(Minghui.org) Participé como líder de uno de los equipos en la última “Gira Nacional de Falun Dafa” en Canadá. Esta gira fue concebida con el objetivo de generar conciencia, de una manera eficiente, sobre la sustracción forzada de órganos a practicantes vivos de Falun Dafa.

Fueron tres semanas de viaje en automóvil, y se formaron varios grupos para las distintas rutas. Se cubrieron más de 10.000 kilómetros y se atravesaron 32 condados. Se mantuvieron reuniones con 50 miembros del Parlamento y alcaldes, y asistieron más de 50 medios de comunicación a las distintas conferencias de prensa.

El punto más importante fue que esta gira ayudó a que los participantes comprendieran que la aclaración de la verdad requiere grandes sacrificios por parte de los practicantes de Falun Dafa. Y que además, cuando se forma parte de un equipo de un proyecto de Dafa, se requiere mejorar constantemente en las distintas facetas.

Cambiando las nociones

Empecé a practicar Falun Dafa en 1996. Más tarde, en 2014, emigré desde China a Canadá. Durante los últimos años, solo asumía tareas de apoyo en los proyectos de Dafa. Debido a que carecía de la habilidad lingüística necesaria.

Sin embargo, cuando se organizó la Gira Automovilística de Dafa en el verano de 2016, el coordinador me pidió que liderara uno de los equipos que atravesaría las praderas canadienses.

Muchos pensamientos surgieron en mi mente que intentaron impedirme participar, tales como que habiendo tantos practicantes en Toronto, por qué habían tenido que elegirme precisamente a mi y por qué tenía que convertirme en la líder. Consideraba que había otros que podían hacer esta tarea mucho mejor que yo.

Para que superara mi reticencia, el coordinador hizo arreglos para que formara parte del equipo de otro de los automóviles. Así aprendería como funcionaba todo antes de convertirme en la líder.

Me llevé una sorpresa, porque me resultó completamente diferente a todos los demás proyectos de aclaración normales. No sentía presión porque no estaba al mando.

Pero, de repente todo cambió. Llegamos cerca del primer ayuntamiento de la ruta, y descargamos y desplegamos nuestras pancartas. Un policía se acercó, y nos preguntó qué hacíamos y quién era la persona al mando. Ninguno de los practicantes respondió, así que le solté que yo era la responsable.

Cuando regresamos al hotel, me di cuenta de que cuando estaba reacia a tomar responsabilidades, se debía a que estaba siendo egoísta y protegiéndome, porque podía fracasar en el intento.

El Maestro dijo:

“¡Ustedes tienen que cargar vuestra responsabilidad! ¡Ustedes tienen que salvar a los seres conscientes para perfeccionarse a sí mismos, para que este asunto no quede en nada!”. (Fahui de Nueva York 2016).

La verdad que encerraba este Fa fue como una llamada de atención. Me deshice de las excusas que surgían en mi mente. También, en lugar de preocuparme de si me sentía más cómoda sosteniendo la pancarta o recolectando firmas, empecé a considerar qué podía ser lo mejor para el proyecto.

Aceptando la responsabilidad

Al volver a casa, después de hacer examen de conciencia, pensé que la gira en automóvil sería una buena experiencia de cultivación. Así que llamé al coordinador y acepté la responsabilidad de liderar un automóvil.

El coordinador se encargó de todo y me pidió que eligiera a los miembros de mi equipo. Tres de nosotras habíamos inmigrado recientemente desde China y no conocíamos bien el idioma inglés. La cuarta era una estudiante universitaria que solo llevaba un año practicando Dafa. Se encargaría de hablar con los alcaldes, policías y medios de comunicación. Sentía presión porque ninguna de nosotras había reunido la experiencia suficiente para hablar con gente.

Nos asignaron el itinerario de la zona central de Canadá. Justo antes de nuestra partida, le pedí al coordinador que designara otra líder para el equipo. Pero no había muchas practicantes que tuvieran disponibles las tres semanas necesarias para hacer el tour. Además, ya que todo había sido arreglado así, realmente tenía que hacerlo lo mejor posible.

