(Minghui.org) ¡Saludos estimado Maestro y compañeros practicantes!

Han pasado casi viente años desde que obtuve el Fa. Mi sendero de cultivación no ha sido tan espinoso aunque tampoco tan fácil. Sin embargo, he podido sentir profundamente la protección misericordiosa del Maestro a lo largo del camino.

La primera tribulación de vida y muerte

Un accidente automovilístico acaecido en 1995 me transformó de ser una atea a ser una persona creyente en la existencia de dioses. Esto sentó las bases para que lograra obtener el Fa en 1997.

Estuve involucrada en otro accidente automovilístico en 2005, que fue realmente una prueba de vida o muerte. Sentí como si dos espadas afiladas me cortaran el cuerpo a ambos lados de la columna vertebral, desde el cuello hasta la cintura. Sentí un dolor insoportable que me hizo colapsar sobre el volante y quedé totalmente paralizada.

Me llevaron al hospital. Durante esa noche, me desperté cuatro veces y cada vez sentí que estaba al borde de la muerte. Mi lucha contra la muerte fue muy difícil.

El Maestro dice:

“Con los dizi repletos de pensamientos rectos,
el Shifu posee el poder de llevarlos al Cielo”

(Bondades entre el Shifu y los dizi, Hong Yin (II)).

A pesar del dolor insoportable, sentí el extraordinario poder de Dafa. Cada uno de mis pensamientos estaba continuamente en el Fa. Lágrimas de felicidad me cubrían el rostro continuamente, y el aprecio que sentía por la benevolencia del Maestro se mantenía en mi mente. Pude sentarme a la mañana siguiente.

El médico y las enfermeras no entendieron qué pasaba al verme sentada, así que les hablé de Falun Dafa. Mi creencia genuina en el Maestro me ayudó a sobrevivir esta prueba. Un mes después me había recuperado completamente.

El gran poder de los pensamientos rectos

Tenía solo una idea vaga de la existencia de las viejas fuerzas, de la diferencia de pensamientos entre humanos y dioses y lo que eran los pensamientos rectos. Los reconocía, pero no tenía una comprensión clara de estos conceptos. Sobrevivir la tribulación me ayudó a entenderlos verdaderamente, lo que a su vez me llevó a una comprensión más profunda del poder de los pensamientos rectos. También pude sentir claramente que mi comprensión de los principios del Fa había alcanzado un nuevo reino.

Más tarde me uní a la cadena de televisión NTD y a otros proyectos de esclarecimiento de la verdad sobre Dafa, y he sido miembro de esos equipos por casi diez años. Mi xinxing se elevó y traté de mantener pensamientos rectos cuando enfrentaba conflictos con otros practicantes. Me recordaba que al enfrentarme a la interferencia de las viejas fuerzas no debía permitirles que se aprovecharan de mí. Por lo tanto, no experimenté ninguna tribulación mayor, pero las pequeñas parecían aparecer sin parar.

La segunda tribulación de vida o muerte

En 2014 participé en el desfile de Falun Gong en Hong Kong. Después de ese viaje, empecé a tener síntomas de menopausia. Sangré sin parar durante 50 días, por lo que me puse pálida y muy débil, tenía dificultad para respirar y para estar parada.

Mi madre, mi hermana mayor y su familia vinieron a Japón de vacaciones. No podían entender por qué me negaba a ir a un hospital para tratar mi condición de salud. Compartí con ellos mi comprensión de los principios del Fa, así como también mi experiencia de cultivación de los últimos doce años. Al ver mi firmeza, dejaron de presionarme.

No aflojé con respecto a mi cultivación. Estudiaba el Fa, practicaba los ejercicios, enviaba pensamientos rectos y me examinaba al interior, pero mi salud siguió empeorando. La capacidad de mi cuerpo para soportar esta condición llegó a su límite. Sin embargo, lo tenía muy claro. Sabía sin duda alguna que si fallaba esta vez, significaría que tenía un problema con mi cultivación.

Delante de la foto del Maestro dije: "Definitivamente no reconoceré ningún arreglo hecho por las viejas fuerzas. Creo que puedo resolver mi propio yeli si es mío, pero no puedo aceptar jamás el yeli que las viejas fuerzas fuercen sobre mí. Sobre la vida o la muerte, solo el Maestro puede decidir".

Mi corazón palpitó después de este pensamiento y me di cuenta de que había pasado esta prueba.

Al despertarme al día siguiente, me tomó un tiempo darme cuenta dónde me encontraba. La enfermedad y los síntomas de vejez habían desaparecido, y me di cuenta de que el Maestro me había ayudado.

El Maestro me dio otra oportunidad de sentir lo que es creer verdaderamente en el Maestro y en el Fa. Mi madre y el resto de mi familia se llenaron de admiración y gratitud hacia Dafa después de que les comenté sobre lo que acababa de experimentar.

El pasar por estas dos tribulaciones de vida y muerte me ayudó a tener más confianza en mi cultivación. Sin embargo, el apego al orgullo crecía dentro de mí.

Actitud y comportamiento de protección

Antes de iniciarme en el sendero de la cultivación, me había convertido en una persona que lo juzgaba todo.

