(Minghui.org) Fui acosada por agentes de la división de seguridad del estado cuando volví a China hace varios años. Muchos de mis apegos, en especial mi apego al qing, quedaron expuestos.

Lloré casi todos los días después de volver a casa. Me pregunté lo que debía hacer a partir de entonces: ¿Debo dejar o continuar la cultivación? Después de tres meses de lucha, decidí continuar.

Reforzando mi creencia, siendo parte de un cuerpo

Me sentí muy mal cuando volví de China. Como me preocupaban mis hermanos y parientes en China, escribí una declaración (para un oficial de seguridad del estado) que no iba a asistir a ninguna de las actividades de Falun Dafa fuera de China. También di a conocer los nombres de algunos de mis compañeros practicantes. Me sentía muy culpable y me dolía el corazón todos los días.

Fue una gran mancha en mi camino de cultivación y de vida, lloré hasta en sueños. Me sentía como una cáscara vacía.

No importa lo difícil que era, continué estudiando el Fa. Poco a poco, recuperé algunos pensamientos rectos y me mantuve recitando el Fa del Maestro:

“El miedo puede hacer que uno cometa errores, y el miedo puede hacer que uno pierda una oportunidad predestinada. El miedo es una trampa mortal en el camino de un ser humano hacia la divinidad”. (Pasen la prueba mortal)

A causa de mi miedo había cometido errores, y no debía perder ninguna oportunidad predestinada más por esta causa. Yo sabía que tenía que pasar esta prueba mortal.

Quise asistir a un estudio del Fa grupal dos meses después, pero mi marido me detuvo.

"Solo puedes estudiar el Fa en casa", dijo. "Si vas, no vuelvas".

Estaba asustada y no fui.

A medida que estudiaba el Fa, se reforzaron mis pensamientos rectos. También sentí miedo por no saber mucho inglés. Entonces pensé: Muchos practicantes, incluso los no practicantes, no saben inglés, pero aún consiguen hacerlo muy bien. Yo sé al menos un poco de inglés, ¿sería menos capaz que ellos?

Decidí asistir al estudio grupal. Cuando mi marido volvió a decir: "No regreses si lo haces" le dije que sabía qué hacer. Cuando volví, él no dijo ni una palabra, yo sabía que había pasado la prueba.

Rectificando mis errores y convirtiendo las cosas malas en cosas buenas

Lo primero que hice después que volví de China fue disculparme con los practicantes de los que había divulgado información. Necesitaba valor para admitir los errores que había cometido, pero sabía que no debía encubrirlos más.

Los practicantes no se quejaron de mí; en cambio, me consolaron. Me conmovió su compasión. Otro practicante fuera de nuestra ciudad a menudo me llamaba y me animaba para que levantara el ánimo. Ella me motivó.

Tres meses más tarde, publiqué mi declaración para afirmar que cualquier cosa que haya escrito en China era nula y que yo sólo seguía el camino que el Maestro había arreglado para mí.

Pero no fue tan fácil.

Cuando acababa de volver de China, siempre estaba pensando acerca de la reparación de mis errores. Un día, una practicante me llamó y me preguntó si me gustaría unirme a los medios de comunicación para los que ella trabajaba. Dije que lo haría, sin ninguna duda. Varios días después, sin embargo, el coordinador de este proyecto de medios cortésmente se negó a que me uniera. Mi corazón se hundió.

Mi solicitud para ser incluida en el correo electrónico grupal también fue rechazada. Los practicantes se mantuvieron distantes de mí. Sentí mucha presión. ¿Cómo podía pasar estas pruebas? ¿Cómo podría seguir los requisitos del Fa? Me calmé y pensé en ello.

El Maestro dijo:
"Así que, desde la perspectiva del estudiante, cuando otros estudiantes no confían en ti, no vayas tercamente contra ellos. No es una mala idea para evitar el problema un poco, ya que de esa manera ambas partes tendrán una menor presión psicológica sobre ellos”.

“Si no te dejan hacer estas tareas, entonces yo repartiría volantes en la calle, que igualmente salva vidas. Puedes enviar pensamientos rectos, hacer otras cosas, puedes hacer de todo. ¿Por qué tienes que apegarte en este aspecto? Cuanto más te apegas, más tendrán los otros estudiantes percepciones fuertes sobre ti. ¿No es así? ¿Por qué tienes que actuar justamente de esta manera?”. (Enseñando el Fa en la conferencia de estudiantes Asia-Pacífico 2004)

Me dije que no debía quejarme de los practicantes y que debería tratar de entenderlos. Ellos estaban tratando de ser responsable ante el Fa y de los proyectos en los que estaban participando. No tenían ningún problema personal conmigo. Incluso si lo tuvieran, yo debería ignorarlos, debía recuperar su confianza con mis propias acciones.

Poco después, me pidieron unirme a la plataforma telefónica para aclarar la verdad a la gente en China. Encontré mi lugar allí. Debido a que he seguido los requisitos del Fa, me aceptaron rápidamente.

Al tener varias pruebas que superar, me di cuenta de que no importa lo enorme que la prueba o dificultad sea, mientras que siga los requisitos del Fa y mire hacia adentro, sin duda los pasaré.

