

Sabíamos que nuestro benevolente Shifu ya había puesto los cimientos y hecho todos los arreglos para nosotros. Todo lo que hicimos fue simplemente viajar a lugares y exponer la verdad.

Una mujer vestida de rojo aguarda nuestra llegada con un viento frío

Con el fin de lograr el deseo de Shifu de "sin omitir ningún lugar donde haya gente" (Dejen ir los corazones humanos y salven a la gente del mundo, Escrituras esenciales para mayor avance (III)), el segundo día del Año Nuevo Chino 2017 fuimos a otra área rural. La mayoría de los aldeanos, eran tanto gente trabajadora como estudiantes universitarios, que habían regresado a sus hogares para pasar las vacaciones fuera de la ciudad.

Este pueblo aún estaba más lejos y aislado que el anterior y aunque sabíamos que la gente de allí no era receptiva hacia Falun Dafa. Sin embargo, no podía renunciar a la idea de ir, porque sabía que de otra manera probablemente no tendrían la oportunidad de escuchar la verdad.

Después de un largo viaje, los seis practicantes llegamos a la última aldea del camino. Un aldeano nos dijo que el lugar que estábamos buscando estaba a un par de kilómetros colina arriba y que solo se podía llegar a pie. Dos practicantes fueron asignados a esta aldea mientras que los demás comenzamos a caminar por el sendero que subía la colina.

El camino era casi inexistente y estaba lleno de hielo y grava. Nos ayudamos mutuamente a lo largo del camino para no deslizarnos cuesta abajo. Cuando finalmente llegamos a la cima donde se encontraba el pueblo, todos estábamos sudando abundantemente a pesar del viento frío.

Cuando estábamos considerando por dónde empezar, pasó una mujer mayor vestida de rojo. Llevaba un brazo lleno de leña. La mujer dejó la leña y preguntó para qué estábamos allí. "Les hemos traído bendiciones", le dije. Luego nos llevó a su casa.

Conocimos a su nuera, a sus nietos y a dos visitantes. Les aclaramos la verdad a todos, y también los ayudamos a renunciar al PCCh y sus organizaciones afiliadas, y les dejamos algunos materiales informativos. Uno de los visitantes nos pidió que fuéramos a su casa. Como ninguno de su familia era miembro del PCCh, les dijimos que recitaran "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" para ser bendecidos por lo divino. Nos lo agradecieron repetidamente.

Cuando nos íbamos, el otro visitante nos dijo: "Aún no has estado en mi casa". Así que hicimos lo mismo en su casa. A lo largo de todo el camino, nos acompañó la mujer mayor que nos recibió por primera vez. "Todavía hay algunas familias que no has visitado", dijo. "Déjame llevarte allí".

Cuando llegamos a la puerta principal de una casa, ella gritó: "¡Salgan y vean quién les trajo buena fortuna!".

Varias personas salieron de la casa para saludarnos. Algunos eran estudiantes, otros trabajaban esporádicamente en trabajos eventuales fuera de la pueblo. Cuando se dieron cuenta de por qué estábamos allí, un hombre de mediana edad dijo: "Soy miembro del PCCh. No quiero esto".

Después de que él habló, algunos de los jóvenes siguieron su ejemplo y también se negaron a escuchar nuestra aclaración de la verdad. La mujer mayor que era nuestra acompañante urgió al hombre de mediana edad a escuchar. "Se tomaron tantas molestias para llegar hasta nosotros y nuestra aldea rural. Deberías al menos escuchar lo que ella tiene que decir".

Empecé a hablar de Falun Dafa y contesté a sus preguntas. Finalmente, comprendió la situación real detrás de la persecución y aceptó felizmente renunciar al PCCh. Más tarde, otros aceptaron nuestros materiales y cuatro también renunciaron al PCCh.

La mujer mayor nos llevó a unas cuantas casas más. Cuando estábamos a punto de irnos, nos ofreció pasar la noche en su casa. La tomamos de la mano y le dijimos con agradecimiento: “Tenemos que irnos por ahora. Seguramente volveremos a verte cuando tengamos la oportunidad”. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

Cuando comenzamos a bajar la colina, se paró en la entrada del pueblo para vernos partir. El viento aullador se estrellaba contra los árboles arrojando grava y arena a nuestro alrededor. Después de haber caminado un largo trecho, miré hacia atrás y vi, una figura lejana de color rojo, aún de pie en el amargo viento helado, que con su mano nos decía adiós. Me conmovió tanto lo que vi que recordé las palabras del Maestro: "No importa quién seas, no importa dónde estés, el Creador te llama". (Hong Yin IV, traducción no oficial)

Shifu no dejaría atrás a una sola persona con una relación predestinada y había dispuesto que nosotros esparciéramos las bendiciones de Dafa a esta aldea aislada. Esa mujer de corazón bondadoso fue salvada; otros en la aldea también fueron salvados. Cuando llegamos al auto donde nos esperaban los otros practicantes, nos enteramos de que ese día les fue bien y que ayudaron a más de veinte personas a renunciar al PCCh. Cantamos canciones de Dafa felizmente en nuestro camino de regreso a casa.