Durante la revolución cultural, mi padre fue clasificado como el "apestoso número nueve" [la clase social más baja perseguida por el partido comunista chino (PCCh)], y la familia de su propio padre pertenecía a las "cinco clases negras" [gente que poseía fábricas, tierras o intelectuales que estaban en la lista de persecución del PCCh], por lo que fue perseguido. Esto dejó profundas cicatrices en mi mente desde joven.

Saboreé el bienestar humano, la insensibilidad y la hipocresía de las realidades sociales. Mi experiencia fue más allá de mi edad. Tenía confianza en mí misma, y confiaba en el juicio que tenía sobre la sociedad. Pensé que todo dependía de mi lucha para salir adelante. Desde muy joven, tuve una gran capacidad de estar consciente de las cosas.

No confiaba fácilmente en nadie. Mi sentido de autoprotección y evitar el daño era muy fuerte. Poco a poco me convertí en una persona muy independiente con una voz aguda y no me importaban los sentimientos de los demás.

En las primeras etapas de mi cultivación, pensaba en el tipo de relación predestinada que me había llevado a cultivarme, y quién fui yo en las vidas que había reencarnado. Esas cosas resultaron en apegos adicionales.

Cuando comencé a interactuar con los practicantes locales, llegué a conocerlos muy bien. Luego desarrollé un concepto de cómo tratar con ellos y de cómo enfrentar los problemas. Escuché algunos rumores e historias sobre ciertos practicantes que no podían soportar ninguna forma de persecución y luego traicionaban a otros practicantes.

Mi competitividad se derivaba de querer protegerme. Las nociones humanas de quejarse, sentirse desequilibrada, y de mirar con desprecio a los demás se profundizaban aún más dentro de mí después de cada incidente que ocurría a mi alrededor.

No manejé estas cosas como elementos que debía enfrentar correctamente para mejorarme. En vez de eso, me quejaba de por qué esa gente no se cultivaba, causando siempre problemas e interfiriendo con los demás.

Mientras tanto, el sentido de responsabilidad ocupaba una posición muy importante en la filosofía de mi vida. Criticaba a la gente irresponsable, me quejaba y era sarcástica acerca de muchas cosas que no eran rectas en mi entorno. Me molestaba y me quejaba de aquellos practicantes que no podían mantener un comportamiento recto. Debido a la experiencia que pasé durante la infancia, odiaba o me enojaba con aquellas personas que todo lo que sabían hacer era hablar mucho, gritar eslóganes y usar la lógica aprendida del adoctrinamiento del PCCh. Utilicé los métodos de la revolución cultural para herir a otras personas.

Los conflictos entre compañeros practicantes a menudo me deprimían. Sabía que cuando los problemas surgían, tenía que manejarlos con la mentalidad de un practicante, pero el resentimiento y la insatisfacción escondidos dentro de mí me impedían ocuparme de los asuntos de manera armoniosa. En vez de eso, las viejas fuerzas utilizaron nuestros apegos para generar brechas.

Conocía estos principios y me advertía que no debía dejarme llevar por las nociones humanas, y sin embargo no lo hacía. Esa lucha me agotó física y mentalmente. Cada vez más me disgustaban algunas personas, e incluso trataba de evitar tener que mirarlas.

Cultivarse es como remar una canoa en el río. Se mueve hacia adelante o hacia atrás. Aquellos resentimientos que habían estado almacenados durante mucho tiempo no los había rectificado con el tiempo, por lo que crecieron enormemente. Terminé por sufrir de un yeli de enfermedad similar a la última vez.

Una tercera tribulación de vida o muerte

Desarrollé síntomas similares a los de una tribulación que pasé en diciembre de 2016. Aunque menor, esta me produjo una mayor debilidad. El dolor que había sufrido la última vez aún estaba en mi mente. Entonces el miedo al dolor era tan fuerte que hizo que mi enfermedad empeorara. Este empeoramiento fue el resultado de mi mentalidad de perseguir.

Estudiar el Fa, practicar los ejercicios y enviar pensamientos rectos eran la esperanza que tenía para cambiar mi estado actual. Seguí aguantando el dolor para poder pasar la tribulación, pero no sirvió de nada. Mi comprensión de los principios del Fa había llegado a un callejón sin salida.

Miré dentro de mí para determinar cómo fue que pude superar las dos últimas tribulaciones de vida y muerte, y no esta vez. Observé cada paso que había dado la última vez y me di cuenta de que los requisitos para mí en cada etapa habían cambiado.

Esto me hizo darme cuenta de que no había adquirido una comprensión clara de los principios del Fa cuando tuve los incidentes anteriores. Yo solo tenía la resiliencia humana y la creencia recta en el Maestro. Tal vez eso fue suficiente para ayudarme a salir adelante en esas ocasiones.

Estamos cerca del final de la rectificación del Fa, y los elementos de mi personalidad que no seguían al Fa se hicieron cada vez más notorios. Era difícil avanzar a grandes pasos si no me había cultivado firmemente.