Shifu dijo:

“Sea lo que sea que experimenten durante la cultivación -sea bueno o malo- es bueno, ya que esto sólo ocurre porque ustedes se están cultivando”. (Al Fahui de Chicago)

Deshacerse del miedo

El miedo es una prueba mortal para los practicantes, y tenía mucho miedo cuando volví de China. Cuando pensé en cómo deshacerme de este miedo, decidí ir a la embajada de China y el barrio chino una vez a la semana para aclarar la verdad a la gente.

Estaba tan nerviosa cuando me quedé en la banqueta frente a la embajada china. Tampoco cerré mis ojos, o mis ojos estaban buscando las cámaras instaladas en sus paredes. Cuando vi a los chinos me puse más nerviosa. Sospechaba que eran de la embajada. Me preocupaba cada segundo.

Compartí con una practicante acerca de mi miedo. Me pidió que no tuviera miedo y dijo que me acompañaría cuando fuera a la embajada de nuevo. Mi temor disminuyó gradualmente y ya pude ir por mi cuenta.

Un día, un hombre chino tomó fotos de nuestra mesa de aclaración de la verdad. Dijo que él sabía más verdad sobre Falun Gong de lo que yo sabía. Le dije que no participara en la persecución a los practicantes. Se fue sin decir una palabra.

Un día llegué temprano al barrio chino. Empecé a repartir una edición especial de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista. Vi a unas ocho personas en trajes oscuros saliendo de un restaurante. Sabía que algunos estaban vinculados con la embajada. Me dije que no debía entrar en pánico y tenía que mantenerme en calma.

Uno de los hombres con una cámara colgando de su cuello se acercó a mí y le entregué una copia y también otra copia a otro hombre y le dije: "Sé que ustedes son agentes secretos, pero todavía quiero que sepan la verdad". Él lo tomó y se fue a toda prisa.

Tomaron fotos cuando iban a cinco o seis metros de mí. Mi corazón comenzó a latir más rápido, me sentía impotente y sola. ¡Cómo deseaba que otros practicantes estuvieran conmigo para reforzar mis pensamientos rectos!

Otra practicante finalmente llegó y le dije lo que había sucedido. Me consoló y me dijo que podía quedarme en casa temporalmente. Le dije: "No, no voy a quedarme en casa. Debo abandonar mi miedo cuando este aparezca. Si me quedo en casa, significa que estoy cubriendo mi miedo". Así que continué yendo al barrio chino para aclarar la verdad.

Eliminando el miedo y presentando una demanda contra Jiang

Aunque sabía la importancia de la presentación de una demanda contra Jiang Zemin, inicialmente dudé en hacerlo. Compartí con otros practicantes y algunos presentaron una demanda sin ninguna duda. Creí que me estaba quedando atrás, recité el Fa del Maestro para reforzar mis pensamientos rectos.

El Maestro dijo:

“Mis raíces están todas atadas al universo, y si alguien puede tocarte, entonces puede tocarme a mí; hablando claramente, puede tocar a este universo”. (Zhuan Falun)

La presentación de demandas contra Jiang fue aprobada por el Maestro; por lo tanto, las viejas fuerzas no se atreven a perseguir a los practicantes en este sentido. Me pregunté: "¿Con qué propósito y con qué mentalidad debería presentar la demanda contra Jiang?". Me di cuenta que demandar a Jiang fue causado por un cambio cósmico y con lo que los practicantes deben cooperar. La ola de demandas a Jiang también podría despertar a la gente común.

Tan pronto terminé de escribir mi demanda me solicitaron enviarla con una copia de mi pasaporte chino. Mi temor surgió de nuevo. Toda mi información personal estaba allí. Me dije que no tendría  miedo. Cuando estaba escribiendo afuera en el sobre, tenía que poner mi dirección en él. Mi temor apareció de nuevo. Me dije que debía eliminarlo porque no era mi verdadero ser el que tenía miedo.

Tuve que esperar una semana antes de recibir la confirmación de la recepción. Durante ese tiempo, sin embargo, el miedo seguía apareciendo. A veces hasta deseaba que la demanda no hubiera llegado a su destino. Traté de inmediato para negar este pensamiento indigno. Sostuve entonces la idea de que el departamento adecuado lo recibiría y que quien lo leyera iba a conocer acerca de la persecución. Por último, la confirmación llegó.

Estas son algunas de mis experiencias en los últimos años. Me he dado cuenta de que mi miedo provenía del qing. Siento que el qing ha sido una prueba mortal para mí en los últimos 17 años de mi cultivación. Cuando recién comencé la práctica, me encontré con la prueba de qing con mi marido. Después cuando salí de China, tropecé en mi cultivación porque estaba demasiado apegada al qing hacia mi familia en China. Perdí el control de mi temperamento debido al qing por mi hijo. El qing hizo de mi vida una agonía.

El Maestro dijo:

“Aquellos que están aferrados al afecto de sus parientes serán indudablemente fatigados, enredados y atormentados por este afecto. Estas personas se aferran al hilo del afecto y dejan que les amarre durante toda la vida. Cuando lleguen al final de sus vidas, les será demasiado tarde para arrepentirse". (Tabúes para cultivadores, de Escrituras esenciales para mayor avance)

Voy a seguir las palabras del Maestro en mente y haré mi mejor esfuerzo para abandonar el qing. Me cultivaré más diligentemente en mi camino de regreso a casa.