(Minghui.org) En diciembre de 2015 a mi hijastro mayor le diagnosticaron cáncer de pulmón en su última fase. Su condición era tal mala que una operación no lo ayudaría. La expectativa de vida era de dos o tres meses.

Como practicante, quise ayudarlo. Soy jubilado y estoy en casa, por lo que me ofrecí voluntariamente a cuidarlo. Mi nuera estuvo de acuerdo y la familia lo trasladó a mi hogar.

Durante los primeros días, miramos los videos de las conferencias de Falun Gong y escuchamos los audios. Mi hijastro aprendió los ejercicios y los hicimos juntos.

Su salud comenzó a mejorar. Pronto fue capaz de comer y dormir bien. Tenía dificultad para orinar y defecar, pero esto también mejoró.

Le compartí mi entendimiento del ye de enfermedad leyéndole las palabras del Maestro: “Los cultivadores verdaderos no tienen enfermedades” (Explicando el contenido de Falun Dafa) y “Cuando una persona quiere cultivar y refinar un Fa recto, hay que eliminar el ye”. (Zhuan Falun)

A mi hijo no le habían contado cuál era su verdadera enfermedad, pero fue lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de la seriedad de su dolencia. Entonces compartió conmigo las palabras del Maestro: “En el pasado, siempre hemos prohibido el ingreso en las clases a aquellos con problemas mentales y a aquellos con enfermedades graves”. (Exponiendo el Fa en Sídney)

Luego le leí el siguiente texto:

“Pero siendo un verdadero cultivador, no puedes cultivarte y refinarte acarreando un cuerpo enfermo. Voy a purificar tu cuerpo para ti. Pero la purificación del cuerpo sólo se limita a quienes verdaderamente vienen a aprender el gong y el Fa. Nosotros enfatizamos un punto: si no puedes dejar ese corazón, si no puedes dejar esa enfermedad, no podemos hacer nada, no somos capaces de ayudarte”. (Zhuan Falun)

Se encontró con algunas interferencias en el camino. Una vez estábamos estudiando el Fa con su esposa, sin embargo, poco después de comenzar, de repente pidió cambiarse de ropa y no quiso continuar sin razón aparente.

En otra ocasión, cuando estaba mirando televisión, le dije que los programas tenían mucha propaganda del partido comunista de chino y que no era bueno para él. No le gustó escuchar esto y abandonó la casa.

Esto me preocupó. Tal vez lo había empujado hacia el lado opuesto. Recordé que antes había sido reacio a estudiar el Fa. Así que miré para adentro para ver si le había hablado con compasión.

Lo llamé y regresó. Ya no estaba enojado.

Le hablé sobre mi nieta. A menudo ella me visitaba cuando no se sentía bien. Le conté que la foto del Maestro, los libros y materiales de Dafa en mi casa emitían buena energía, y al hacerlo inmediatamente se sentía mejor. Luego de esto, no miró mucha TV, y advertí que se volvió más tolerante.

Pronto llegó el momento de regresar al hospital para su tercer tratamiento de quimioterapia. Le pedí ayuda al Maestro y envié fuertes pensamientos rectos en casa para ayudarlo.

Los resultados fueron sorprendentemente buenos. Se encontraba mucho mejor. Dafa cambió su destino en un mes. Él y mi nuera comenzaron a practicar.

Agradezco sinceramente al Maestro por salvar a mi hijastro. Haré bien las tres cosas en el futuro.