(Minghui.org) Vivo en las afueras de la ciudad y comencé a practicar Falun Dafa en el año 1997. Antes de empezar con la práctica había ayudado a varios residentes de la aldea con sus demandas. Me consideraban un experto legal en pueblos cercanos, y hasta me volví famoso en ese aspecto.

Además de asistir al estudio del Fa grupal y los ejercicios, solía contarles a muchos amigos y familiares sobre Dafa. Como resultado, docenas de personas a mi alrededor comenzaron a practicar. Luego que comenzó la persecución en el año 1999, dejé de practicar por miedo. Debido a mi influencia, algunos practicantes en mi área dejaron de practicar también.

Enfermedad y recuperación

Desarrollé problemas de hígado y estómago en el año 2001 que empeoraron con el tiempo. Un examen médico en el año 2005 mostró que tenía cirrosis avanzada en el hígado, hemangioma, y úlceras gástricas. Al igual que muchos pacientes severamente enfermos, el doctor no me dijo directamente la situación. Pero de la reacción de mi esposa y otros familiares deduje que era mucho peor de lo que me imaginaba.

Luego de regresar a casa con la medicina que me recetó el doctor, noté que mi esposa estaba muy deprimida. Me llevó a una piscina de baño en el pueblo y limpió todo mi cuerpo. Esto nunca había pasado antes. Entendí que quería que estuviera limpio antes de fallecer.

En esos días, debido a los dolores estomacales y abdominales, casi no podía comer o hablar. Mi tía que practicaba Falun Dafa me visitó y me pidió que estudiara los libros de Dafa y que hiciera los ejercicios. Con su motivación, comencé a escuchar las lecciones de audio de Shifu mientras estaba en cama. Antes de terminar las lecciones, tuve diarrea que duró dos días. Luego mi abdomen se normalizó, y pude comer como de costumbre.

Esto duró tres meses. No estaba seguro si mi recuperación era a causa de Falun Dafa o por la medicina. Con estos pensamientos, volví a la vida de una persona común y me olvidé de Dafa.

Al borde de la muerte

Mi situación se deterioró rápidamente en el 2006. En mayo de ese año, no tenía energía y mis ojos se volvieron amarillentos. Varios practicantes ancianos vinieron a mi casa y enviaron pensamientos rectos para mí. Mi dolor se aliviaba cuando ellos estaban conmigo, pero regresaba rápidamente cuando se iban.

Un mes después, todo mi cuerpo se volvió amarillento. Sentía el abdomen como si fuera a explotar en cualquier momento, y tenía que caminar con ambas piernas apuntando hacia afuera. Estaba desesperado: mi abuela falleció de problemas del hígado, al igual que mi madre y hermano. Ahora era mi turno...

Quería matarme, pero no tenía la fuerza para hacerlo. A causa de mis problemas para respirar, tenía la esperanza que alguien me enviara al hospital. Pero mi esposa no estaba en casa. Probablemente había ido a discutir con mis familiares sobre mi funeral. Mi hijo todavía dormía y no quería despertarlo a mitad de la noche luego de su duro día de trabajo...

Pensé que estaba condenado a morir.

Momento de cambio

En ese momento comencé a llorar. Recordé el camino que había transitado, y recordé que el estudio del Fa y compañeros practicantes enviando pensamientos rectos hacia mí me había ayudado. Había muchos casos en Minghui sobre cómo Dafa había mejorado la salud de practicantes. ¡¿Cómo podía haber sido tan tonto?!

Entendí que me había equivocado porque no me cultivé bien ni tuve fe en Shifu. Pero ahora era demasiado tarde. Ojalá lo hubiera entendido antes.

Lloré con arrepentimiento por mucho tiempo. Luego me dormí. Al despertar, mis dificultades para respirar habían desaparecido. La hinchazón en mi abdomen se redujo y pude caminar. Fui al baño varias veces esa noche.

En la mañana, mi esposa y otros familiares vinieron a verme. Les dije: "Ya estoy bien, porque Shifu me ha ayudado. ¿Puedo comer algo?". Al verme mover con facilidad, se sorprendieron y lloraron juntos de la emoción.

Sus llantos llamaron la atención de mis vecinos, que pensaron que había fallecido y vinieron a ofrecer sus condolencias. Al ver la sorpresa en sus caras cuando entraron, les dije que sería un practicante genuino de Dafa desde ese momento en adelante.

Las noticias de mi recuperación se difundieron rápidamente por la aldea. Visité a muchos amigos y parientes y les conté mis experiencias. Un amigo me dijo: "No he escuchado de pacientes como tú que hayan sobrevivido. Cuando te vi, pensé que eras un fantasma a primera vista".

Desde ese momento me he mantenido firme en mi compromiso y realmente he cultivado mi xinxing disciplinándome como practicante. Luego de escuchar mi historia, más de cien practicantes en pueblos cercanos también retomaron la práctica.