(Minghui.org) Antes del decimonoveno congreso del partido comunista chino, las autoridades del condado de Fenxi intensificaron sus esfuerzos para perseguir a los practicantes locales de Falun Dafa, alegando que era necesario "mantener la estabilidad social".

A partir de septiembre de 2017, el comité de asuntos políticos y legales ordenó a todas las comisarías y lugares de trabajo que supervisen de cerca a los practicantes en sus jurisdicciones.

Las oficinas de correos y los departamentos de telecomunicaciones recibieron la orden de interceptar el correo, llamadas y correos electrónicos de los practicantes. La policía fue de puerta en puerta amenazando con que no abandonaran sus hogares y acosando a los practicantes, a quienes se les preguntó si aún practicaban Falun Dafa.

Tal acoso es un abuso del poder político y viola la garantía constitucional de la libertad de creencia en China.

De acuerdo con las cifras recibidas por Minghui hasta el momento, más de 300 practicantes fueron sometidos a acoso policial. La policía utilizó engaños para entrar en las casas de los practicantes o fue a sus lugares de trabajo para acosarlos.

Fotografiaron a los practicantes y ordenaron a sus familiares que firmaran garantías para evitar que los practicantes protestaran de alguna manera. Cuando las familias se negaron a cooperar, la policía presionó a los empleadores de los practicantes para que tomaran medidas punitivas. Sucumbiendo a la intimidación de la policía, muchos de los empleadores supervisaron a los practicantes en el trabajo o los amenazaron con recortes salariales.