Subsanando deficiencias

Enviamos pensamientos rectos, sostuvimos pancartas, reunimos firmas, celebramos una conferencia de prensa, fuimos entrevistados por los medios y entregamos en mano, materiales de Dafa, a los concejales del ayuntamiento en la primera ciudad donde desembarcamos.

La practicante joven estaba muy familiarizada con los materiales pero su conocimiento sobre la persecución quedaba algo corto porque no acumulaba experiencias de primera mano. Así que su presentación resultaba algo mediocre.

Los practicantes de fuera de China que no han experimentado en primera persona la persecución, no pueden llegar a imaginar la magnitud de su alcance. Por esta razón, mientras viajábamos hasta la siguiente ciudad, tres de nosotras compartimos detalles sobre la persecución que experimentamos en China.

Luego, debatimos sobre nuestras carencias. Propuse argumentos para hacer que la información llegara de una manera más efectiva y mejor, a esas personas que no pueden llegar a imaginar el alcance de la persecución.

Decidimos que no abordaríamos inmediatamente los hechos sobre la persecución, sino que comenzaríamos la presentación con información básica sobre Dafa, sobre cuando y porqué empezó la persecución el partido comunista chino (PCCh) y sobre la gravedad de la persecución. Luego, podríamos conducirlos hacia la sustracción forzada de órganos en vida a practicantes y el negocio tan lucrativo que se esconde detrás. Y podríamos continuar con los informes de fuentes independientes que confirman la existencia de tales atrocidades.

La joven tomó notas mientras compartíamos nuestras experiencias y sus presentaciones mejoraron. Ya que nuestro intercambio había cosechado algunos éxitos, decidimos continuar con este método de compartir durante el viaje. Lo hacíamos cada vez que descubríamos algunas de nuestras deficiencias.

Afinando la técnica en la presentaciones

Durante las actividades en Toronto, los coordinadores siempre me animaban a hablar sobre la persecución que experimenté en China. Pero, me di cuenta de que los medios informaban sobre mi persecución en gran detalle, pero apenas se mencionaba la sustracción forzada de órganos. Tampoco se hablaba sobre la querella presentada contra el ex líder chino, Jiang Zemin, principal instigador de la persecución.

La joven practicante hablaba sobre Dafa, la sustracción forzada y la demanda contra Jiang. Yo solo hablaba sobre la persecución a la que fui sometida, me limitaba a ayudar con algún comentario puntual o aclarando alguna cuestión.

Cuando empezamos la gira, hablábamos principalmente sobre la persecución y la sustracción forzada de órganos. Muchas personas se solidarizaban, pero decían que esto les hacía sentir indefensas y desamparadas. Entonces, decidimos cambiar y mencionar más la querella criminal interpuesta contra Jiang. Así, la gente obtuvo un mejor entendimiento sobre estas cuestiones.

Las practicantes fueron mejorando sus presentaciones con el tiempo y perfeccionaron cada pequeño detalle que pudiera elevar el entendimiento del oyente.

Cuando citábamos a David Kilgour y a David Matas, añadíamos los títulos “abogado de derechos humanos y ex parlamentario de renombre”, para aumentar su credibilidad.

Cuando pedíamos apoyo, solíamos usar la palabra 'nosotros' y 'trabajemos juntos para que nuestros funcionarios apremien a nuestro gobierno', así conseguíamos darle mayor intensidad. Queríamos que la audiencia supiera que esto no era una responsabilidad de algún otro, sino que Canadá, al ser uno de los países más importantes de la sociedad internacional, debía posicionarse.

De pasivo a proactivo

Uno de nuestros objetivos era disponer de informes de prensa en todos nuestros eventos, pero no sabíamos cómo conseguir que los medios asistieran a nuestras conferencias. Llegamos al ayuntamiento de uno de nuestros destinos, organizamos todo para la rueda de prensa, pero nadie asistió.

Una anciana se nos acercó y nos preguntó que estaba ocurriendo. Le hablamos sobre Falun Dafa y la persecución actual a los practicantes en China. Coincidíó que ella trabajaba para un periódico local, nos condujo a su oficina y nos presentó al editor.

Teníamos la impresión errónea de que necesitábamos una cita para reunirnos con los medios. A raíz de este incidente, aprendimos que necesitábamos abordar los medios pro activamente.

