(Minghui.org) Cuando era joven vivía con mi abuela. Me contó cómo el bien es recompensado con el bien, que el mal se retribuye con el mal y que el Cielo es un hermoso paraíso.

El Maestro Li me enseñó el camino para volver al cielo -practicando Falun Dafa. Realmente aprecio esta oportunidad,  deseo estudiar el Fa diligentemente y transitar rectamente mi sendero de cultivación. Sin embargo, existió un obstáculo que me frenaba: el apego de la envidia.

Un artículo del sitio web Minghui titulado “El Fa rectificó mis pensamientos desviados” parecía referirse específicamente a mí. Me ayudó a encontrarla profundamente oculta.

En el pasado, no pensé que la envidia se aplicara a mi persona porque era muy simple y directa, y tenía buen carácter. Siempre era positiva y me gustaba ayudar a los demás. La gente que me conocía expresaba cosas buenas sobre mí. También me sentía bien conmigo misma, hasta que leí el artículo antes mencionado.

Al medirme con los principios de Dafa, pude ver que era egocéntrica. Siempre que hacía algo bueno, esperaba que la gente dijera cosas agradables de mí, que buscaba la fama o esperaba obtener algún beneficio. Me sentía incómoda o desequilibrada cuando las cosas no salían como esperaba -una especie de envidia. Era como el Maestro había dicho en sus publicaciones.

El Maestro dijo:

Porque el corazón de envidia se manifiesta extremadamente fuerte en China, es tan fuerte que ya se ha vuelto natural y uno por sí mismo ni siquiera lo percibe” (Zhuan Falun).

“Una persona malvada es dominada por el corazón de la envidia. A raíz de su egoísmo y despecho personal, se queja que no le tratan justamente” (Grado de conciencia, Escrituras esenciales para mayor avance).

Una forma en la que se manifestaba la envidia era faltando el respeto a los demás. Cuando mi esposo tuvo un conflicto con mi hija, le pedí que respetara a su padre. Sin embargo, mientras tanto, usé este conflicto para expresar mi desacuerdo de largo tiempo con mi marido. Esta mentalidad retorcida era egoísta y se había desarrollado durante años de adoctrinamiento del partido comunista chino (PCCh). Perdía el control cuando me encontraba con el conflicto, olvidaba que era una cultivadora de Dafa y que debía pensar primero en los demás.

Otra manifestación de mi envidia se mostraba en la vanidad y en la prepotencia. Tal comportamiento y discurso se alejaban de Dafa o eran irrespetuosos para con Dafa.

Durante largo tiempo, estuve en estado de desesperación por mi cultivación. Padecí mi sentimiento de culpa y con frecuencia rompí en lágrimas. Sentí fuertemente que había defraudado al Maestro, pero no podía ver la raíz de mi prepotencia. Después de muchas horas de estudio del Fa, me sentí mejor, pero todavía no podía superarlo completamente. Esto fue producto de mi envidia, y me impedía asimilarme a Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

El Maestro dijo:

“Si alguien muestra sus cosas buenas, otros de inmediato se ponen muy envidiosos; incluso uno teme mencionar sus premios u otros beneficios ganados en el trabajo o fuera del mismo, pues cuando otros se enteran, se desequilibran en sus corazones” (Zhuan Falun).

“Este problema del corazón de envidia es muy grave porque involucra directamente el asunto de si podemos cultivar la Perfección o no. Mientras la envidia no se elimine, todos los corazones que la persona cultivó y refinó se vuelven muy frágiles. Aquí hay una regla: si el hombre, en el transcurso del xiulian, no elimina el corazón de envidia, no puede obtener el Fruto Recto, absolutamente no puede obtener el Fruto Recto” (Zhuan Falun).

Mirando hacia adentro, encontré que todos los signos de envidia que el Maestro mencionó también se manifestaban en mí. ¿Qué debería hacer? Tenía que deshacerme de la envidia, pero primero debía encontrar su raíz fundamental. Varias veces escuché Desintegrar la cultura del partido. De repente comprendí que durante muchos años el PCCh me había lavado el cerebro, y me había arrastrado paso a paso hacia la envidia. La cultura del partido es la causa fundamental. Debo reconocerla y deshacerme de esa.

En casa dejé de quejarme de mi esposo, y del comportamiento de la gente cuando aclaraba los hechos sobre Dafa. Traté a las personas como víctimas del PCCh necesitadas de ayuda. También me di cuenta que esa cultura es un gran obstáculo para que los practicantes validen y difundan eficazmente Dafa en China.

El Maestro dijo:

“A este corazón de envidia tienes que eliminarlo definitivamente, esta cosa es realmente una cuestión de suma importancia. Eso puede hacer que toda tu cultivación se vuelva floja y te arruines. No puedes tener corazón de envidia” (25 años de la Gran Difusión de Dafa: Explicando el Fa en Nueva York).

Cuando encontré la envidia escondida dentro de mí y la erradiqué, mi mente se despejó. Después de estudiar el Fa y enviar fuertes pensamientos rectos, sentí que estaba en otro nivel de cultivación. Que todos mis elementos corporales se unían y ya no había ninguna confusión.

Cuando estuve desorientada o con dolor, Dafa me levantó y me dio el valor para continuar. Cuando me engañaron, el Maestro me dio la fuerza y la clave para resolver el problema: mirando hacia adentro. Seguiré indagando profundamente ante cualquier tipo de envidia hasta que la elimine por completo.