Solo sus champiñones obtuvieron beneficio

Un día, nuestro conductor practicante dijo: "¿Qué tal si hoy vamos a mi aldea para aclarar la verdad? El gobierno del PCCh obliga a los aldeanos a abandonar sus tierras y trasladarse a otras regiones. Todo el mundo está condenando al PCCh".

Estuvimos de acuerdo y unos doce practicantes fuimos a su aldea, nos dividimos diferentes áreas entre nosotros. A otro practicante y a mí se nos asignó un área con muchos invernaderos de champiñones. Los visitamos uno por uno. Cuando hablamos de la reubicación forzosa, todos se indignaron.

Entramos en un invernadero donde había una mujer de unos setenta años y empezamos a hablar con ella sobre Falun Dafa. "Sé de lo que estás hablando porque hay un practicante de Dafa en nuestra aldea (quien de hecho, era, nuestro conductor). Él sale todos los días a realizar actividades de Dafa. Sin embargo, después de un año entero haciéndolo así, su invernadero es el único en todo nuestro pueblo que obtuvo ganancias. La calidad del champiñón de otros invernaderos simplemente no es tan buena como la de él", dijo. "Sus champiñones se venden a un precio casi cuatro veces superior al de otros. ¿No te parece extraño?".

"No es nada inesperado", dije. "Es porque practica Falun Dafa que es bendecido". Continué diciéndole que Dafa enseña a la gente a ser buena. Los funcionarios que persiguen a los practicantes reciben retribución por lo que hacen.

Mientras hablaba, otros aldeanos se reunieron alrededor y nos escucharon atentamente. Estaban más que dispuestos a aceptar nuestros materiales y renunciar al PCCh. "Recuerden decir a menudo: "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno" y "Falun Dafa es bueno", así tendrán buena fortuna", les dije.

Cuando salí del invernadero, no pude contener las lágrimas cuando me di cuenta de todo el tiempo y esfuerzo que había dedicado el conductor practicante a la clarificación de la verdad y a salvar más vidas. Había estado validando Dafa con sus obras en la vida diaria.

Un día le pregunté: "¿Cuántos días al año salimos a hacer actividades de Falun Dafa?".

"Han pasado más de trescientos días", dijo.

Durante más de trescientos días, se levantó antes de las tres de la mañana para cuidar su invernadero de champiñones. Se saltó el desayuno para poder llevar a los practicantes a todos y cada uno de los pueblos de nuestro condado y también a los pueblos limítrofes de cinco condados cercanos. Ningún pueblo quedó excluido. No tenía mucho tiempo para emplear en sus champiñones, sin embargo obtenía beneficios. ¡Es realmente extraordinario!

Nuestro destino descansa en manos de Shifu

Un día encontramos un pueblo con más de cien casas. Un practicante nos dijo que el secretario de la sucursal del PCCh del pueblo solía ser su compañero de clase y que era muy negativo hacia Falun Dafa. Decidimos hacer un esfuerzo para llegar a él y al pueblo.

No estaba en casa, así que hablamos con su madre mientras los demás estaban en la aldea. Cuando ya nos íbamos, escuchamos un alboroto frente a la puerta principal. Un hombre, que resultó ser el secretario, estaba tirando de un practicante mientras hacía una llamada telefónica.

Otro practicante dijo: “Está llamando a la comisaría de policía local. Busquemos un lugar para enviar pensamientos rectos”. Nos reunimos en una pequeña colina no muy lejos del practicante cautivo y empezamos a enviar pensamientos rectos.

Pronto escuchamos al secretario hablar por teléfono: "¿Cuándo llegaran ustedes? Apresúrense. He atrapado aquí a un practicante de Falun Dafa". El practicante retenido por el secretario no tuvo miedo y siguió hablándole de Dafa. El tiempo pasó y aun así la policía no llegó, porque estaban atrapados en un embotellamiento.

El secretario se enfadó. Los espectadores se sorprendieron. Uno de ellos se acercó al practicante y le dijo: "¿Por qué no le ruegas, para que te deje ir?".

El practicante dijo: “Nadie puede determinar mi destino. Está en las manos de nuestro Shifu”.

Pasó más tiempo y la policía todavía no se presentó. El secretario dijo con frustración: "Vete". Con muchos aldeanos observando, el secretario se sintió humillado.

Cuando volvimos a casa, reflexionamos sobre este incidente y buscamos hacia dentro de nosotros. Nos dimos cuenta de que no nos fue lo suficientemente bien. Había muchas personas como él que todavía estaban bajo la influencia malvada de las mentiras y propaganda del PCCh. Estábamos decididos a seguir las enseñanzas de Shifu para aprovechar cada segundo y hacer bien las tres cosas a medida que nos acercamos al final del período de la rectificación del Fa.