(Minghui.org) En 1996, un practicante de Falun Gong de nuestra aldea, me sugirió que lo intentara diciéndome: “Ven y haz los ejercicios con nosotros. Falun Dafa enseña a las personas a ser amables y benevolentes, y también tiene efectos muy poderosos en la salud”.

Fui y vi las lecciones en video del Maestro Li Hongzhi. Sus palabras y su sonrisa me conmovieron profundamente. Comprendí: “Esto es lo que quiero; seguiré estas enseñanzas”.

Frustrada con la vida

Soy la esposa de un granjero y estoy en mis 70 años. La vida no era fácil para mí, y solo tenía una educación primaria. No manejaba bien el estrés; perdía mi temperamento con facilidad y mitigaba la frustración arrojando los platos y golpeando sobre los muebles. Mi familia caminaba de puntillas cerca de mí.

Este mal temperamento también me trajo toda clase de incomodidades y enfermedades. Estaba exhausta y me sentía desesperada, hasta que encontré Falun Dafa.

Aprendiendo a leer

Cuando tuve en mis manos Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, no supe qué hacer. Era prácticamente analfabeta, pero mi determinación por leer el libro me empujaba a seguir pidiendo ayuda con los caracteres que no reconocía. Me mantuve leyendo, aprendiendo y pidiéndole al Maestro en mi corazón: “No importa lo difícil que sea, aprenderé a leer el libro”.

¡Mi actitud hizo la diferencia, y me concedieron la sabiduría para aprender a leer con rapidez! Palabras que nunca antes había visto se volvieron familiares, y brillaban con un resplandor dorado. Comprendí que se trataba de un libro precioso y que finalmente tenía un Maestro que se ocupaba de mí. Nunca más lucharía sola.

Cambios positivos

Todos sabemos que es difícil cambiar la personalidad o el carácter, en especial si uno ha sido así durante toda una vida. ¡Pero pude cambiar, comenzando a cumplir con los principios de Verdad – Benevolencia – Tolerancia! Me volví considerada hacia mi marido y también hacia mis hijos. Cuando trabajaban en el campo, les preparaba comida sabrosa y se las llevaba.

Un día, mi hijo entró a la casa en un estallido de furia y pateó la arrocera donde cocinaba, desparramando el arroz por todo el suelo. Permanecí calmada y le pregunté: ¿Qué ocurre? Que te molestes tanto es malo para tu salud”. Resultó que había tenido un mal entendido. Si esto hubiese pasado antes, habría significado la guerra. Todos estaban muy impresionados con los cambios positivos en mí y también fueron testigos de las mejorías en mi salud.

El Maestro nos enseña a ser considerados con otros todo el tiempo. Una vez, cuando fui a comprar fertilizante, vi que el vendedor me había dado dos bolsas extra sin cobrármelas. Se lo dije y le pagué la diferencia de inmediato. Él se conmovió y me dijo: “Usted es una buena persona. Difícilmente alguien haría algo así hoy en día”. Le dije que practicar Falun Gong me ayudó a entender la importancia de tener valores morales elevados. Entonces me respondió: “¡Falun Gong es grandioso!”.

Experiencia extraordinaria

Mientras conducía una moto eléctrica al mercado en la primavera de 2011, fui chocada por un colectivo y arrojada a varios metros de distancia. El conductor tenía un susto de muerte cuando se acercó a comprobar cómo estaba. Recordé la enseñanza sobre no chantajear a otros por dinero, como la gente en China suele hacer en estas situaciones. Le dije al chofer: “Usted no me golpeó a propósito. Además tiene un colectivo lleno de personas esperando. Puede marcharse”.

Se fue, pero yo tenía tanto dolor que no me podía levantar. Mi hijo vino en mi ayuda y me obligó a ir al hospital. La radiografía mostró una fractura múltiple en mi pierna derecha. Fui hospitalizada por 20 días sin ningún signo de mejora. Y entendí: “Soy una cultivadora. Necesito hacer los ejercicios y leer las enseñanzas. Tengo que ir a casa”.

Insistí en salir del hospital y empecé a hacer los ejercicios tan pronto como estuve en casa. A pesar de que estaba temblorosa y dolorida, perseveré y gradualmente me sentí mejor. Me recuperé por completo, y al igual que antes podía hacer de todo.

En otra oportunidad resbalé en la carretera helada y me fracturé la muñeca. Mi esposo quería llevarme al hospital, pero ya había aprendido la lección, así que esta vez fui directamente a casa. Leí Zhuan Falun toda la noche con un dolor terrible. Al llegar la mañana, el dolor había desaparecido y nunca tuve ningún problema con mi muñeca en el futuro.

Experimenté el poder de Falun Dafa y también pudieron verlo mis familiares y amigos. Espero que más personas puedan aprender Falun Gong y tener tan buena fortuna.