Nuestra cultivación fue arreglada por el Maestro. El reino que debemos alcanzar ya fue establecido, así como también en qué momento. El Maestro empujó a todos los que habían obtenido el Fa antes del 20 de julio de 1999 a su posición de perfección.

El Maestro dice:

"Pero cuando enfrentas diferentes situaciones, cuando la virtud, el xinxing, todos están yendo a la Perfección, tienes que elevar tu xinxing concreta y verdaderamente, solo entonces va" (Fahui de Nueva York 2016).

Me di cuenta de que el Maestro no solo estaba sufriendo por nosotros. Esperaba que pudiéramos cumplir nuestras misiones y estableciéramos nuestros propios principios del Fa que podrían ser reconocidos por el Fa del cosmos. No fui capaz de estar a la altura. Pensé que me estaba cultivando sólidamente, pero al mirar hacia el pasado, no lo había estado haciendo.

Pensé que si no podía aprender lo que es la verdadera cultivación desde una perspectiva fundamental, y si solo pasaba esta tribulación en la superficie, entonces no lo lograría esta vez.

El Maestro dice:

"Cada apego tuyo puede causar que no puedas completar tu cultivación. Cada apego puede causar problemas físicos y hacer tambalear la firmeza de tu fe en Dafa. En otras palabras, les digo a todos, nadie tiene la intención de que tu xiulian sea un éxito, nadie está pensando en cómo está tu xiulian. Las viejas fuerzas sólo quieren completar lo que quieren ver completado, y solo esto. Y en cuanto a esas que están llevando a cabo las cosas específicas, causando daño y jugando roles negativos, de hecho, quieren hacerte caer y arruinar este asunto, porque no saben cuál será el resultado final de este asunto. La maldad es simplemente malvada. Sólo Shifu quiere que caminen hacia la Perfección en vuestro xiulian; solo Shifu está verdaderamente haciendo eso” (Enseñanza del Fa en el Fahui de la costa oeste 2015).

Mirar al interior

De repente me di cuenta de que las viejas fuerzas se estaban aprovechando de mi autoestima para ahondar la brecha entre mis compañeros practicantes y yo, y de este modo hacer que nos destruyamos mutuamente debido a la desconfianza y los conflictos que teníamos. El momento en el que lo entendí, fui capaz de aceptar todas las tribulaciones.

Pensé que aquellas personas a las que había tratado como enemigas no podían tal vez entender realmente su situación por lo que podrían estar pasando por el mismo estado hostil. Instantáneamente sentí que mi mente se había ampliado. Logré sentir realmente lo que significaba la verdaderamente benevolencia.

Shifu dice:

"Las presiones que vienen de afuera de los Dafa dizi son pruebas, son oportunidades para avanzar diligentemente; los conflictos y presiones que vienen de adentro de los Dafa dizi igualmente son pruebas, son oportunidades para avanzar diligentemente" (Saludos al Fahui Europeo).

Mirándome profundamente hacia el interior, descubrí que mi autoestima había alcanzado un alto nivel. Estaba usando los principios del Fa como yo lo entendía para evaluar todo lo que me rodeaba, en lugar de usar los principios fundamentales del Fa. Por lo tanto, lo que decía carecía de poder para ser aceptado por otros y tampoco tenía la paciencia para hacerles entender. Ese era mi apego a la competitividad.

Me vi forzada a soportar el dolor físico contra mi voluntad y parecía como que si me estuviera cultivando dentro de las tribulaciones dispuestas por las viejas fuerzas. ¡Esto no era lo que yo quería! Me era difícil saber cómo negar verdaderamente a las viejas fuerzas. Sentí un dolor que sobrepasó mi dolor físico.

Cada día luchaba con la idea de si seguir cultivándome o de rendirme. En la batalla del bien contra el mal, me aferré firmemente a la idea de que mi conciencia principal era la que tenía que controlarme. Fue realmente difícil mantener siempre pensamientos rectos cuando me encontraba pasando tribulaciones. Durante las tribulaciones anteriores, no supe cuánta fuerza de voluntad se requería. El proceso de entender la tribulación actual me dio una mayor comprensión.

Me di cuenta de que el Maestro me estaba lanzando hacia arriba. La rectificación del Fa se acercaba a su fin, pero yo seguía arrastrándome. El estándar que yo ya debería haber alcanzado no lo había logrado, así que el Maestro tuvo que empujarme hacia adelante. Mi problema de salud actual estaba sucediendo durante la última etapa en el que mi cuerpo humano estaba siendo reemplazado por un cuerpo divino. Tenía que tener pensamientos rectos para no quedarme atrás.

Shifu dijo:

"Dafa es el Fa del universo, es el Fa que crea y forja a las vidas. Si quieren obtenerlo, tienen que seria y verdaderamente calmar el corazón y continuamente estudiarlo y comprenderlo con la lectura. Al ser una persona y un cultivador según los requisitos del Fa, recién entonces se es un Dafa dizi" (Saludos al Fahui en Argentina).

Cada apego era como un barco conectado con un cable a otros barcos y a la orilla. Solo cuando cada cable sea cortado, podremos zarpar y llegar a nuestro destino.

(Presentado en la Conferencia de intercambio de experiencias de Falun Dafa en Japón 2017)