(Minghui.org) ¡Saludos, Shifu! ¡Saludos, compañeros practicantes!

Soy médico y he practicado Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) por sólo dos años. Sin embargo, he sido testigo de muchos milagros, incluidos los que ocurrieron cuando fui detenida por 15 días debido a mi creencia, y me gustaría compartirlos con ustedes.

Elevación de mente y cuerpo

En 2003, cuando estaba en la Facultad de Medicina, tuve una hemorragia digestiva aguda, que me provocó problemas estomacales crónicos, problemas de cuello y varicela. Además, mi hermano fue despedido de su trabajo y enviado a un campo de trabajo forzado por practicar Falun Dafa.

Bajo el dolor físico y la presión mental, me quedé deprimida y desubicada. Como resultado, dependía de medicinas todos los días.

En el Año Nuevo del 2014, visité a una amiga que me habló acerca de los beneficios de Falun Dafa para la salud. Confié en ella y, con la ayuda de mi madre y mi hermano, comencé a leer el libro Zhuan Falun y a aprender los ejercicios. Cinco días más tarde, todos mis malestares se habían ido y estaba tanto sana como feliz. Por primera vez en mi vida, comprendí lo que significaba la verdadera felicidad.

No estaba muy ocupada en el trabajo, así que cada día pasaba mucho tiempo leyendo los libros de Dafa. En menos de un mes leí todos los libros y me quedé muy conmovida por los profundos principios de las enseñanzas. Fue como si todas las células de mi cuerpo estaban siendo purificadas e incontables Falun giraban por dentro y fuera de mi cuerpo. Muy a menudo he podido ver a través de mi tianmu y experimentar otros fenómenos sobrenaturales descritos en Zhuan Falun. Llegué a entender el propósito de la vida y por qué existimos en este mundo.

Un día, cuando entré en la tranquilidad mientras hacía el segundo ejercicio, vi una gran escupidera y adentro había incontables pequeños seres negros en apuros, incluyéndome a mí. En varias ocasiones, Shifu me sacó del contenedor con su mano dorada, pero cada vez me deslicé hacia abajo otra vez. Mirando a la inmundicia de la escupidera, estallé en lágrimas y le dije: "Shifu, por favor, ya no me saque más. Es tan repugnante. Ni siquiera yo misma lo haría". Shifu no dijo nada y siguió intentando hasta que me sacó fuera del contenedor.

Mirando a mi ser negro y cubierto por completo de una flema asquerosa, le rogué a Shifu que lo tirara: "Está muy podrido. Por favor, ya no lo guarde más". Sin una palabra, Shifu lo colocó suavemente en la palma de su mano y lo llevó a un estanque celestial para lavar su superficie y limpiarle el estómago con un tubo. Ese ser vomitó, estornudó y escupió sustancias aún más sucias que las de una cloaca. Aunque algunas de las sustancias se derramaron en la kasaya dorada, a Shifu no le importó y continuó limpiándolo.

Después de mucho tiempo, Shifu lo colocó en un pedazo de tela de oro e hizo la Gran Señal de Mano de la Flor de Lian delante de mí. Poco a poco, parte de ese ser se volvió blanco, y las secciones oscuras se volvieron cada vez menos, hasta que desaparecieron totalmente. Entonces, ese ser que era yo, quedó limpio y bello, al igual que un recién nacido. Ese bebé despertó y bajó a arrodillarse frente a Shifu. Shifu, que estaba empapado en sudor, lo miró con compasión y sonrió.

Después, salí de la tranquilidad y me encontré con lágrimas rodando por mi cara. Desde ese día, estoy a menudo en lágrimas cuando hago los ejercicios.

Durante esos días, no sabía cómo hacer las tres cosas, pero a menudo les hablaba a mis compañeros de trabajo y a mis pacientes sobre Falun Dafa. Un paciente comenzó a practicar. Una vez, cuando estaba haciendo los ejercicios con él, vi a dos de los Fashen de Shifu. Uno le arreglaba su cuello y el otro ayudaba a ajustar mi brazo. Se lo comenté a este practicante, pero él no pudo ver nada. Más tarde, su problema de cuello, que le había molestado durante mucho tiempo, desapareció y nunca volvió.

