(Minghui.org) Hace poco atravesé un episodio de ye de enfermedad. Comenzó con un repentino temor de que algo estaba mal en mi corazón. Acababa de terminar de leer la línea:

“A pesar de que eres alguien que refina gong, siempre consideras que eso es una enfermedad, pues entonces la estás persiguiendo” (Zhuan Falun, Lección Sexta)

Me surgieron todo tipo de nociones humanas y mis pensamientos rectos no fueron lo demasiado fuertes como para dejarlos de lado, incluso habiendo leído estas palabras. Comenzó a dolerme la parte izquierda de mi pecho. Tuve siempre este miedo en mi corazón, pero fue reforzado cuando supe que practicantes cercanos a mí habían muerto por ye de enfermedad. No tuve en cuenta las siguientes palabras:

“Si puedes realmente hacer bien las tres cosas, nadie se atreverá a tocarte” (Enseñanza del Fa en el Fahui de la Costa Oeste 2015)

Empecé a cultivarme en base al miedo de que surgiese este yeli de enfermedad. No lo hacía por asistir al Maestro en la rectificación del Fa, ni salvar seres conscientes y tampoco por volver a casa.

Me di cuenta de que no dejaba ir algunos apegos como la lujuria o el perder la cara, pues pensaba que mi vida sería muy aburrida si los dejaba ir. Observé que los practicantes veteranos se centraban únicamente en la salvación de seres conscientes al dejar de lado estos apegos. Shifu dijo:

“Pero te diré que los dioses no son inmóviles como las estatuas, como los humanos imaginan. Los humanos no lo saben, pero el Cielo es de hecho extremadamente maravilloso” (Exponiendo el Fa en el Fahui de Houston 1996)

Pensaba en los dioses desde el punto de vista de mis nociones humanas.

Decidí empezar a hacer los ejercicios en un espacio público al descubrir mi fuerte apego a perder la cara, ya que no me gustaba que la gente me viese practicando. Cada vez que saliese a practicar, pensaría en dejar mi miedo a lo que los demás pensasen de mí, en despojarme de mis apegos humanos sucios y cómo debería hacerlo bien en este último momento crítico. Después de hacer esto durante un tiempo me sentí mejor. Como mi enfermedad mejoró, dejé ir a mi miedo, porque vi que podía superarlo al dejar ir mis apegos y cultivarme todo el tiempo diligentemente.

El ye de enfermedad se me presentó extremadamente fuerte una noche al despertar con un dolor ardiente en el pecho. Me alentaba para no perder la fe en el Maestro y recordaba: 

“Cuando te sientes más indispuesto, significa que las cosas han llegado al extremo y seguramente van a revertirse” (Zhuan Falun, Lección Segunda)

Entendí que no podemos irnos a los extremos. Mi entendimiento es que nada tendrá la apariencia sobrenatural. Una pierna rota no necesariamente se va a curar en un instante porque mejoramos y enviamos pensamientos rectos. Se tiene que ajustar a la sociedad humana. Sea cual sea la enfermedad se mostrará como es realmente pero en realidad, es el resultado de un problema de xinxing.