(Minghui.org) El 12 de julio de 2016, cuatro residentes de Harbin fueron enjuiciados por repartir materiales informativos de Falun Gong, una disciplina espiritual que está siendo perseguida por el régimen comunista chino.

El juicio se realizó sin abogado defensor. La corte de Daoli esperó hasta un día antes de la audiencia para notificar a las familias de los practicantes, sin darles tiempo para contratar un abogado. Por ley, la corte tiene que enviar una notificación días antes de la audiencia.

El juez Zhang Jiaming pospuso la audiencia sin emitir veredicto.

La oficina 610 pone la fecha de la audiencia y vigila el proceso

Los Sres. Zhu Qiangong de 65 aós, Liu Qingfu de 66 años y Gao Yulin, en sus 60, y la Sra. Liu Shuhua, fueron arrestados el 21 de septiembre del año pasado.

Como en muchos casos de Falun Gong, la fecha de la audiencia fue puesta por la oficina 610 local, una agencia fuera del sistema con la tarea de erradicar a Falun Gong y con poder por encima del sistema legal y judicial.

Ningún familiar del Sr. Gao participó de la audiencia, porque nunca recibió la notificación. Las otras tres familias solo recibieron dos asientos en la audiencia.

En contraste, agentes de la oficina 610 y la división de seguridad doméstica entraban y salían de la corte sin ninguna restricción.

Policías de civil y sin uniforme patrullaban fuera de la corte, evitando que los simpatizantes de los practicantes lleguen a la audiencia.

Familias destrozadas

Los cuatros practicantes estaban esposados y encadenados cuando entraron a la corte. Todos lucían pálidos y débiles.

Al Sr. Gao le derribaron los cuatro dientes delanteros, y cojeaba al caminar.

El Sr. Zhu tenía una voz muy ronca. Su esposa no pudo evitar el llanto de desesperación.

La esposa del Sr. Liu también rompió en llantos después de notar que su encorvado esposo parecía haber perdido la memoria.

La Sra. Liu lucía años más vieja de lo que solía estar antes de su arresto. Uno de sus familiares se cubrió la cara y lloró.

Las familias quedaron destrozadas al ver cómo se llevaban a los practicantes de nuevo detenidos luego de la audiencia, con el temor de que continúen siendo abusados.