Aprender cómo funcionan las cosas conduce al éxito

Cada vez que nos reuníamos con los medios, vestíamos camisetas de Dafa y gorras amarillas. Después de presentarnos, les mencionábamos nuestra gira a través de Canadá. Explicábamos que nuestros cinco equipos visitarían un total de 280 ciudades y pueblos, se reunirían con alcaldes y otros funcionarios, y celebrarían una rueda de prensa delante de cada ayuntamiento.

Esta presentación hacía que la gente comprendiera la magnitud de nuestra iniciativa y mostraba qué parte representábamos dentro de ella. Hablábamos sobre Falun Dafa a todos los que nos íbamos encontrando, sin importar si era un recepcionista, un periodista o el director.

Con esta estrategia conseguíamos que todo tipo de gente común oyera la verdad sobre Falun Dafa. Seguimos presentándonos en los medios y ante la gente influyente. Fuimos capaces de reunirnos con, al menos, tres medios en cada ciudad que visitamos.

Cultivar cada pensamiento

Se pidió que todos los líderes de los equipos se reunieran, vía Internet, la primera semana de la gira y compartieran experiencias. Usé una táctica que solía llevar a cabo cuando gestionaba grupos en China. Para que los miembros de nuestro equipo no se volvieran complacientes, les conté que los demás equipos lo habían hecho igual de bien que nosotros.

Al día siguiente, ningún periodista asistió a la conferencia de prensa. ¿Me pregunté qué había hecho mal? Entonces, recordé que había dicho que los demás equipos lo habían hecho tan bien como nosotros. Ese día, mis palabras se convirtieron en realidad. Compartí mi iluminación con los miembros de mi equipo y coincidieron que mi afirmación nos había causado el problema.

Me retracté de lo que había dicho el día anterior y negué la interferencia. El problema se resolvió y los medios vinieron a todas las rueda de prensa de las demás ciudades que visitamos.

Algo similar nos ocurrió con las estaciones de radio. Visitamos un periódico y la estación de radio local, antes de la celebración de la conferencia de prensa. Sin embargo, después no vino nadie de la estación para cubrir nuestro acto.

Según parece, porque no lo recordaba, había comentado que la radio no me parecía tan importante como el periódico. Entonces, cuando visitamos la estación de radio, y dos de los presentadores nos recibieron, nos dijeron que la radio no era importante, que debíamos contactar con la oficina del periódico local. Cuando nos marchábamos de la ciudad, comprendí que mi comentario lo había embrollado todo y lo negué inmediatamente.

Durante el resto del viaje, fuimos entrevistados en muchas estaciones de radio y algunas de las entrevistas fueron en directo. Se nos concedió la oportunidad de aclarar la verdad a una audiencia muy amplia. Una estación de radio, en realidad, cubre una gran área, especialmente en el centro de Canadá, donde no hay mucha población.

Cooperación y análisis para iniciativas futuras

Después de regresar a nuestra base, comprendí que el Maestro no quería vernos complacientes, sino que nos mejoráramos constantemente. Por lo tanto, decidimos analizar la gira completa, así no dejaríamos que cayeran en el olvido las cosas importantes.

Durante el viaje sentí constantemente la protección y guía del Maestro y también el poder que tienen los practicantes cuando cooperan como un solo cuerpo. Los practicantes locales de un buen número de lugares invitaron a los medios a nuestra llegada, cooperaron con nosotros y organizaron los actos para nosotros. Gracias a su apoyo, fuimos capaces de contactar con los medios y los funcionarios sin ningún problema.

Repartimos materiales informativos a los medios, alcaldes y parlamentarios. Los practicantes de Toronto nos fueron haciendo llegar tales materiales, lo cual nos resultó muy conveniente.

Los miembros del equipo compartieron abiertamente y sinceramente durante todo el viaje. Intentábamos entender a la otra compañera practicante y cooperar.

He sido afortunada de poder disfrutar de esta experiencia inolvidable. Siento que en estos momentos es de la mayor importancia hablar a la gente sobre Falun Dafa, la persecución, la sustracción forzada de órganos, y así, salvar a los seres conscientes.

Vinimos por el Fa. Mi única esperanza es que en el tiempo restante me cultive bien, transite bien mi camino de cultivación, y cumpla mi misión con la guía y el fortalecimiento del Maestro.