(Minghui.org) Durante los últimos meses, una anciana de 72 años de la ciudad de Hangzhou, ha recibido presiones una y otra vez con el objetivo de hacerla renunciar a su creencia espiritual. Ante su negativa, las autoridades locales ordenaron a su exjefe que le denegara la pensión.

No es la primera vez que la Sra. Xiangru Dong ha sido tomada como blanco por su fe. Ya había sido arrestada en mayo de 2006 y sentenciada a tres años de cárcel por negarse a renunciar a Falun Gong, una disciplina espiritual que es perseguida por el régimen comunista chino. Su marido, de 82 años, uno de los expresidentes de la universidad marítima de Zhejiang, no recibió notificación alguna sobre su arresto, ni sobre su juicio. Le tomó varios meses descubrir el lugar donde se encontraba su esposa detenida.

Las guardias de la cárcel de mujeres de la provincia de Zhejiang torturaban a la Sra. Dong de forma sistemática, y su salud se deterioró. En muchas ocasiones, tuvo que ser trasladada rápidamente al hospital de la propia cárcel, para ser atendida por los equipos de emergencia.

Su suplicio no acabó cuando la pusieron en libertad, y salió de la prisión. Xijun Zhu y otro oficial de la comisaría de Xixi se personaron en su hogar, el 7 de junio de 2017, e intentaron, sin éxito, persuadirla para que dejara de practicar Falun Gong.

La Sra. Dong se negó. La policía regresó ocho días después y saqueó su casa. La condujeron a la comisaría de policía, donde la interrogaron durante seis horas seguidas. Cerca de las 11:00 de aquella misma noche, la transfirieron al centro de detención de Hangzhou y le realizaron un examen médico. Debido a que su presión arterial era extraordinariamente alta a las 5:00 de la mañana del día siguiente, fue llevada de vuelta a la comisaría de Mishi. Fue puesta en libertad bajo fianza aproximadamente llegado el mediodía.

Aunque la policía local sigue acosándola en su hogar, se mantiene firme en su creencia.

Los oficiales Jiabao Yuan y Miao Wang volvieron a acosarla el 2 de noviembre. Como continúa negándose a renunciar a su fe, han empezado también a presionar a su exjefe, director de la oficina de industria marítima y pesquera de la provincia de Zhejiang, para que le suspenda el pago de su pensión.