(Minghui.org) Una moto me atropelló cuando iba en mi bicicleta en el verano de 1996, después de unos seis meses que comencé a practicar Falun Dafa. Fue tan duro el golpe que la rueda de la bicicleta quedó hecha un semicírculo. Mi hijo estaba en el asiento de atrás, él y yo salimos expulsados de la bicicleta y golpeamos contra el cemento. Mi hijo entró en pánico. El conductor de la motocicleta también estaba asustado.

Un joven aldeano atestiguó el accidente. Se apresuró a ayudarnos y comenzó a discutir y defendernos. Le agradecí pero le dije que no discutiera. Le pedí simplemente al conductor de la moto que nos ayudara a llegar a casa, pero no le pedí ni un centavo. El aldeano no entendía por qué no me enojé y grité al conductor de la motocicleta. Estaba enojado con él porque no nos dio ninguna compensación.

Cuando la persecución a Falun Dafa comenzó, el partido comunista chino difundió mentiras e inundó de propaganda calumniando a Dafa. La mayoría de la gente fue engañada y tenían pensamientos negativos hacia Falun Dafa, sin embargo, este joven aldeano que fue testigo del accidente les dijo a todos: “Falun Dafa es bueno. Yo fui testigo”. Le contó a la gente cómo yo calmadamente traté el accidente. Luego cuando me encarcelaron me defendió.

Este joven fue elegido para ser el policía de nuestra aldea hace seis años. Siempre que se entera de acciones planificadas contra los practicantes de Falun Dafa, hace lo que sea para avisarme. También desestima las órdenes que recibe de perseguir a los practicantes y nunca participó de la persecución.

Cuando los practicantes de Falun Gong eran acosados por haber presentado querellas contra Jiang Zemin el año pasado, se las arregló para notificar a los practicantes o sus familiares, a pesar de que las órdenes de sus superiores siempre llegan con poca anticipación. Gracias a sus notificaciones, hubo poco hostigamiento en nuestra área.

Muchas veces nos dice: “Mientras esté en este puesto, haré lo mejor para prevenir que se lleven a los practicantes de Falun Dafa. Ustedes no han hecho nada malo. Si todos practicaran Falun Dafa, todos serían amables. ¡Sería genial!”. Luego gritó: “¡Falun Dafa es bueno!”.

Un aldeano que lo escuchó, le dijo: “¡Ten cuidado! Te podrían arrestar si sigues haciéndolo. Él contestó: “No tengo miedo. Me atrevería a gritar Falun Dafa es bueno con altavoces”.