(Minghui.org) Soy una practicante de Falun Dafa de 58 años y ama de casa. Comencé a practicar Dafa en mayo de 1997.

Terrible sufrimiento

A comienzos del 2005, a mi esposo, no es practicante, le diagnosticaron cáncer de pulmón. Éste se extendió al cerebro e hizo presión sobre los nervios, quedando paralizado uno de los lados del cuerpo.

Consultó con muchos médicos y finalmente le dijeron que el tumor estaba ubicado en un lugar crítico, sobre un vaso sanguíneo, y que no podía ser removido mediante cirugía. Tampoco se le podía hacer quimioterapia porque si el tumor se reducía, la vena podía romperse, y sería fatal.

Tosía mucho, tenía terribles dolores de cabeza y vivía a fármacos para aliviar el dolor. Algunas veces era tan insoportable, que quería suicidarse golpeando la cabeza contra la pared. Cuando ya no podía soportarlo, suplicaba con lágrimas: “¡Denme veneno para poder morir. No quiero sufrir más!”.

Una tarde, vomitó sangre después de un fuerte ataque de tos. El médico detuvo el sangrado y nos dijo que nos preparáramos para lo peor. Para entonces habíamos gastado todos nuestros ahorros en tratamientos e incurrimos en deudas por decenas de miles de yuanes. Lo enviaron a casa a morir, ya que no había cura para su enfermedad.

Su condición empeoraba día a día. Yo sabía que había una razón para ese sufrimiento.

Beneficiándose de Dafa a pesar de haber quemado libros de Dafa

En el pasado le pedí que comenzara a practicar Falun Dafa. Él sabía que era bueno ya que fue testigo de cómo pasé a estar saludable después que empecé la práctica. Tenía buen carácter, era indulgente y siempre estaba feliz.

Sin embargo, su familia había sido blanco durante la revolución cultural; y personalmente experimentó la brutalidad del partido comunista chino (PCCh) previas campañas políticas. Después que Falun Dafa fue prohibido en julio de 1999, quemó mis libros de Dafa y el portarretrato del Maestro cuando me sentenciaron ilegalmente a trabajo forzado.

Había cometido un gran crimen contra Dafa. Sin embargo, yo sabía que esa no era su naturaleza verdadera. El miedo al régimen comunista lo hizo perder los sentidos.

“Los médicos no pueden tratar tu enfermedad”, le dije. “Vamos a escuchar las conferencias del Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) y pon tu fe en Dafa”. Estuvo de acuerdo, y escuchamos la enseñanza del Maestro en Guangzhou.

Al tercer día, comentó que el dolor de cabeza había cesado. Al siguiente se pudo sentar y al quinto, salió de la cama.

De repente, después de la medianoche del quinto día, vomitó grandes bocanadas de sangre de color negro. Mis hijos estaban tan asustados que comenzaron a llorar. Pero yo le estaba muy agradecida al Maestro. Sabía que esto era una señal que Él estaba limpiando el cuerpo de mi esposo. Les dije a los niños que recitaran: “Falun Dafa es bueno”.

Dos horas más tarde dejó de vomitar y los chicos llamaron a una ambulancia para llevarlo al hospital.

Al día siguiente, cuando las enfermeras trataron de aplicarle una inyección, a pesar de haber intentado con distintas agujas en diferentes partes del cuerpo, la medicina salió expulsada. Estaban desconcertadas, y de repente mi marido, recordó la enseñanza del Maestro:

“Tenemos un estudiante que cuando quiso que le aplicaran inyecciones en el hospital, hizo que muchas agujas se doblaran; al final, la medicina salió expulsada completamente de la ampolla, sin que la piel fuera perforada”. (Zhuan Falun)

Entendió qué estaba sucediendo y dijo: “Estoy bien ahora, no necesito que me traten”, e insistió en ir a casa.

Médicos anonadados por la recuperación

Antes de que regresara a nuestro hogar, los médicos le realizaron diversos estudios. Estaban anonadados por los informes y los rayos x. ¡El tumor en la cabeza desapareció, y los pulmones estaban normales! Fue realmente inconcebible. El Maestro curó su enfermedad.

Estando en casa, mi esposo persistió en leer el Fa y en hacer los ejercicios. Rápidamente se volvió más fuerte, y su tez se tornó rosada y saludable. Le creció de nuevo el cabello que había perdido por la quimioterapia. A los 76 años, se mantiene en forma y goza de buena salud.

En invierno, vende cosas, y en verano cultiva ocho acres de tierra. Es alegre y le dice a todos los que conoce que el Maestro Li salvó su vida, que Falun Dafa es bueno y que no hay que creer lo que dice el partido comunista chino (PCCh) en la televisión.

Muchas personas fueron testigo del poder de Dafa a través de la experiencia de mi esposo. Todos en mi familia están felices y seguros gracias a Falun Dafa.