Determinación a pesar de la persecución

Con la ayuda de otros practicantes, también comencé a producir y distribuir materiales sobre Falun Dafa. A principios de 2015, la policía local vino a mi lugar de trabajo y me engañó para ir a la comisaría.

Inmediatamente comencé a enviar pensamientos rectos. Mis padres llegaron al día siguiente con un abogado. Un día después, llegó el jefe de la oficina 610 local junto con varios oficiales y algunos de mis compañeros de trabajo.

Al ver que el jefe los ponía en contra de Dafa, me sentí muy triste y lloré durante mucho tiempo. Todos me pidieron que escribiera declaraciones de renuncia a mi creencia. Sin dudarlo, me negué. Pensando en mi hermano, que había sido detenido y torturado severamente más de 10 años atrás, lloré otra vez y dije en mi mente: "¡Shifu, nunca voy a renunciar a mi creencia!".

Varios días después, un agente de la oficina 610 vino con una mujer de mediana edad. Cuando vi un Fashen gigante de Shifu en su espalda, sonreí y le dije a Shifu que lo haría bien. La mujer me dijo que había practicado Dafa en el pasado y que le había hablado a otra gente de la práctica. Sin embargo, después de haber sido detenida y "transformada", comenzó a creer en el budismo.

Cuando comenzó a calumniar a Shifu, le hablé con compasión: "Usted sabe que Falun Dafa es bueno y Shifu es grande. Si dice cosas así, sólo se va arrastrando hacia abajo".

Ella contestó: "Si existe el infierno, voy a ir allí primero".

Le dije que vi el Fashen de Shifu en su espalda. Sonrió con arrogancia: "No te creo y no tengo miedo".

Aturdida por sus palabras, comprendí de repente lo malo que podría ser que una persona renunciara a Dafa y adoptara el camino contrario. Después de un rato, le dije que no había leído las lecciones de Shifu durante varios días y le pregunté si me podría traer algunas.

Esa mujer regresó dos días más tarde con otra mujer anciana que también había dejado de practicar y ahora seguía el budismo. Comencé a leer los artículos de Shifu sin poner atención a lo que decían.

Pronto, la mujer anciana me detuvo y me dijo que lea un libro budista que había traído. El momento que abrí el libro, vi una serpiente en las palabras, lista a saltar sobre mí. Cerré el libro y les dije que sólo leería los libros escritos por Shifu Li.

Las dos mujeres y un policía que estaba al lado me dijeron que tenía que hacerlo. El oficial dijo que Falun Dafa era político y que era mejor alejarme de él. Le expliqué que los practicantes no tienen ningún interés político y que han sido perseguidos injustamente.

Les dije: "Por favor, cálmense y reflexionen. Se darán cuenta qué está bien y qué está mal". El oficial insistió en que los 9 Comentarios sobre el Partido Comunista que distribuyen los practicantes se oponían al partido y eran muy políticos. Les dije que todo el mundo debería pensar críticamente en lugar de creer ciegamente la propaganda.

Siguieron diciendo cosas malas acerca de Dafa, y me puse a llorar otra vez. "Shifu Li me salvó y nos ayuda a ser mejores personas. Todos sabemos esto y nada lo puede cambiar", les dije con determinación.

Todos vinieron por el Fa

El siguiente día después de haber llegado al centro de tención, llegó la directora del centro, en un descanso. De inmediato, empezó a gritar: “¿Dónde está el doctor en medicina? El médico de Falun Gong?". Después de decirle que era yo, me dijo: "Mírate. ¿Por qué quieres perder tu tiempo con Falun Gong? ¿No es mejor ser simplemente un médico?".

"Sí, soy médica, pero no pude curar mis enfermedades", le respondí en voz alta para que otros pudieran oír. "Y no solo yo. Mis compañeros de trabajo tampoco me pudieron curar. Sólo Falun Dafa me ayudó a volverme sana y me enseñó a ser una mejor persona siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia".

Aparecieron varios oficiales y uno comenzó a decir cosas negativas acerca de Dafa. Lo detuve: "Escuchen, no hay ninguna ley que prohíba Falun Dafa. Fue Jiang Zemin quien inició la persecución porque estaba celoso de que mucha gente seguía la práctica".

Les dije que Jiang y su régimen difaman a Falun Dafa con propaganda de odio, como la farsa de la “auto-inmolación” en la Plaza de Tiananmen. Mientras seguía hablando acerca de cómo Jiang traicionó los intereses de China y Zhou Yongkang fue arrestado por corrupción, la directora se marchó y sus compañeros también.

Les grite: "¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno!".

Había cientos de personas en el centro de detención y la mayoría me escuchó. Algunos aplaudieron y repitieron lo que había dicho. Sus voces hicieron eco en el patio durante mucho tiempo. En los siguientes días mientras estuve detenida allí, grité a menudo: "¡Falun Dafa es bueno!", y muchos detenidos se unieron a mí. Cada vez que eso sucedía, vi innumerables Falun cayendo sobre ellos como copos de nieve.

Dos líderes del grupo ven la luz

Regresando a mi celda, escuché a las reclusas seguir diciendo: "Falun Dafa es bueno". Comenzamos a conversar y les conté los hechos sobre Falun Dafa. Cada una decidió renunciar a su membresía a las organizaciones del partido, a excepción de dos líderes del grupo.

Ambas eran ejecutivas de empresas, y habían sido detenidas por soborno de sus maridos. Ellas sabían que yo no debía haber sido detenida allí pero, debido a la propaganda del partido, consideraban a Falun Dafa un tema polémico.

Vino un ayudante para darle medicina y yesó a una de ellas, así que supe que tenía dolor de espalda baja. Decidí ayudarla. Ella se alegró de que mi especialidad fuera la espalda baja y me pidió que le examinara. Después de tocarle suavemente la columna vertebral, quedó muy impresionada y me dio las gracias por mucho tiempo.

Sorprendida por esta situación, la otra mujer líder del grupo dijo: "Eres bella y joven y tienes un gran futuro. ¿Por qué practicas Falun Gong? ¿No puedes practicar otra cosa que sea aprobada por el partido?"

Al darme cuenta que no había explicado las cosas claramente, les hablé a todas otra vez acerca de las varias enfermedades que había padecido, y cómo Falun Dafa mejoró mi salud milagrosamente. También les dije que mi hermano fue detenido y torturado por no renunciar a su fe. Cuando les hablé de la gran compasión de Shifu y les dije que los practicantes están determinados en su creencia a pesar de la presión, se conmovieron mucho y algunas estaban llorando.

Cuando no estábamos hablando, a menudo hacía los ejercicios, recitaba los artículos de Shifu, o enviaba pensamientos rectos. Al principio, una de las líderes del grupo sospechaba que la directora del centro no me permitiría hacer los ejercicios. Le comenté que, puesto que no me había dicho que no los hiciera, debería estar bien.

Más tarde, ese día, se cayó y se lastimó la espalda. Le ayudé a rehabilitar su espina dorsal otra vez y le dije que se acostara para descansar. Pero, cuando me vio haciendo los ejercicios, decidió acompañarme y copiar mis movimientos. Después de poco tiempo, sintió algo girando en su espalda y su cuerpo entero se le calentó: "¡Ahora siento mi espalda muy bien! ¡Falun Gong es maravilloso!" Gritó: “¡Falun Dafa es bueno!”

Cuando las dos líderes del grupo hablaron entre ellas por la tarde, ambas estuvieron de acuerdo en que el partido comunista chino (PCCh) había perjudicado a sus familias y a sus padres. De repente, ambas se volvieron hacia mí y dijeron: "Doctora, ahora por fin entendemos por qué no renunciaría a Falun Gong, ¡es totalmente la culpa del PCCh!"

"Ya que el partido ha provocado desastres para muchos de nosotros", dijo una, "¡ambas anunciamos nuestras renuncias de ese régimen vicioso, ahora y para siempre!". Luego añadió: "¡Falun Dafa es grandioso! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es grandioso!"

Todas las internas en la celda estuvieron de acuerdo. Luego vi Falun cayendo del cielo como copos de nieve en sus manos, cabezas y cuerpos. Algunos cayeron en las camas, edredones y platos.

Supe que Shifu las estaba alentando y me estaba animando, ya que todas se salvaron. Muchas gracias, Shifu.

Al día siguiente, una de las líderes del grupo habló con la directora del centro, quien me permitió hacer los ejercicios. Cuando la líder del grupo le dijo que Falun Gong había curado su dolor de espalda baja, la directora le dijo que practicara en privado y no en público. "No entiendo esto", me dijo la líder del grupo, “¿Por qué no podemos decir la verdad? Les diré a otros sobre esto".

Un grupo diverso

Muchas personas terminan en el centro de detención debido a todo tipo de razones. Una mujer de 60 años dijo que, cuando vio a los demás apostando en un parque, sacó 20 yuanes para darse una oportunidad y fue detenida. "¡Es tan vergonzoso! He sido una buena persona toda mi vida y ahora me pasa esto. ¿Cómo voy a seguir adelante?"

Me contó cómo su familia había sufrido en campañas políticas anteriores. Ella sabía que Falun Dafa era bueno, pero sentía que el partido era demasiado fuerte como para ir en su contra. Le expliqué que sólo queremos practicar nuestra creencia y que Falun Dafa ha beneficiado a decenas de millones de personas, sin causar ningún daño. Al final, la mujer se conmovió y estuvo de acuerdo en renunciar a las organizaciones del partido.

Algunas eran detenidas por prostitución, otras por apostar y algunas por tomar drogas. Estaban deprimidas porque no sabían qué iba a ser de sus vidas. Les hablé acerca de los valores tradicionales y les expliqué cómo Falun Dafa me había enseñado a ser una mejor persona. Estuvieron muy interesadas, y algunas comenzaron a recitar "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno". Después de que una comenzó a aprender los ejercicios, varias se nos unieron. Formamos un pequeño grupo de ejercicios.

Falun cayendo como la lluvia

Más tarde, cada vez que llevaban a alguien nuevo a la celda, las líderes de grupo dirían: "Primero ve con la Doctora Zhang [yo] para unos cursos. Después de la capacitación en Falun Gong, serás una buena persona y no causarás problemas". Le hablé a cada una sobre Falun Dafa y sobre la importancia de renunciar al partido. En mi tiempo libre, hacía los ejercicios, recitaba las enseñanzas de Shifu y enviaba pensamientos rectos.

Durante los 15 días que estuve en el centro de detención, traté de contarles a todos los hechos acerca de Falun Dafa para desmentir la propaganda comunista de odio. Incluyendo a aquellas que fueron liberadas, más de 20 accedieron a renunciar al régimen comunista. En los descansos, hablaba también con los detenidos de otras celdas.

De vez en cuando, gritaba "Falun Dafa es bueno" y "Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno", y muchos detenidos se unían a mí. A través de mi tianmu, vi que sus lados divinos me sonreían y me agradecían. En ese momento, vi innumerables Falun saliendo de la mano gigante de Shifu, cayendo sobre ellas, sobre las paredes, camas y otros lugares.

La última noche que estuve allí, un guardia de seguridad se acercó y me preguntó: "¡Oiga! Yo también quiero aprender Falun Gong. ¿Me puede enseñar?". Asentí y le dije: "Puede empezar recitando 'Falun Dafa es bueno' y 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno’. Shifu le ayudará. O, si quiere aprender los ejercicios, no hay ningún problema para enseñárselos". Él sonrió nuevamente y dijo: "No puedo hacerlos en este uniforme. Después de que salga mañana, puedo ir a visitarla para aprenderlos".

Después de que se fue, miré a mi alrededor en la celda: todas ya estaban dormidas y algunas ya estaban roncando. Las miré con compasión. Nuevamente vi la lluvia de Falun bajando del cielo.

Me emocioné profundamente. Sabía que, como discípula que había practicado Falun Dafa por menos de dos años, Shifu había hecho tanto por mí y me había dado muchas oportunidades para ayudar a salvar a la gente, sin importar en dónde me encontré. Estoy segura que caminaré bien lo que queda del camino.

¡Gracias, Shifu! ¡Gracias, compañeros practicantes!